Restos de una escultura, madera del casco y objetos cotidianos: los últimos hallazgos en el naufragio de Anticitera

Los análisis preliminares realizados 'in situ' indican que la fabricación de la nave comenzó con el revestimiento externo del casco, una técnica que predominó en la construcción naval mediterránea entre los siglos IV y el I a. C. Además, la madera empleada para la construcción del caso — de olmo y roble—, ha sido fechada en torno al 235 a.C.

La retirada de una roca del fondo marino permitió el hallazgo de varios fragmentos pertenecientes a una estatua antigua que representa a un hombre desnudo en 'contrapposto', así como de un pedestal de mármol que conserva los restos del pie izquierdo de una estatua de tamaño natural. La dureza de los sedimentos marinos de esta zona impidió, no obstante, recuperar más fragmentos escultóricos.

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En dos áreas diferentes del naufragio se han hallado restos de ánforas procedentes de la isla de Quíos, lo que indica una mayor diversidad tipológica de cerámica que la registrada en campañas arqueológicas anteriores.

Otro hallazgo importante ha sido un mortero de arcilla, utilizado para triturar y mezclar alimentos, y cuyo estudio proporcionará valiosísima información sobre las prácticas alimentarias, el tipo de dieta y la vida cotidiana a bordo.

Descubierto a principios del siglo XX por un joven pescador de esponjas llamado Ilías Lykopantis, el pecio del Anticitera está considerado uno de los naufragios más importantes en la historia de la arqueología, tanto por su buen estado de conservación como por la importantísima carga de objetos artísticos que transportaba.

Entre los objetos recuperados destaca el célebre 'Mecanismo de Anticitera', considerado el primer ordenador analógico de la historia. También se recuperaron centenares de ánforas antiguas y decenas de esculturas de bronce y mármol, como el 'Efebo de Anticitera'.