Casi todos contra Trump: el pop entra en campaña
El registro de votantes se disparó después de Taylor Swift manifestase su apoyo a Kamala Harris
Artistas como The White Stripes y Foo Fighters, entre muchos otros, rechazan el uso de su canciones en mítines republicanos y amenazan con acciones legales

Existe en Spotify una lista titulada 'Songs Trump Can't Legally Play At His Rallies' que recopila casi todas las canciones que sus autores o sus albaceas han prohibido expresamente utilizar a Donald Trump en sus mítines y actos de campaña. La ... colección es larga, más de tres horas y media de música, e incluye desde 'American Girl' de Tom Petty a 'Rumour Has It' de Adele; desde el aria final de 'Turandot' a 'The Winner Takes It All' de ABBA.
Está ahí también 'My Heart Will Go On', turbobalada de Céline Dion que llegó con portazo y extra de picante irónico. «De verdad, ¿esa canción?», tuiteó Dion el pasado mes de agosto tras descubrir que su gran éxito, tema central de la catastrófica y cataclísmica 'Titanic', sonó sin permiso durante un acto de Trump y J.D. Vance en Montana. De verdad, sí. A la vuelta de la esquina (y del iceberg), unas elecciones presidenciales en las que el pop ha vuelto a pedir la vez para decir la suya y dictar sentencia. Por resumirlo en un titular de la prensa estadounidense de esta misma semana, «Taylor Swift lleva a 400.000 personas al sitio de registro de votantes en menos de 24 horas».
También en agosto, pocos días después de su encontronazo con la diva canadiense, Trump invitó a Robert F. Kennedy Jr. a subir al escenario durante un acto en Arizona mientras de fondo atronaba 'My Hero', de Foo Fighters. Tampoco entonces pensó nadie en pedir permiso a la banda de Seattle, por lo que Dave Grohl y los suyos no tardaron en denunciar la apropiación de la canción y anunciar que donarían todos los beneficios generados por la canción a la campaña de, bingo, Kamala Harris.
Y como no hay dos sin tres, el pasado 3 de septiembre un juez federal de Atlanta prohibió a Trump y a su equipo seguir utilizando 'Hold On, I'm Comin', fogosa detonación de soul cantada por Sam & Dave y coescrita por Issac Hayes. «Queremos separarnos de un tipo como Donald Trump. No es un tema político, tiene que ver con el personaje», declaró Isaac Hayes III, hijo del legendario soulman de Memphis, tras conocer la sentencia. Hasta ese momento, 'Hold On, I'm Comin' había sonado hasta 134 veces en actos políticos de Trump. Ayer mismo, segundo mazazo consecutivo, ya un juez de Manhattan condenó al candidato republicano por violación de derechos de autor al utilizar 'Electric Avenue', de Eddy Grant, sin su permiso.

Según recuerdan asociaciones como ASCAP (American Society of Composers, Authors and Publishers) y (ARA) Artist Rights Alliance, la música que se reproduce en eventos públicos requiere de una licencia obtenida a través de organizaciones de derechos de ejecución como BMI y ASCAP. Se trata de licencias genéricas que permiten el uso de repertorios completos (BMI, equivalente estadounidense a la SGAE, gestiona más de 22 millones de canciones) y del que los autores pueden reclamar la eliminación de sus composiciones para su uso en campañas específicas. A partir de ahí, utilizar una de esas canciones puede acarrear consecuencias legales por violación de derechos de autor o publicidad engañosa.
«Esta máquina demanda fascistas»
Otro caso reciente, el de los White Stripes y su 'Seven Nation Army', evidencia que con Trump la cosa va más allá de la disputa legal y los derechos de autor: una vez más, los astros del pop y el rock han entrado en campaña y se han levantado en armas contra el candidato republicano. Así, mientras a Trump se le acumulan las cartas de cese y desistimiento por uso indebido de canciones, en los mítines de Harris suenan, sin que nadie proteste, temas de Bruce Springsteen, Kendrick Lamar, Eminem o Lil John. Incluso Beyoncé le ha cedido 'Freedom' para que la utilice como himno de campaña..
«Ni se les ocurra pensar en usar mi música, fascistas», amenazó Jack White, cabeza visible y parlanchina de The White Stripes, cuando 'Seven Nation Army', himno futbolero y 'loloizante' que hizo millonarios a los de Detroit, apareció hace unas semanas en una vídeo de campaña de Trump. Acto seguido, la puntilla. «Esta máquina demanda a los fascistas», dejó escrito White el pasado lunes en su cuenta de Instagram bajo una foto con la primera página de la demanda. Junto a las preceptivas cuestiones legales (violación de derechos, apropiación indebida «flagrante»...), la constatación de que The White Stripes, Jack y Meg White, «se oponen vehementemente a las políticas adoptadas y a las medidas tomadas por el demandado Trump cuando era presidente y a las que ha propuesto para el segundo mandato que pretende».
La proximidad de las elecciones del 5 de noviembre ha recrudecido el debate y confirmado que los astros del pop votan por Harris. O contra Trump. Al republicano, es cierto, le respaldan desde el reguetonero puertorriqueño Anuel AA al cantante de country Billy Ray Cirus pasando por rapmetalero Kid Rock o el siempre volátil Kanye West, pero a Harris le ha tocado el gordo después de que Taylor Swift anunciase oficialmente su apoyo a la candidata demócrata. «Votaré por Kamala Harris porque lucha por los derechos y las causas que creo que necesitan alguien que los defienda», compartió la autora de 'All Too Well' tras el debate del pasado miércoles. ¿Firmado? «Mujer con gato sin hijos». A Stevie Nicks, cantante de Fleetwood Mac, ni siquiera le hizo falta mentar a Harris: le bastó con animar a votar y firmar el post como «mujer con pero sin hijos» para que se le entendiese todo.
A favor de Harris se han manifestado también Olivia Rodrigo, Cardi B (que en mayo aseguró que no votaría por Biden), Charli XCX, John Legend, Pink y Stevie Wonder, pero como bien saben John Kerry y Hilary Clinton, una cartel musical de primera no es garantía de casi nada, menos aún de victoria electoral. De poco le sirvió al primero, por ejemplo, la gira 'Vote For Change', en la que artistas como R.E.M, Bruce Springsteen, Pearl Jam, Neil Young, John Fogerty, Dixie Chicks y James Taylor, entre otros, actuaron en estados clave para intentar movilizar el voto anti George W. Bush. Algo parecido le ocurrió a Clinton, a quien el apoyo de Madonna, Beyoncé o Lady Gaga no le bastó para derrotar a Trump.
Está por ver cómo acabará la historia con Harris, pero si algo ha conseguido Harris es la demócrata es ganarse el favor de artistas que, como Swift o Rodrigo, cuentan con inmensas bases de fans y, por tanto, de votos potenciales. Como muestra, ese incremento de entre el 400 y el 500 por ciento en el registro de votantes del que informaba la CBS justo después de que Swift manifestase su apoyo a Harris. Según la agencia federal General Services Administration, el posicionamiento de la cantante llevó a más de 400.000 personas a visitar la web vote.gov en pocas horas.
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