Una reforma de 1,5 millones pone en riesgo los fondos históricos del Instituto del Patrimonio

Las placas de vidrio en las que Laurent grabó para la posteridad vistas y monumentos de toda España y Portugal, retratos de personajes de la época y destacadas obras de arte, como las 14 pinturas negras de Goya fotografiadas en 1874 antes de que fueran arrancadas de la Quinta del Sordo, se habían mantenido durante décadas en buenas condiciones en los depósitos de la Fototeca del IPCE, hasta que la entrada de los climatizadores disparó la humedad relativa en estas estancias por encima del 60 por ciento. «Es una barbaridad», subraya Jep Martí, antiguo director del Archivo Municipal de Valls (Tarragona) y fundador de la asociación Fotoconnexió, que recuerda que las colecciones fotográficas deben conservarse a unos 18º de temperatura y con una humedad relativa de entre el 30 y el 40 por ciento, sin modificaciones bruscas. Este investigador de la historia de la fotografía visitó la Fototeca en junio y comprobó por sí mismo el aire gélido que emitían entonces los climatizadores y el aumento de la humedad. Según relata, uno de los conservadores del IPCE había tratado de paliar las consecuencias, colocando cartones ante los climatizadores ante la imposibilidad de controlar manualmente los aparatos.

Vano intento. Tras meses soportando de forma ininterrumpida una humedad relativa superior al 60 por ciento, que ha llegado a alcanzar en ocasiones puntuales hasta el 95 por ciento y provocó una plaga de moscas en el depósito, las placas de Laurent, las más sensibles a un exceso de humedad, comenzaron a empañarse, dando la cara por el resto de colecciones fotográficas del IPCE que también se están viendo afectadas.

Los técnicos ya habían detectado ondulaciones en los papeles que envuelven fotografías antiguas o que algunas imágenes estaban amarilleando, pero las placas mojadas de Laurent que se guardan en el archivo Ruiz Vernacci son una evidencia de la inadecuada climatización en todos los depósitos de la Fototeca. En este entorno de humedad excesiva se guarda, por ejemplo, la colección del conde de Manila (1869-1935), con casi 13.000 imágenes aún sin inventariar ni catalogar, entre ellas 737 placas autocromas (el primer procedimiento en color) que preocupan a los expertos. Se conservan en cajas, donde están más protegidas, pero igual que los vidrios de Laurent empezaron a «llorar» a partir del tercer mes, las placas autocromas también podrían sufrir daños si la situación persiste.

Las mismas condiciones inadecuadas se detectan en las dependencias que albergan el archivo Pando, que se compró hace veinte años por medio millón de euros. Estos negativos fotográficos datados entre 1936 y 1993 sufren el 'síndrome del vinagre', un deterioro que padecen las películas de acetato de celulosa, que se degradan liberando ácido acético. Si bien es un proceso sin cura, la excesiva humedad lo ha acelerado y ha disparado los niveles de ácido, que en altas concentraciones es tóxico.

Preocupado por esta situación, Martí escribió una carta en catalán al ministro Iceta en septiembre, pidiendo la intervención de Cultura «antes de que fuera demasiado tarde», pero no obtuvo respuesta alguna. También el conservador del IPCE Carlos Teixidor alertó en octubre, durante un curso sobre el valor de la fotografía, Laurent y el archivo Vernacci. «Podría producirse un proceso de lixiviación (corrosión de los vidrios) en el caso de que -hipotéticamente, decía- de forma imprudente se elevase la humedad relativa al 60 por ciento, en los depósitos de las fototecas, durante cuatro meses seguidos».

Cultura, consultada por este diario, admite que el nuevo sistema de climatización, cuya instalación costó «aproximadamente» 1,5 millones de euros, «ha podido producir una humedad por encima de lo aconsejable». Estos equipos son «una de las medidas implementadas para la mejora de las condiciones de conservación de los bienes que custodia el IPCE y disminuir las oscilaciones térmicas y de humedad que se venían registrando con el sistema anterior». La evolución de las gráficas de los últimos años, no obstante, demuestra que hasta este verano los niveles de humedad han estado casi siempre en niveles considerados óptimos.

La versión del ministerio es que las alteraciones que presentan los vidrios de la colección Laurent «difícilmente pueden ser achacadas» a la nueva climatización: «Los procesos de degradación que presentan no se producen de un día para otro. Y las alteraciones solo afectan al reverso del vidrio, no a la imagen fotográfica». Actualmente, tras la constitución de un grupo de trabajo, «los niveles de humedad en los depósitos de la fototeca se están reduciendo de forma progresiva». ¿Qué medidas se han propuesto para resolver el problema? «Mejorar el aislamiento, el estudio de instalación de deshumidificadores y la reducción de aportes de humedad vinculados a la vegetación natural integrada en el entorno arquitectónico».

De momento, se han empezado a limpiar 70 de las 11.000 placas empañadas de Laurent, pero según Ángel Núñez, coordinador de Cultura de CSIF, «a fecha de hoy no se ha tomado ninguna medida para reducir la humedad». Los climatizadores expulsan en estos días aire caliente, quizá en un intento de rebajar rápidamente los niveles, cuando el paso lógico habría sido apagar los aparatos para que la humedad bajara de forma progresiva.

«Las obras fotográficas son especialmente sensibles a unas malas condiciones ambientales. Lo especialmente peligroso son los extremos: mucha sequedad, mucha humedad, mucho calor, muchas fluctuaciones», subraya Rosina Herrera, restauradora de fotografía del Rijksmuseum y autora del libro 'Conservación y restauración de fotografía' (Síntesis, 2022). Herrera, que dará una formación en el IPCE el 1 de diciembre, destaca la importancia de la colección Laurent «porque sus negativos son originales únicos» y no duda de que el IPCE «pondrá todo su conocimiento para solventar el problema». Perder ese fondo, «sería una catástrofe», añade por su parte Martí. Y no solo para España, destaca el portugués Luis Pavao. El autor de un manual de 'Conservación de colecciones fotográficas' de referencia llama a tomar medidas para su preservación.

Desde la Asociación de Conservadores y Restauradores de España, se muestran «sorprendidos» porque el IPCE es su «buque insignia» y señalan que estarán «muy pendientes» de los avances del equipo multidisciplinar. Aunque algunas voces ven conveniente que ese grupo de trabajo lo formaran profesionales ajenos al IPCE. Por eso de que el lobo no sea quien cuide las ovejas...