Wes Anderson pone emoción y ternura en Cannes

"He partido de personajes de un universo muy particular para recrear una emoción: dos niños de 12 años que muestran un amor muy potente y directo, llenos de inocencia pero también de madurez, que buscan sobrevivir por puro instinto", ha comentado el director, que como en sus películas anteriores se vuelve a rodear de unos personajes muy particulares, extraños y divertidos a un tiempo, mostrando a unos niños (él integrado en un campamento de boys scout instalado en la isla; ella miembro de una familia instalada en una aislada mansión en un extremo de la isla), que de alguna manera rememoran la infancia del cineasta. "No hay reminiscencias concretas de mi primer amor, pero sí del sentimiento amoroso que yo podía tener a los 12 años, cuando estaba enamorado en secreto de la compañera más popular de mi clase. Yo fui un boy-scout durante unas pocas semanas, pero aquí los he puesto porque me remiten a la América de los 60, la de las pinturas de Norman Rockwell. Yo de pequeño escribía historias y montaba obras de teatro con mis compañeros. Nunca me fugué de casa ni de un campamento. Y estudié filosofía para seguir los pasos de mi hermano mayor, cosa que me ayudó a iniciarme en la escritura". ha añadido.

El guion lo comparte Wes Anderson con Roman Coppola, otro de los hijos cineastas de Francis Ford Coppola. "Yo le llamé tras llevar un año con esta historia y nos hemos entendido muy bien. Algunos de los elementos divertidos del filme se los debo a él", aseguró el cineasta, que vuelve a apostar por los universos singulares. "Aquí se pueden encontrar también alguna referencia de 'Huckleberry Finn', una de mis lecturas favoritas de infancia, como en 'Los Tenenbaum' lo había de Jacques Cousteau". Según ha contado Anderson, el situar la película en 1965, cuando él aun no había nacido, se debe a que quiere "mostrar la época que significó el final de la inocencia en Estados Unidos, el fin de una época de gracia para mi país".

El director ha estado rodeado del reparto, que combina estrellas como Willis, Tilda Swinton, Edward Norton o Bill Murray, que vestía una imposible chaqueta de colorines a cuadros que podía recordar a un mantel, con dos extraordinarios y jóvenes debutantes: Jared Gilman y Karra Hayward, que surgidos de un casting, dan vida a los dos jóvenes protagonistas.

"He trabajado con muchos directores, pero ninguno me ha vuelto a llamar después, salvo Anderson. Por eso le quiero tanto", ha comentado un divertido Murray. Edward Norton habló de la gran familia que supuso el rodaje: "Anderson hace el papel que hace mi personaje, el monitor de los boy scouts, es quién nos guía en la aventura. Nos dejaba hacer nuestros propios disfraces y maquillajes. Y película tras película, ha logrado crear la mejor 'troupe' del cine moderno". Precisamente el hacer una película en familia, una marca de fábrica del director es algo que han puesto de manifiesto el equipo al completo.

La proyección de 'Moonrise Kingdon', apertura y primera película en competición de este Cannes 2012, ha sido recibida con tímidos aplausos. La película, que llegará a las pantallas españolas a mitad de junio, deja un agradable sabor de boca. No es la mejor película de Anderson, pero sí que es una película entrañable. Personajes insólitos, como el padre de la joven protagonista, reservado a Bill Murray o el policía local al que da vida Bruce Willis, situaciones inesperadas, como uno de los personajes que es atravesado por un rayo, lo que ha provocado codazos cómplices entre la prensa francesa que asistía a la proyección, recordando lo que unas horas antes le había sucedido al presidente François Hollande y una isla como microcosmos para mostrar un grupo humano tan insólito como divertido.