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ENTREVISTA

«Es la RAE quien escucha a los hablantes, no al revés»

Han sido doce años con Víctor García de la Concha al frente de la Docta Casa. Hasta hoy, en que se elegirá por votación un nuevo director de la tricentenaria institución

EFE

MANUEL DE LA FUENTE y MANUEL DE LA FUENTE

Han sido doce años en el castillo de proa de la Docta Casa. Tres mandatos timoneando uno de los buques insignia de la cultura española, la Real Academia. Dieciocho temporadas si se tienen en cuenta sus años como académico de a pie y como secretario. Siempre con un pie en cada orilla de la Mar Océana (por mor de «la lingüística panhispánica», la niña de sus ojos), con el viento soplando en las velas de nuestra lengua.

Víctor García de la Concha ha llegado a puerto. La travesía ha concluido. El director de la RAE se jubila, aunque seguirá en su puesto en funciones hasta el 12 de enero. Hoy mismo se elige a su sucesor. «¿Mis sensaciones en estos momentos? Predomina la del deber cumplido. Pero me apresuro a decir que al margen de la vertiente personal que esto conlleva, no por lo que haya podido lograr, que también, lo es por lo que han logrado la Academia y las Academias hispanoamericanas, de Estados Unidos y Filipinas. Me he entregado en cuerpo y alma, pero no hacía más que ejecutar lo que la Academia iba delineando».

García de la Concha y la Academia son los más expertos médicos para realizar un diagnóstico de la salud del español. «Creo que está viviendo una gran expansión. Y no sólo cuantitativa, también cualitativa». No obstante , todavía quedan fronteras que cruzar. «Ahora, el gran reto para consolidarse como segunda lengua de comunicación internacional es hacerse mucho más presente en el mundo digital». El todavía director de la RAE resalta «el gran servicio» que le están prestando a la comunidad iberoamericana las Academias, y se enorgullece de lo que se ha dado en llamar «política lingüística panhispánica; es decir, que todo lo hagamos entre todos, todo lo construyamos y ratifiquemos entre todos».

Institución pionera

A punto de ser tricentenaria (el aniversario será en 2013), la RAE vio pronto que había que tomar decididamente el camino del futuro, Eldorado de lo digital. «En lingüística computacional, la RAE es absolutamente pionera, creando compilaciones que albergan más de 600 millones de registros léxicos. Es más, el nuevo Diccionario Histórico es un diccionario concebido digitalmente, no un diccionario escrito y luego trasvasado al formato digital. Ahora mismo estamos trabajando en un nuevo portal de la lengua española en el que vamos a volcar todos los registros lingüísticos que tiene la Academia, de tal manera que una persona podrá teclear una palabra y tendrá acceso a ver todo lo que sobre esa palabra hay en los Diccionarios, en la Ortografía, en la Gramática... Estamos haciendo una gran bibliografía histórica, de forma que de cualquier palabra que uno elija se encuentran ciento cincuenta mil entradas sobre todo lo que se ha escrito acerca de dicha palabra».

¿Algún consejo o sugerencia para su sucesor? «No seré yo quien se lo diga, será la propia Academia. Porque el director tiene un mandato especificado y que se especifica de continuo. Estoy convencido de que habrá de continuarse esta política lingüística panhispánica, habrá que sacar adelante la Gramática Básica, la que todos llevaremos en el bolsillo, y también la Ortografía manual que tendremos al lado de la mesa cuando tengamos dudas; preparar la próxima edición del Diccionario, la de 2013... como verá tiene tarea». Y García de la Concha, experto conocedor del Siglo de Oro, remata la frase por expresivísima boca de Lope de Vega: «Quien lo probó, lo sabe».

La unidad del español

Hora es de preguntar cómo se toma el pueblo estas cuitas de la lengua, ¿en plan agudo, grave o esdrújulo? «No es que de repente a la Academia se le ocurra dictar una norma. No es ella quien considera algo correcto o no, son los hablantes quienes así lo consideran. Somos nosotros quienes hacemos caso a los hablantes». Los hablantes incluso alzan la voz en corros y corrillos, como ha sucedido con los cambios propuestos por la nueva Ortografía. «Las Academias pensamos sobre todo en la unidad del español, y éramos conscientes de que quienes aprendimos ciertas denominaciones de niños las vamos a mantener. Son cambios que tardarán en aceptarse, serán las nuevas generaciones las que lo hagan, porque la ortografía evoluciona muy lentamente, poquito a poquito».

¿El hombre García de la Concha es otro tras su paso por la Academia? «Tanto como un hombre distinto... Vargas Llosa dice en “El sueño del celta” que un hombre es muchos hombres, pero desde luego salgo inmensamente enriquecido, porque he estado en un puesto privilegiado. De servicio, ciertamente, al que he consagrado la vida entera, donde me he dejado muchos años y bastante salud, pero del que al mismo tiempo he recibido cosas impagables. Pocos cargos habrá que comporten este enriquecimiento personal». ¿No me diga que se está emocionando? «Hombre, no sería de extrañar, eso es propio de humanos».

