Sara Barquinero novela la gran conspiranoia de la generación Z

A la filósofa se le vino la primera ráfaga creativa hace diez años. Sin embargo, tardó siete en escribirla. Confiesa que siempre le han interesado los asuntos que tienen que ver con la angustia existencial, conspiraciones en internet y que le parecía bien «sacar temas que sólo parecen ser intensos en las madrugadas». En esta novela, los protagonistas (Sara y Thomas) se ven afectados por una teoría conspiranoica que los dirige a profundidades humanas: «No tomé decisiones conscientes más allá de que mis personajes estuvieran atravesados por una tristeza que se moviera hacia adelante porque hay otras tristezas que te hacen quedarte quieto y querer desaparecer». A lo largo de la trama, los personajes danzan entre esas aflicciones nerviosas que nos mueven a lo desconocido.

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Especializado en Psicología clínica y del deporte, este sevillano que es responsable de las itv del alma de los que la llevan a su consulta, acaba de publicar un libro titulado 'Sonrisas y lágrimas. Historia de un sicólogo con sus pacientes» (Editorial Círculo Rojo)

La escritora, a través de las 800 páginas que componen la novela, desencadena una serie de acciones en tiempos (de 1922 a 2025) y espacios diversos: Italia, Estados Unidos, España. Reconoce que los lugares elegidos «están vinculados a las teorías de la conspiración porque estos suelen ser globales» y no quería encuadrar todo en un único espacio. Su libro está marcado de tintes contemporáneos ('deep web', programas de televisión, videojuegos), pero admite que no le gusta hablar de redes sociales o internet como «si abrieran una nueva dimensión de la experiencia, sino que es algo que desarrolla pulsiones que existían antes. No las crea». Y es que esa curiosidad por el internet profundo, las cuestiones suicidas, los 'creepypastas' (historias de terror recogidas en redes) vertebran la historia.

'Los escorpiones' es el nombre que la narradora da a una secta y que compone una de las partes del libro. Barquinero carga su novela de un sentido existencial utilizando la figura del escorpión y su suicidio como metáfora de trasfondo argumental: «Son de los pocos animales que se suicidan y lo hacen en situaciones cuando se sienten indefensos, luego en el zodiaco los 'Escorpio' se asocian a las pulsiones oscuras y de muerte. También el Mito de Orión y el escorpión son símbolos de muchas cosas». En torno a esta idea, se van abriendo delirios emocionales, pero siempre dentro de un marco narrativo más que filosófico.

Sin embargo, el nihilismo está presente en la obra y a la autora no le parece tan problemático, si pensamos que «el nihilismo de Nietzsche debería llevar a descubrir la formación de la defensa de la vida y voluntad de plantear un mundo diferente». La idea del sujeto se desvela a través de los personajes: «El sujeto como estructura filosófica y manera de entender al individuo está cada vez más debilitado y es un problema. Hemos entrado en un momento de ruptura del sujeto y las estructuras sociales propias de la modernidad», puntualiza Barquinero.

Si hay algo crucial en 'Los escorpiones' es el papel que juega la profundidad de los sentimientos, sobre ello la joven narradora expresa algunos matices: «Para hablar de los sentimientos más oscuros hace falta confesar cosas que no nos gustan». Es tajante al aclarar que nadie tiene pensamientos limpios y que «hablar de nuestros sentimientos oscuros es un ejercicio de vulnerabilidad que no todo el mundo está dispuesto a hacer». Sin embargo, vuelve a la idea del título del libro para hacer mención del capitalismo, presente también en su novela. «¿La sociedad podría vivir sin ese veneno llamado 'capitalismo'? La pregunta es si la sociedad podría vivir sin ese veneno y si va a hacerlo… ¿Cómo lo haría? Eso sería otra manera de entrar en una teoría de la conspiración», sostiene.

Sara Barquinero ha escrito una novela descomunal repleta de referencias populares vinculadas a su generación. A pesar de su confesión de no pensar bastante en lo filosófico cuando hace narrativa admite que la obra de Mark Fisher le ayudó a afinar ciertas cuestiones y no descarta «seguir investigando temas que tienen que ver con la depresión y conspiraciones en internet».