Nieves Herrero: «Viendo la tele ahora me digo muchas veces: 'Ay, ¡cómo hace falta un Jesús Hermida'!»

Así, lo primero que hace Nico, de apenas tres años de edad, en cuanto ella abre la puerta de su casa es sentarse en el sofá del salón a esperar a que «abu Neves» le cuente un cuento. «Ahí es donde pensé: 'Caray, este es mi rol, el de cuentacuentos'. Comencé a inventarme historias en las que él es el protagonista. Me fijé en su reacción para ver cuál funcionaba y cuál no, y después hablé con mi editorial para proponérselo. Les pareció muy buena idea el tema de los animales con Nico e incluso les dije que me gustaría que se pareciera a él en las ilustraciones y, la verdad, es que lo han clavado», explica la autora que presenta 'Nico y los animales' (B de Block) este 9 de junio en la Feria del Libro de Madrid y este 1 de junio en un evento muy especial, en el que abuela y nieto comparten el cuento.

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Aunque él ya lo ha leído con ella. «Fue el primero que vio el primer ejemplar que me llegó a casa. Se quedó muy sorprendido, muy impactado, pero luego ha hecho como una especie de desdoblamiento de la personalidad y considera que es normal. Piensa que todos los niños tienen su cuento y que él no es especial. Su sitio natural es el juego. Tampoco le choca que su abuela salga en la tele o en la radio», relata la presentadora de 'Madrid directo', en las tardes de Onda Madrid.

Herrero ha imaginado a su nieto relacionándose con diferentes animales (hormigas, un gato, un perro...), aprendiendo acerca de ellos y disfrutando de su compañía. «Yo siempre he sido muy bichera, me he criado en el campo, con perros, gatos, pollos... Iba llevando a casa a todo el que estaba malito. A Nico lo he convertido en un superprotector de los animales. Con sus amiguitos en el cole está siempre protegiendo a cualquier bicho, incluidas las lagartijas. Y, bueno, me gustaría inculcar ese amor. Creo que eso define la personalidad. Además, los niños que crecen observando y en contacto con la naturaleza tienen curiosidad por todo», explica.

Pero 'Nico y los animales' no ha nacido con la vocación de ser único. A la periodista le gustaría que fuera una saga y que tuviera continuidad. «En unas semanas va a nacer, si todo va bien, su hermana Olivia. Ya le he dicho que en el próximo cuento que le haga va a salir tu hermana».

De momento, está con su siguiente novela, que saldrá este noviembre y que continúa en su línea de recuperar personajes femeninos históricos, como Sonsoles de Icaza, Carmen Polo Franco o Pilar de Valderrama. «Lo primero que hice fue '100 mujeres 100' en Radio Cadena Española. Sacaba a mujeres desconocidas, pero que tenían protagonismo en lo que hacían. Están de moda, pero a mí siempre me ha gustado darles voz. Ahora lo que rescato son mujeres olvidadas en la historia. La única excepción fue la baronesa, que no estaba olvidada y que vino a por mí», señala.

'La baronesa', la biografía novelada de Carmen Thyssen que firmó la periodista se vio envuelta en una polémica, ya que la baronesa Thyssen se desligó por completo del proyecto y de Herrero, que no ha vuelto a retomar el contacto con ella desde entonces. «Pero vivo en paz y alabado sea el Señor. Todo su entorno ha venido a las presentaciones que he ido haciendo por cualquier sitio, así que no me extrañaría, porque ella también es así, que un día que nos veamos me salude como si no hubiera pasado nada. Y si yo la viera ahora, seguramente iría a darle un beso», asevera.

La autora apunta que la baronesa «sabe que ahí tiene la historia de su vida. Ahora la quiere contar en forma de documental que ha firmado con Netflix. Entonces ya está. He estado tres años al lado de un gran personaje y eso como periodista me encanta. Me atrae mucho estar con los personajes en la parte de atrás, donde se ve como son de verdad, y sigo con esa curiosidad».

Y es que Herrero se define ante todo como una contadora de historias («ahora de cuentos», matiza). «Es una frase que he adoptado de Jesús Hermida. Cuando alguien se lo tenía un poquito creído, lo quitaba de imagen y siempre le decía: 'No te olvides que no somos nada más que contadores de historias', era una cura de humildad permanente. En la tele es que eso se nota enseguida. Yo muchas veces me digo ahora: '¡Ay, cómo hace falta un Hermida!'».