Petros, el pelícano de Mikonos y la inmortalidad
El primero llegó a la isla en los años 50 por accidente. Así comenzó la historia griega de un animal que sedujo hasta a Jackie Kennedy
Petros, con un pescador
Cada atardecer, dos trabajadores del servicio municipal de Mikonos buscan en los estrechos callejones de Chora, la capital de la isla, a Petros, un ejemplar de pelícano rosado para llevarlo a pasar la noche a salvo, a un jardín secreto hasta que despunta el ... mediodía y puede continuar con sus aventuras. Petros es uno de los pelícanos que desde la década de los años 50 del siglo pasado residen de forma permanente en la isla.
Un día de otoño en su vuelo de regreso a África donde pasaría los fríos meses de invierno, un joven pelícano se topó con una fuerte tormenta mientras sobrevolaba las aguas del Egeo. Sus alas cansadas y su escasa experiencia en vuelos largos, provocaron que el ave cayese al mar, separándose de su grupo. De las cristalinas aguas dejadas tras la tormenta lo rescató Antonis Jaritópulos, un pescador de Mikonos que había salido a faenar por la zona ese 16 de octubre de 1952. Agotado y moribundo, fue trasladado por Jaritópulos a la isla. Cuando llegó al puerto, los locales que esperaban ante el improvisado tenderete de venta de pescado no podían creer lo que tenían ante sus ojos: era la primera vez que veían a una criatura como esa.
Vecino animal
Otro pescador llamado Zodorís Kyrandonis -quien también había acudido a vender el género que había conseguido durante la jornada-, fascinado por el aspecto del animal, pidió hacerse cargo de él. Así fue como Zodorís lo llevó a su humilde hogar, le curó las heridas, lo alimentó y lo bautizó con el nombre de Petros, en honor a un héroe local homónimo caído en la Segunda Guerra Mundial.
Tras recuperarse totalmente, Petros decidió quedarse en la isla. Allí, en compañía de Zodorís y mimado por todos sus habitantes, era un pelícano feliz: adoraba pasearse por las callejuelas de la Chora y acompañar a los isleños en sus quehaceres diarios. En la década de los 50, Mikonos era un lugar que nada tenía que ver con la cosmopolita isla que cada año acoge a más de dos millones de turistas. Era una sociedad cerrada donde la luz eléctrica aún no había llegado.
Boda y rapto
Pocos años después de la llegada de Petros, la belleza natural del lugar enamoraría a la soprano Maria Callas y a su entonces compañero Aristóteles Onassis. El magnate griego convirtió la isla en su lugar de vacaciones. Allí, él y su esposa Jackie Kennedy, fueron vistos y fotografiados en múltiples ocasiones en compañía de Petros. En 1963, tras su regreso a Nueva York, Jackie envió desde el otro lado del océano un ejemplar hembra de pelicano, Irini, para que Petros no estuviera solo.
Tiempo después, los locales celebrarían por todo lo alto la 'boda' entre Petros e Irini. Irini, no obstante, no era sociable como Petros y no dejaba que los turistas se acercasen a ella. Los habitantes de Mikonos, famosos por su hospitalidad, recibieron con los brazos abiertos a Alfonso y Omega, otros dos pelícanos que llegaron a la isla de la mano de unos empresarios locales.
La vida de Petros no estuvo exenta de peligros. En 1958, el joven pelícano fue raptado por los envidiosos vecinos de la isla de Tinos. En cuanto al secuestro, existen varias versiones. Algunos habitantes de la isla de los vientos aseguran que el pelícano habría llegado a Tinos siguiendo a un grupo de alumnos de primaria durante una excursión escolar; otros que fue capturado por los isleños durante uno de los paseos que el ave realizaba a las ínsulas aledañas cuando recordaba su naturaleza animal, desplegaba sus alas y desaparecía en el horizonte por unas horas. La versión de la periodista y escritora griega Eleni Vlaju, propietaria del diario 'Kathimeriní', es distinta. Ella afirma que fue un rapto perpetrado por los vecinos de Tinos en el marco de la rivalidad política entre ambas ínsulas. No obstante, todos coinciden en que los habitantes de Mikonos organizaron una misión de rescate en la que participaron todas las embarcaciones de la isla y trajeron a Petros de vuelta, quien fue recibido con todos los honores al llegar al puerto de Chora.
