Novísimos del arte flamenco
Una nueva generación se estrena en las principales programaciones del género jondo
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Iniciar sesiónEl fenómeno que se ha producido en el flamenco en los últimos años resulta del todo curioso. Una generación ha desaparecido de las programaciones: aquella que comenzó su andadura en los 60. Otra, la que debería haberse consolidado, no lo ha hecho como antaño ... hicieron sus antecesores. Es decir, titubea en su imposición como verdadera referencia para los iniciados. Y una última se incorpora ya a un panorama de incertidumbre, donde las reglas del tablero son cambiantes y todo, desde ese punto, parece por hacer. Son los novísimos. Acaban de entrar en el juego, pero de aquí a unos años algunos serán primeras figuras.
Los mayores de 60 años no están representados. La mayor parte de los máximos exponentes han muerto, digamos, a destiempo: Camarón, El Lebrijano, Enrique Morente, José Menese, Manuel Agujetas…, en lo que al cante se refiere. Y los que quedan sufren escaso protagonismo en los grandes festivales: José de la Tomasa, Pansequito, El Pele, Inés Bacán… En este contexto, los que hasta hace relativamente poco eran promesas pasan a la primera línea: Arcángel, José Valencia, Pedro El Granaíno, Antonio Reyes, Esperanza Fernández…, además de otros como Segundo Falcón y Rafael de Utrera, que tratan de abrirse camino en solitario. Tienen mimbres para ello. Pero una prueba de que esa generación no se ha posicionado como la de sus predecesores es el que gran público no alcanzaría a reconocer más de un par de nombres. En Tiktok los llaman 'boomers'. Esto es, maduros. Tienen talento y suponen el relevo a una especie de Generación del 27 del flamenco.
Si en los 80 dedicarse al cante era una objetivo reservado para unos pocos privilegiados con una generación dorada en activo dominando las citas mayúsculas, hoy los novísimos se benefician de esta nueva escena para su incorporación. El tablero aún no se ha reajustado con la desaparición de los tótems. Asimismo, los adolescentes no necesitan más plataforma que el escenario y las redes. De sobra conocen el universo digital, pues nacieron con él. Y los principales ciclos cuentan con ellos, creando un tejido artístico que en el futuro cosechará sus frutos. Algunos están en los tablaos, cuajándose antes de mostrarse al mundo. Otros se consolidaron de manera precoz, como Rancapino Chico (Chiclana, Cádiz, 33 años)
La Suma Flamenca Joven, desde Madrid, es una muestra de ese tejido: un cartel confeccionado por artistas de las generaciones Z y millennial que ha concluido con éxito esta semana. Pero es que muchos de estos jóvenes hace ya algún tiempo que se colaron en la programación de los mayores: María Terremoto (Jerez de la Frontera, 22 años) e Israel Fernández (Corral de Almaguer, Toledo, 33 años) son dos ejemplos.
Jóvenes promesas y valores consolidados
La Bienal de Flamenco de Sevilla y la de Holanda, Flamenco On Fire de Pamplona, el Festival de Jerez, Nimes, Mont de Marsan, Nueva York y Londres también cuentan con ellos, por eso en los últimos cinco años han generado gran notoriedad. Porque tienen público. Porque atraen a entendidos y neófitos. Muchos se habrán preguntado quiénes son esos dos chicos que a menudo actúan junto a Farruquito y Alfonso Losa. Se llaman Ismael de la Rosa El Bola (Sevilla, 27 años) y Ezequiel Montoya (Sevilla, 23 años). El primero es el cantaor que acompaña a C. Tangana en su sonada gira. Y su caché estallará por los aires. Merecidamente, claro. El segundo triunfó en La Voz y espera seguir haciéndolo en un porvenir temprano.
Se abre paso en la vereda El Perrete (Badajoz, 30 años) desde Extremadura, que recupera el eco de Valderrama según su tierra. Algo así como un artista en la línea de Porrina, pero con discurso propio. Los hay polifacéticos, como José Luis Pérez-Vera (Hinojos, Huelva, 28 años), que canta, baila, toca el piano y está al borde de publicar su primer álbum. También Ángeles Toledano (Villanueva de la Reina, Jaén, 27 años), cantaora de gran presencia en el escenario, y El Purili (La Línea de la Concepción, Cádiz, 21 años), quien recupera la figura del cantaor que baila sobre su propio cante, como Perico El Pañero o Miguel Funi. O sea, festivo.
También están los que no poseen una baraja de cantes muy extensa, pero presumen de aridez: El Boleco (La Puebla de Cazalla, Sevilla, 21 años), María Jesús Bernal (La Puebla de Cazalla, Sevilla) y Juanfran Carrasco (Santa Amalia, Badajoz, 23 años). Quienes continúan sagas, como Lela Soto (Madrid, 30 años), de los Sordera, y Manuel de la Tomasa (Sevilla, 23 años) . Y los que tratan de reabrirlas: Reyes Carrasco (Los Palacios, Sevilla, 16 años), aunque esté en la casilla de salida y las anticipaciones no sean beneficiosas. Calma.
