El peor viaje de Ramón Campos: con mellizas y a lo loco

Empieza con una introducción que inevitablemente nos intriga, de tan normal que parece: «Fue el primer viaje que hice a Galicia con mis hijas recién nacidas, las íbamos a presentar a nuestros padres». ¿Qué puede torcerse en un gesto tan natural, tan tierno? Estaba todo planeado con la que entonces era su mujer. «Es un viaje que normalmente dura seis horas», cuenta, para proseguir: «Salimos a las cuatro de la mañana, por aquello de que no se iban a despertar».

La acción se sitúa ya al pie del automóvil. «Las metimos en el coche en sus sillitas, dormidas. Les pusimos los cinturones, y seguían dormidas». Y ahora, el momento clave en el que la acción se complica: «Fue ponernos en marcha y se despertaron». El planteamiento da paso al nudo: «Se convirtió en un trayecto de diecisiete horas, parando a cada momento: «Para por pañales, para por biberones, para porque lloran, para porque vomitan... Y claro, no iban coordinadas. Un infierno». El desenlace es positivo: llegaron. Eso sí, «la última parada fue a solamente cinco kilómetros de mi casa, y me parecía que no se terminaban nunca». Los felices abuelos pudieron conocer a sus nietas que «afortunadamente no recuerdan ese viaje, pero nosotros sí que nos acordamos, sí».

Con las niñas ya crecidas, Ramón Campos está ahora inmerso en la presentación de 'El caso Asunta', una serie de eso que llamamos en inglés 'true crime' porque lo de «crimen basado en hechos reales» nos suena menos 'cool'. En los últimos años se ha implantado con fuerza en España este género que hace años que atrapa audiencias en Estados Unidos, y al que nosotros parecíamos ser ajenos, como si todo lo que se explica fueran cosas que solamente pasan en ese país. «Nos interesa entender la maldad humana, que es fascinante», explica el productor, que atribuye esta fascinación a que «nos da miedo sentir que algún día nos podemos convertir en el sujeto que estamos viendo», ya sea el agresor o su víctima.

Ahora bien, advierte en que no hay que caer en el morbo por el morbo: «Para mí es importante diferenciar entre 'true crime' y suceso, que se está mezclando ahora en España». Concreta: «Si hay reflexión, es documental, es 'true crime'. Si solo cuentas el asesinato, es un suceso. Si a través de ese crimen logras hacer reflexionar sobre un tema importante, estás llevando el suceso más allá».

De hecho, lo del 'true crime' ya está en el teatro y la novela desde tiempos de los griegos, como mínimo: «Existe en documentales, series de ficción y largometrajes, pero también en teatro, como existe en ópera. Lo que pasa es que los pactos de lectura con el espectador son diferentes». Hay algo de 'true crime' en Edipo, en la guerra de Troya, en alguna tragedia clásica…

Ramón Campos asegura que en el género del documental, como este 'El caso Asunta' encuentra su «rincón» en la industria audiovisual. «Soy un periodista frustrado que se metió en la ficción», comenta, para añadir: «Cuando hago documentales no pienso en el público, sino en lo que a mí me interesa contar para que quede una reflexión para el futuro». Las series de ficción también le entusiasman, pero son al mismo tiempo una fuente de ingresos para poder sacar adelante otros proyectos. La miniserie, de solo seis episodios, se podrá ver en Netflix a partir del 26 de abril, con Candela Peña y Tristán Ulloa en los papeles de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres de la niña de doce años Asunta Basterra, cuyo cadáver fue hallado en una pista forestal del municipio de Teo en 2013.