Nacho Cano presenta su polémico 'Malinche' y revela que a la mujer de López Obrador le «ha gustado bastante»

Desde que subió al poder en 2018, los ataques del mandatario mexicano contra España por este episodio ocurrido durante el reinado de Carlos I han sido continuos, a pesar de las críticas de multitud de investigadores a ambos lados del Atlántico. A comienzos de 2019, López Obrador ya envió una carta a Felipe VI en la que exigía que pidiera «perdón a los pueblos originarios por las violaciones de lo que ahora se conoce como derechos humanos». En la misiva trasladó al Rey español que la conquista española «impuso la fe y se construyeron templos católicos sobre las antiguas pirámides».

En febrero de este año, el presidente de México llegó a romper las relaciones con España, aunque solo fuera de palabra. El político tabasqueño, cuyo abuelo José Obrador nació en Ampuero (Cantabria), llevaba meses sin sacar a relucir su obsesión por tildarnos de conquistadores sanguinarios y abusadores, pero volvió a hacerlo de la forma más cruda: «No somos tierra de conquista», sentenció, con esta frase hiriente tras más de 500 años. Hace solo tres días, el mandatario protagonizó su último intento de reescribir la Historia al lanzar un plan piloto para sustituir un currículo educativo que calificó de «colonialista, eurocéntrico y racista».

Los expertos creen que el presidente busca un enemigo externo para tapar el daño causado por la suspensión de las clases durante la pandemia. Este, además, se olvida de que los Reyes Católicos fueron los primeros en legislar la protección de los indígenas con 'Las Leyes de Burgos', por lo que se les considera precursores de la 'Declaración de los Derechos Humanos', y de que el arzobispo Alonso de Montúfar y el virrey Luis de Velasco combatieron su esclavitud. También, de que a su esposa le «ha encantado» el músical dirigido por el ex componente de Mecano, en el que lleva 12 años trabajando con la intención de «no analizar quiénes fueron los buenos y los malos». «¡Para nosotros todos fueron buenos!», ha expresado Cano ante un buen número de medios de comunicación españoles y latinoamericanos.

«Desde el principio entendí –ha declarado Cano– que este proyecto no se podía hacer si no era de la mano de México a todos los niveles, porque era una celebración de aquel país. Llegamos a un acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, que supervisó todo lo que tenía que ver con lo ocurrido entonces. El musical quiere celebrar lo bueno de lo que ocurrió. El otro día, además, hicimos la presentación en la Casa de México con el embajador presente. También invité a comer a la mujer de López Obrador, a la que le enseñé todo el musical y le gustó bastante. Este es un resumen de nuestras relaciones con el estamento político méxicano».