En la guitarra, el último Bordón Minero lo ha conquistado Álvaro Mora (Moguer, Huelva, 24 años). Quien acompaña habitualmente a José Mercé es Manuel Cerpa (Chipiona, Cádiz, 19 años), ganador de 'Tierra de Talento'. Cabe mencionar que los 'talent show' suponen en la cultura audiovisual de la que somos partícipes otras de las plataformas que lanzan artistas saltándose los caminos tradicionales del género: trabajar para el baile, tablaos, concursos, compañías, festivales, etc.
Antonio Canales y Rafael Riqueni andan entusiasmados con David de Arahal (Arahal, Sevilla, 22 años), que ya tiene álbum propio: 'Mar verde'. Yerai Cortés (27 años, Alicante) se acaba de dar a conocer a través de Rocío Molina, la aplaudida bailaora con la que trabaja en 'Trilogía de la guitarra'. En un par de años ha multiplicado varias veces sus contrataciones. Alejandro Hurtado (San Vicente del Raspeig, Alicante, 27 años) se ha desvinculado de Mayte Martín recientemente para afrontar otros proyectos, y ha sorprendido con una revisión de los clásicos desde el estudio. Y José del Tomate (Almería, 23 años), hijo de Tomatito, es uno más en los mejores elencos. Todo va deprisa. Al galope, pensarán los que de pronto los han visto sentados a pierna cruzada. Pero es que entre esta nómina debemos resaltar a los músicos de acompañamiento: Jesús Rodríguez (Mairena del Alcor, Sevilla, 28 años) y Paco León (Puerto de Santa María, Cádiz, 31 años), con trayectoria a la espalda. Estos dos, entre otros muchos. Y los que irán saliendo.
En el piano y los vientos flamencos no se reitera esta fórmula con exactitud, pues hay iconos por ahí sueltos en los teatros de todo el planeta que impiden el ascenso al olimpo de otra generación. Sin embargo, un género que jamás se ha caracterizado por su movilismo se ve gozosamente invadido por savia nueva: Patricia Guerrero (Granada, 32 años), El Carpeta (Sevilla, 25 años), Águeda Saavedra (Nerja, 27 años), Juan Tomás de la Molía (Trebujena, Sevilla, 22 años), Sofía Suárez (Utrera, Sevilla, 22 años), Alberto Sellés (San Fernando, Cádiz), Andrés Barrios (Utrera, Sevilla, 24 años) y un largo etcétera. Cuando los que tienen entre 35 y 55 años estaban dando el paso hacia delante, han empezado desde abajo a apretar. Unos han logrado el Premio Nacional de Danza, como Patricia Guerrero. Otros aspiran todavía a aforos de mayores dimensiones que las del tablao, pero en el mismo camino andan con diferentes distancias recorridas.
Era de la imagen
Si un aficionado se hubiese despedido de la vida hace diez años y regresara hoy, no reconocería a muchos de los artistas más demandados. A la mayoría, en realidad. Flamenco On Fire, por ejemplo, contó en su última edición con María José Llergo (Pozoblanco, Córdoba, 28 años), una cantante que orbita alrededor del flamenco, e Israel Fernández en el auditorio central. Ese aficionado tampoco reconocería los nuevos sonidos, muchos de ellos vinculados con la electrónica, ni las estéticas dominantes. La imagen ha alcanzado una relevancia que se manifiesta a través de los videoclips, antes inexistentes, y los vestuarios. Al fin lucen con enorme variedad las prendas de los intérpretes. En líneas generales los tradicionales trajes de gitana han sido sustituidos por un armario mucho más variopinto. Miren, si no, la foto.
Una buena noticia: hay espacio para todos, pequeños y mayores, y se han de respetar las jerarquías. Otra más: el futuro parece asegurado para los próximos cincuenta años. Las reglas sociales y la industria musical, como aventuramos en el arranque, se han visto radicalmente modificadas. Esto provoca que entre padres e hijos se esparza todo un océano con sus brazos extendidos.
Israel Fernández: «Que en la música electrónica se escuché mi flamenco clásico es una bendición»
Israel VianaDesde que irrumpió como el nuevo mesías del flamenco hace una década, la trayectoria del que llevan años diciendo que es el sucesor de Camarón es de vértigo y ha conquistado al público del 'indie'
El escritor Fernando Iwasaki me sugirió a mis 20 años que tratase de entrevistar a mis coetáneos. Gente de mi edad. De un tiempo a esta parte, a los 26, me veo inmerso en una generación que siendo aún promesa ya tiene cabida. A este artículo le faltan nombres. Leído dentro de una década, tal vez le sobren unos pocos. Pero echen un ojo a los programas de mano: los novísimos son una realidad. Algunos tienen miles de seguidores en sus cuentas de Instagram mientras que otros aún no han despegado. Entre ellos reinan distintas propuestas, desde las más ortodoxas a las vanguardistas. Por eso lo ancestral sigue vistiéndose de horizonte por sus rostros. Ahí lo tienes, querido Iwasaki. Han llegado.
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