Pérez-Reverte estalla contra la cultura de la cancelación: «Se ofenden para demostrar su progresía moral»

El académico de la RAE protestaba en Twitter contra la reedición de las novelas de James Bond mientras señalaba el peligro de la deriva de reescribir el pasado en su columna del 'XL Semanal'

El escritor Arturo Pérez-Reverte JUAN FLORES

Hace unos días que el diario británico 'The Telegraph' desvelaba que las novelas de James Bond habían sido reeditadas para eliminar referencias racistas. Las nuevas versiones verán la luz este abril, cuando se cumplen 70 años de la publicación del primer libro de ... la serie de Ian Fleming, 'Casino Royale'.

Arturo Pérez-Reverte mostraba su rechazo a esta reedición en Twitter. «Más hipócrita basura anglosajona que los europeos haremos nuestra, como de costumbre«, comenzaba en su tuit. La polémica por las novelas de James Bond viene precedida por una similar que hizo correr ríos de tinta: La reescritura de las obras infantiles de Roald Dahl, en las que se modificaban las palabras que podían resultar ofensivas.

Detrás de ambos casos están los denominados lectores de sensibilidad. Se trata de colectivos que se han incorporado a las editoriales del mercado anglosajón para analizar los libros por si tuvieran contenido potencialmente ofensivo».

«Gracias a los demagogos, los oportunistas que hacen de esto su negocio y los idiotas que les aplauden, el siglo XXI está siendo el siglo de la estupidez. Enhorabuena«, sentenciaba el escritor en esta red social.

Poco antes de que saltara la polémica de James Bond, el académico de la RAE ya trataba en su columna dominical de 'XL Semanal' el fondo que subyace en este asunto: el empeño de reescribir el pasado. El autor de 'Revolución' tomaba como ejemplo una película basada en el clásico de Arthur Conan Doyle. En el filme los subtítulos en español («no en la versión original, sino en su traducción», especificaba), Sherlock Holmes y Watson dejaban de tratarse de usted y pasaban a tutearse.

Lo que puede parecer un pequeño anacronismo en el guion, es un salto abismal para «cualquier devoto del inmortal detective», protestó el académico que señaló que «eso me chirrió hasta lo doloroso, acostumbrado como estoy a las correctas maneras de los personajes de Conan Doyle«.

Pérez-Reverte se hacia eco así de películas y series recientes donde los anacronismos y las distorsiones de la realidad son frecuentes. «Ahora parece que retorciendo la visión desde el presente nos propongamos reescribir y modificar el pasado«, argumentó para, a continuación, señalar varios ejemplos: »En la Inglaterra victoriana nos sitúan con toda naturalidad a refinados aristócratas de origen africano, en la Francia dieciochesca hacen que la corte de Versalles acepte sin pestañear a una pareja que muestra públicamente su homosexualidad, convierten a un enano en temible espadachín o se inventan, como en la reciente y fallida 'Babylon', a una mujer directora de películas en el Hollywood de los años veinte y a un trompetista negro, en la misma época, como gran estrella de cine«.

«Nadie se atreve a desmentirlo»

El escritor puso el dedo en la llaga al apuntar que el peligro no estriba en la gente con información y conocimientos (para los que «esas variantes pueden ser incluso interesantes y educativas: enfoque distinto, visión original y hasta provocadora o destructora de la tradicional»), sino en «el público ignorante, desinformado o sumiso a los patrones sociales de hoy, que gracias a la demolición de la educación y la cultura empieza a ser demasiado« porque »acaba creyendo que la realidad histórica fue aquélla, con sus anacronismos y disparates«.

El problema es que «nadie se atreve a desmentirlo, por miedo a la sanción social de quienes viven y medran con algo de lo que ofenderse para demostrar su compromiso social, su progresía moral y su pureza ideológica«, esgrimió Pérez-Reverte, por lo que el falso relato acaba imponiéndose. De ahí que, como ya ocurre en el ámbito anglosajón »nadie podrá ver o leer, pues quedarán proscritas, las novelas, las películas, los libros de Historia que cuenten el mundo como realmente fue y no como quisiéramos que hubiera sido«.

[Lea aquí la columna completa de Arturo Pérez-Reverte en XL Semanal]

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