Son muchas las historias que circulan y que no coinciden sobre Petros, sus sucesores y el resto de los pelícanos que han residido como un isleño más en Mikonos desde hace más de 70 años. Según preguntes, unos te dirán que en este momento viven en la isla tres pelícanos o solo uno, Petros. El alcalde de Mikonos, no obstante, nos confirma que realmente solo Petros II sigue en la isla, pero no sabe lo que pasó con Irini y el resto de pelícanos. Se muestra, además, reacio a desvelar la ubicación del jardín para que siga siendo un secreto y salvaguardar su seguridad.
Literatura
La figura de Petros, tanto del original como de los posteriores, ha inspirado decenas de cuentos infantiles y textos literarios. Entre los más destacados y que se puede adquirir en la mayoría de las librerías del país, se encuentra 'Petros, el pelícano de Mikonos', de Marina Petrí, y que ha sido traducido en inglés. Eleni Vlaju, en su libro 'Stigmiótypa', dedicó estas bellas palabras al pelícano: «Mikonos era suya y le permitía satisfacer libremente un apetito insaciable por el pescado fresco, que agarraba donde quería, cuando quería, de los faeneros que llegaban a la orilla, de las pescaderías en el mercado, de las tabernas. [...] Serio y solemne, vestido con los colores blancos puros de la isla, a veces recordaba que era un pájaro, y extendía sus enormes alas y desaparecía en el horizonte, generalmente sobre Delos».
Petros II es el único animal de Grecia que posee una partida presupuestaria municipal propia. Cada año, el pleno del ayuntamiento aprueba varios miles de euros con los que se pagan los honorarios de los dos funcionarios que se encargan de llevarlo al jardín donde pasa la noche, su alimentación durante los meses bajos de turismo y sus gastos veterinarios. Cuando cae el sol, dos funcionarios municipales se encargan de buscarlos entre las angostas calles de Chora y llevarlo a un vergel hasta la mañana siguiente, cuando el tráfico rodado, tras los repartos en restaurantes y tiendas ha finalizado y la capital de la isla se convierte en un lugar seguro para el pelícano.
¿Muerte accidental?
A Petros 'el original' le encantaba descansar en el puerto, cerca de las barcas de los pescadores a quienes esperaba pacientemente cada mañana para probar alguno de los deliciosos bocados que traían del mar. Una mañana de diciembre, Petros, seguramente con el buche lleno, decidió echarse la siesta bajo una de las camionetas de reparto. El conductor puso el motor en marcha y Petros quedó atrapado entre las enormes ruedas del vehículo. Aunque fue trasladado en helicóptero a la ciudad de Salónica, murió pocos días después. Hay otras versiones de su fallecimiento que circulan no solo por la isla, sino por toda Grecia: son muchos los helenos que creen que murió a causa de las terribles heridas que le causó un turista británico ebrio.
Desde entonces, todos los pelícanos macho que han pasado por Mikonos se han llamado Petros. En este momento y desde hace varias décadas, entre los miles de turistas, se pasea Petros II, un ejemplar enorme de pelícano rosado que se ha convertido en un reclamo turístico más de la isla. Desde las 12 de mediodía, se le puede ver en peregrinación entre las tabernas Nikos y Paraportianí, donde le dan su comida favorita: salmonetes.
MÁS INFORMACIÓN
Sea como fuere, el Petros que ahora reside en la isla pasa sus noches en el resguardo que le da ese jardín casi mitológico cuya ubicación es conocida por unos pocos. El secreto sobre la ubicación del jardín en el que Petros pasa las horas desde el ocaso hasta bien entrada la mañana nos lleva a pensar en el mítico Jardín de las Espérides. Tal vez allí, rodeado de las manzanas doradas, Petros haya logrado la inmortalidad y se encuentre en el proceso de convertirse en un ser mitológico.