Récord para Goya en Nueva York: 16 millones por una pareja de retratos

Ocurrió en la sede neoyorquina de Christie's, en Rockefeller Center, con los retratos de Doña María Vicenta Barruso Valdés y su madre, Doña Leonora Antonia Valdés de Barruso, dos damas burguesas inmortalizadas por Goya en 1805, en un momento central de su carrera: tras su alejamiento de la Corte y en medio de su triunfo entre la burguesía ascendente.

La pareja de cuadros se vendió por 16,4 millones de dólares, muy por encima del anterior récord para Goya y que da una idea de lo infrecuentes que son las apariciones de las grandes obras del pintor de Fuendetodos en el mercado de subastas: hace más de treinta años, en diciembre de 1992, la sede de Sotheby's en Londres vendió el lienzo 'Suerte de varas' por 7,7 millones de dólares. La última vez que se alcanzaron sumas similares fue en 2008, también en Londres, aunque en la rival Christie's: eran tres bocetos magníficos, a los que se les había perdido la pista durante 130 años, y que provenían de los álbumes privados del pintor. El más caro se vendió por 4,5 millones de dólares, y la suma total de los tres fue de 7,9 millones.

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La pareja de retratos era una de las estrellas de la 'Semana clásica' de Christie's, dedicada a obras que van desde la Antigüedad a los Grandes Maestros. La subasta dedicada a estos últimos es en la que estaba la dupla de retratos de Goya, entre cuadros de Turner, Brueghel, Canaletto, Rubens o Murillo.

Los retratos llevaban la estimación más alta de la velada: Christie's colocó su precio entre 15 y 20 millones de dólares y el precio final quedó un poco por encima de la estimación más baja.

El valor del lote está en que es una de las escasas parejas de retratos -un formato habitual en la época- y la única en la que las retratadas son mujeres que quedaban en manos privadas.

Los cuadros llevaban más de setenta años sin aparecer en el mercado. Fue una obra comisionada por Salvador Anselmo Barruso de Ybaretta, padre y marido de las inmortalizadas, y la heredó su nieto, Salvador Valdés y Barruso. Se quedaron en la familia hasta que un modisto francés y coleccionista ávido de Goya las compró en Madrid a comienzos del siglo. Pasaron por marchantes de arte de París y Londres hasta ser adquiridas en 1951 por la familia propietaria hasta ayer.

Los retratos de las damas burguesas provienen de un momento de poder para Goya, convertido en un pintor afamado y codiciado, por el que se peleaban la aristocracia y la burguesía de la época. Le llamaban el 'Apeles de España', le decían que había superado a Rafael. Fue un momento de transición artística hacia una mayor libertad, con elementos que se anticiparían en décadas al Impresionismo.