Siri Hustvedt anuncia que su marido, Paul Auster, ha escrito una novela enfermo de cáncer

La también escritora, ganadora del Princesa de Asturias de las Letras informó asimismo que, durante este periodo, Auster, de 76 años, ha terminado una nueva novela titulada 'Baumgartner', «un pequeño libro tierno y milagroso» que se publicará en noviembre en el mercado anglosajón, según sus mismas palabras.

De acuerdo con la editorial, Atlantic Monthly Press, este nuevo libro comienza con una olla de agua chamuscada que Sy Baumgartner -fenomenólogo, célebre escritor y profesor de filosofía a punto de jubilarse- acaba de olvidar en el fuego. Su vida ha estado marcada por el amor profundo y duradero a su mujer, Anna, que murió en un accidente de natación nueve años antes. A sus 71 años, Baumgartner sigue luchando por vivir en su ausencia mientras la novela se desarrolla sinuosamente en espirales de memoria y reminiscencia.

«Todavía no hemos llegado a la señal que marca el límite del país: está saliendo de 'Cancerlandia'», como define Hustvedt a este territorio en el que viven los enfermos de cáncer. Es, dice, un país más «grande de lo que había imaginado».

Lo que más le ha sorprendido a la autora de obras como 'El verano sin hombres' o 'La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres' es la cantidad de gente joven que hay en las salas de espera del centro oncológico que frecuenta con su marido. «Sus rostros sin arrugas y sus cuerpos vigorosos no suelen revelar ningún signo de enfermedad. A veces, una bonita gorra cubre su calvicie, el único signo de que están enfermos», cuenta.

La escritora recuerda que a diferencia de estos jóvenes, el autor, que saltó a la fama en 1982 con 'La invención de la soledad', unas inquietantes memorias sobre su padre, tiene «muchos años detrás de sí» y «ha escrito muchos libros». Auster cuenta con más de treinta títulos a sus espaldas que han sido traducidos a más de 40 idiomas, según recoge AFP.

Conmovida, Hustvedt narra que el mes pasado, durante una cita en el hospital, se le acercó una joven paciente lectora del escritor a decirle que tenía un cáncer estadio IV, pero que acababa de regresar de Italia. «Estoy viviendo mi vida», le dijo, lo que causó que a Auster se le saltaran las lágrimas.

«Puede ser tentador considerar 'Cancerlandia' como un país aburrido, triste y peligroso donde nadie vive realmente, sino que sólo espera, un limbo de citas, pruebas, fármacos, exploraciones e infusiones que hay que soportar hasta que el paciente es enviado al cielo de la vida o al infierno de la muerte. Pero eso es un error«, advierte la escritora.

«Viendo a Paul he comprendido cómo es la gracia bajo presión. Inquebrantable y sin quejarse, con su humor intacto, ha hecho que este tiempo de enfermedad, que dura ya casi un año, sea hermoso, no feo«, dice la ganadora del Princesa de Asturias de las Artes, que asegura que su famoso marido ha »sobrellevado una serie de síntomas miserables tanto del cáncer como del tratamiento con una dignidad que me asombra«.

«Me ha dicho que no tiene miedo a morir«, asegura, para subrayar la importancia de la dedicación del personal sanitario y de los mensajes de familia y amigos, que son »parte« que ayuda a vivir el proceso.