El intenso amor de Chavela y Federico

El motivo por el que Chavela Vargas decidió rendir este homenaje a García Lorca viene de una curiosa e intensa relación entre ambos artistas, iniciada en 1993, cuando la cantante se hospedó en la misma habitación que el poeta en la Residencia de Madrid. «Sentí una noche de nostalgia donde me hablaba Federico, y pude recordar lo que nunca se había perdido», rememora de una manera mística la cantante. Según su propia historia, Chavela Vargas recibía la visita de un pájaro amarillo que contenía el alma de García Lorca, con lo que nació una amistad perdurable más allá del espacio.

«A pesar de existir en diferentes épocas, entre ellos existe una relación de amor fraternal», reconoce Rubén Rojo, el director del documental 'El ruiseñor y la noche, Chavela Vargas canta a Lorca', que se está grabando actualmente. El trabajo de Rojo plasmará esa relación poética entre ambos artistas, incluyendo este último concierto de la artista en España que cerrará el ciclo de este homenaje, al reencontrarse con el poeta. «Tenía ganas de volver a España. Oía que estaba muy mal, pero está bellísima. España es la hembra de Europa», sentenciaba la cantante. El documental recogerá además los ensayos, la grabación y algunos momentos íntimos de la artista, mezclando imágenes reales con animación en 2D.

Durante su visita a nuestro país, la cantante también estará presente en la presentación en España del libro biográfico 'Dos vidas necesito: las verdades de Chavela', escrito por la periodista mexicana María Cortina. En esta «conversación» entre ambas, se cuentan las diferentes realidades de Chavela a lo largo de los años. «Chavela a veces da varias versiones sobre algunos momentos de su vida. ¿Cuál es verdad? Todos. Siempre que habla, es de verdad», comenta la autora. La presentación de la obra tendrá lugar el 12 de julio en La Casa de América de Madrid.

A sus 93 años, a la cantante no se le ha quedado nada en el tintero: «Tengo la fortuna de haber hecho todo lo que he querido hacer», declaraba en rueda de prensa. «No me duele nada porque he vivido muy tranquila y en paz. Tuve la sorpresa inmensa de que una mañana no pude caminar, y ahí pagué todas mis culpas. Después de aquí, no sé dónde iré», culmina, tranquila, Chavela Vargas.