Han sido doce años en el castillo de proa de la Docta Casa. Tres mandatos timoneando uno de los buques insignia de la cultura española, la Real Academia. Dieciocho temporadas si se tienen en cuenta sus años como académico de a pie y como secretario. Siempre con un pie en cada orilla de la Mar Océana (por mor de «la lingüística panhispánica», la niña de sus ojos), con el viento soplando en las velas de nuestra lengua.

Víctor García de la Concha ha llegado a puerto. La travesía ha concluido. El director de la RAE se jubila, aunque seguirá en su puesto en funciones hasta el 12 de enero. Hoy mismo se elige a su sucesor. «¿Mis sensaciones en estos momentos? Predomina la del deber cumplido. Pero me apresuro a decir que al margen de la vertiente personal que esto conlleva, no por lo que haya podido lograr, que también, lo es por lo que han logrado la Academia y las Academias hispanoamericanas, de Estados Unidos y Filipinas. Me he entregado en cuerpo y alma, pero no hacía más que ejecutar lo que la Academia iba delineando».

García de la Concha y la Academia son los más expertos médicos para realizar un diagnóstico de la salud del español. «Creo que está viviendo una gran expansión. Y no sólo cuantitativa, también cualitativa». No obstante , todavía quedan fronteras que cruzar. «Ahora, el gran reto para consolidarse como segunda lengua de comunicación internacional es hacerse mucho más presente en el mundo digital». El todavía director de la RAE resalta «el gran servicio» que le están prestando a la comunidad iberoamericana las Academias, y se enorgullece de lo que se ha dado en llamar «política lingüística panhispánica; es decir, que todo lo hagamos entre todos, todo lo construyamos y ratifiquemos entre todos».

Institución pionera

A punto de ser tricentenaria (el aniversario será en 2013), la RAE vio pronto que había que tomar decididamente el camino del futuro, Eldorado de lo digital. «En lingüística computacional, la RAE es absolutamente pionera, creando compilaciones que albergan más de 600 millones de registros léxicos. Es más, el nuevo Diccionario Histórico es un diccionario concebido digitalmente, no un diccionario escrito y luego trasvasado al formato digital. Ahora mismo estamos trabajando en un nuevo portal de la lengua española en el que vamos a volcar todos los registros lingüísticos que tiene la Academia, de tal manera que una persona podrá teclear una palabra y tendrá acceso a ver todo lo que sobre esa palabra hay en los Diccionarios, en la Ortografía, en la Gramática... Estamos haciendo una gran bibliografía histórica, de forma que de cualquier palabra que uno elija se encuentran ciento cincuenta mil entradas sobre todo lo que se ha escrito acerca de dicha palabra».

¿Algún consejo o sugerencia para su sucesor? «No seré yo quien se lo diga, será la propia Academia. Porque el director tiene un mandato especificado y que se especifica de continuo. Estoy convencido de que habrá de continuarse esta política lingüística panhispánica, habrá que sacar adelante la Gramática Básica, la que todos llevaremos en el bolsillo, y también la Ortografía manual que tendremos al lado de la mesa cuando tengamos dudas; preparar la próxima edición del Diccionario, la de 2013... como verá tiene tarea». Y García de la Concha, experto conocedor del Siglo de Oro, remata la frase por expresivísima boca de Lope de Vega: «Quien lo probó, lo sabe».

La unidad del español

Hora es de preguntar cómo se toma el pueblo estas cuitas de la lengua, ¿en plan agudo, grave o esdrújulo? «No es que de repente a la Academia se le ocurra dictar una norma. No es ella quien considera algo correcto o no, son los hablantes quienes así lo consideran. Somos nosotros quienes hacemos caso a los hablantes». Los hablantes incluso alzan la voz en corros y corrillos, como ha sucedido con los cambios propuestos por la nueva Ortografía. «Las Academias pensamos sobre todo en la unidad del español, y éramos conscientes de que quienes aprendimos ciertas denominaciones de niños las vamos a mantener. Son cambios que tardarán en aceptarse, serán las nuevas generaciones las que lo hagan, porque la ortografía evoluciona muy lentamente, poquito a poquito».

¿El hombre García de la Concha es otro tras su paso por la Academia? «Tanto como un hombre distinto... Vargas Llosa dice en “El sueño del celta” que un hombre es muchos hombres, pero desde luego salgo inmensamente enriquecido, porque he estado en un puesto privilegiado. De servicio, ciertamente, al que he consagrado la vida entera, donde me he dejado muchos años y bastante salud, pero del que al mismo tiempo he recibido cosas impagables. Pocos cargos habrá que comporten este enriquecimiento personal». ¿No me diga que se está emocionando? «Hombre, no sería de extrañar, eso es propio de humanos».

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