El sector del cómic retrata su precariedad: solo dos de cada diez autores viven de su trabajo

El nuevo ministro de Cultura, que participó en el acto, recogió el guante y avanzó que en 2025 habrá ayudas específicas para los profesionales que se dedican al cómic. «Estamos estudiando la posibilidad de responder a la necesidad de establecer ayudas específicas, ya estamos trabajando para su puesta en marcha en 2025 –señaló Urtasun–. El cómic requiere un tratamiento y abordaje específico. Somos muy conscientes y estamos decididos en apoyar de forma clara». El ministro mencionó otras decisiones tomadas en los últimos años, como la declaración del 17 de marzo como Día Nacional del Cómic y del Tebeo o la reciente concesión de la Medalla de Oro del Mérito de las Bellas Artes, a título póstumo, a Carlos Pacheco. El cómic es un «sector clave», señaló.

Este estudio, elaborado por la Sectorial del Cómic con la colaboración de la Dirección General del Libro, del Cómic y de la Literatura así como de Acción Cultural Española, refleja la situación del noveno arte, que en los últimos años ha ido adquiriendo más importancia, y que pese a ello tiene mucho margen de mejora en distintos ámbitos: desde las condiciones laborales de sus profesionales, donde la precariedad es la norma, hasta la necesidad de un «mayor y decisivo» apoyo por parte de la Administración en la concesión de ayudas públicas.

El 'Libro blanco del cómic en España' ofrece las siguientes cifras de una industria con un grado de especialización único en el sector editorial: más de 1.000 creadores españoles, más de 80 editoriales, 200 librerías y 122 eventos, que generan más de 1.500 empleos especializados. Al año, se publican en España más de 4.600 novedades que generan una facturación estimada de 130 millones de euros, lo que supone alrededor del 7 por ciento del mercado editorial español, sin contar los libros de texto. Más del 10 por ciento de la población mayor de 14 años declara ser lectora de cómics.

En cuanto al perfil por ingresos de los profesionales que se dedican al cómic, tan solo un 21 por ciento de ellos señala que la totalidad de sus ingresos proviene de su actividad relacionada con ese tipo de creación. La mayoría lo compagina con trabajos de ilustración, diseño o docencia. Para el 64 por ciento, los ingresos provenientes del cómic no alcanzan el salario mínimo interprofesional, con un 33 por ciento con ingresos anuales netos inferiores a los 1.000 euros. Teniendo en cuenta los ingresos de todas las actividades laborales, el 51 por ciento se encuentra por debajo de los 20.000 euros netos anuales, «lo que pone de manifiesto las dificultades económicas tanto de quienes tienen una dedicación plena al cómic como de quienes deben compaginar esta profesión con otras ocupaciones».

La Sectorial del Cómic reclamó ocho «medidas esenciales» dirigidas a las instituciones públicas para mejorar el tejido autoral, industrial y cultural del cómic español: el desarrollo integral del Estatuto del Artista, la creación de un epígrafe específico para estos creadores, el desarrollo de ayudas específicas, planes de fomento de la lectura de cómic, introducción de este género en los ciclos educativos, mejora de su presencia en las bibliotecas públicas, protección ante los desafíos de la transformación digital y, finalmente, la conservación del legado artístico y cultural, con el impulso a un museo que permita la catalogación, estudio y conservación tanto de las obras originales como de los fondos digitales.