¡Feliz 1964!
«Presentó con José María Íñigo (todavía con peluca) las campanadas de 1994. (...) Y al final, cuando Íñigo empezó a felicitar 1994, ella repetía: 'Feliz 1964, feliz 1964'»
Muere Carmen Sevilla, adiós a una estrella de cercanías
Los amores de Carmen Sevilla, 'la novia de España'
La vida de Carmen Sevilla, en imágenes
Carmen Sevilla podía ser la mujer más graciosa y la más enfadada. Ambas caras se vieron en la televisión. Y no interpretando un papel. En el 'Tómbola' del 3 de octubre de 2002 se manifestó la malhumorada. Con razón. Karmele Marchante había ... escrito en su web un artículo ('El patético ridículo de la más querida') en el que la relacionaba con estafadores de minusválidos y la llamaba descerebrada. Carmen Sevilla fue al programa de Canal 9 y vestida de negro, con gafas y hecha una furia, leyó: «Esto me ataca a mí como persona espiritual, corporal». Y Karmele decía que si quería le pedía disculpas, pero que no la humillara como periodista. La independentista no paraba de llorar. Luego el Tribunal Supremo la condenaría a pagar 6.000 euros por haber vulnerado el honor de Carmen Sevilla.
Pero la Carmen Sevilla que se recuerda en la televisión es otra. No especialmente la de 'La viuda blanca' (1984), telenovela del argentino Canal 9. Ni la de 'Ada Madrina' (1999-2000), serie de Antena 3. La de Telecinco, la del 'Telecupón', programa que empezaron presentando Silvia Marsó y Andoni Ferreño. Hasta que, en 1991, Valerio Lazarov puso orden, convenció a Carmen Sevilla rescatándola de la finquita y aquello empezó a tener algún interés. Seis años estuvo en el espacio diario. El interés es el que tan bien analiza Jordi Costa en 'Mondo Bulldog'. Carmen Sevilla (y José Legrá en 'Tutti fruti') eran estrellas cuya fama televisiva se basaba en convertir el yerro en arte. «En esta resurrección artística [la de Carmen] se conciliaba, por un lado, el morbo que suele generar todo rescate de glorias pasadas… y, por otro, el moderno gusto de hallar en el error un manantial de espectáculo». Y así, sus errores y meteduras de pata fueron lo importante. El número del 'cuponsito' acabó siendo un McGuffin de Ozores (más que de Hitchcock).
Como estrella de la cadena, Carmen Sevilla también presentó galas y programas de variedades, compartiendo escenario con Laura Valenzuela, Agustín Bravo (su compañero en el 'Telecupón'), Manolo Escobar o Belén Rueda. Asimismo, presentó con José María Íñigo (todavía con peluca) las campanadas de 1994. Un numerazo. Doce numerazos. Cada vez que Íñigo nombraba la campanada, la otra decía algo. «Dos, dadme suerte. Tres, felicidad España. Cuatro, que Dios os bendiga. Cinco, para todos los enfermos…». Llegó un momento en que no sabía qué más decir: «Diez, para lo que queráis». Y al final, cuando Íñigo empezó a felicitar 1994, ella repetía: «Feliz 1964, feliz 1964».
En 2004, estando ya en TVE, también acompañó a Ramón García y su capa en la tarea. Mientras el otro explicaba el mecanismo (de verdad, este país no puede llegar a nada si cada año hay que explicar lo mismo), la otra señalaba sus uvas. «Por mi hijo, por mi madre». Y al acabar se la oía: «Doce, doce, doce» y «Os quiero, os quiero, feliz, feliz» o «Qué bonito, qué bonito». Los planos eran de la Puerta del Sol y cuando volvieron a los presentadores, ella había dejado a Ramón solo y estaba saludando al gentío de la plaza (como Belén Esteban años después).
En 1998 se había ido a Antena 3 para presentar 'La noche de Carmen' (programa dominical que duró de julio a septiembre: al último fueron Rocío Jurado y Carlos Herrera). Luego protagonizó 'Ada Madrina' con Jesús Puente y Mar Flores. En 2001 condujo junto a Juan y Medio 'Nuestras canciones' para Telemadrid y Canal 9. Y en 2003 TVE prescinde de José Manuel Parada y le ofrece 'Cine de barrio' (como curiosidad, decir que fue Carmen Sevilla la que trajo a España al pianista Pablo Sebastian, aunque con ella ya no actuaría). En 2010 fue sustituida por Concha Velasco, pero antes había sido apuntalada por Inés Ballester.
Aunque posteriormente a Mariló Montero le tocó ser una especie de nueva Carmen Sevilla (en lugar de las zapatillas se le veía el tanga), como Carmen no ha habido nadie. La artista estaba en Cuba cuando la revolución: «Yo viví en directo la llegada de Fidel Castro a La Habana. No me di cuenta de nada». Iba a saber si era 1994 o 1964.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete