Se suicida el cantante coreano Choi Sung-bong a los 33 años: auge y derribo de un ídolo dickensiano que cayó en desgracia al fingir un cáncer

Noticia Relacionada

Oleada de suicidios en el K-Pop surcoreano, una profesión de riesgo en un país depresivo

Nacho Serrano

El índice de muertes de esta naturaleza en Corea del Sur es preocupante, pero ¿se deben a esto los fallecimientos en el género musical de moda, o hay algo más? Las bajas por infarto de estos jóvenes cantantes, desde luego, hacen sospechar

La historia de Choi es un clásico de la narrativa existencial dickensiana con un final abrupto tras su caída en desgracia. Perteneciente a una casa de expósitos como huerfano, cuando era niño tuvo que dejar los estudios musicales porque no podía pagar la matrícula. Aún más, huyó del orfanato con 5 años y, sin haber ido al colegio, logró sacarse el graduado escolar y estudiar bachillerato. Cuando entró al concurso trabajaba en la construcción.

Todo esto lo contó en un vídeo que acumula millones de visionados en YouTube, donde se puede ver su participación en 'Korea's Got Talent' en 2011, el gran concurso de talentos surcoreano, en donde también conmovió al mundo con su historia y con el logro de un meritorio segundo puesto. Su fama se disparó. Y ayer le encontraron muerto tras quitarse la vida en una de las zonas más caras del del distrito de Gangnam de Seúl.

En aquel vídeo, Sung-bong canta 'Nella fantasia', de Il Divo homenajeando a Ennio Morricone, y ganándose la extrema emoción de público y jueces. Y de ahí a que le apodaran el 'Susan Boyle coreano' en honor de la cantante escocesa o el 'Oliver Twist coreano'. Hasta Justin Bieber le elogió en su página de Facebook. «Esto es increíble. Nunca digas nunca, y buena suerte a este niño. Gran historia». A partir de aquí firmó un contrato discográfico con el sello Bong Bong Company que cristalizó con el lanzamiento de un ep en 2014.

Además, el artista publicó un libro autobiográfico superventas sobre su viaje desde una juventud menesterosa hasta la fama en internet. Pero su carrera se truncó abruptamente cual Paco Sanz en España cuando lanzó una campaña de recaudación de fondos diciendo que estaba luchando contra el cáncer y necesitaba dinero para el tratamiento. Después se supo que todo era un timo.

Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, la policía de Seúl ha concluido que Choi se suicidó debido a las circunstancias en su casa en el momento en que se descubrió su cuerpo, y debido a una nota que subió a su canal de YouTube a principios de semana en donde pedía perdón «a todos aquellos que sufrieron por mi estúpido error». También afirmaba que había devuelto el dinero «a aquellos que lo habían pedido» y que iba a pagar por sus «pecados» con su propia vida.

Moonbin, Sulli, Goo Hara, Cha In-Ha y Yohan, Jonghyun, Ahn So Jin, Lee Seo Hyun... son solo algunos de los nombres de artistas de la industria musical del k-pop que se han suicidado o han fallecido en extrañas circunstancias en los últimos años. Así que cabe preguntarse, ¿es una cuestión que tiene más que ver con la sociedad coreana que con la música?

En Corea del Sur, el índice de suicidios supera los 26 por cada 100.000 habitantes, muy por encima de la media mundial, que no llega a 10. Así que evidentemente, estos sucesos sí guardan cierta relación con la salud mental de su población en general. ¿Pero el K-Pop ayuda a reducir ese índice, o más bien todo lo contrario? Este nuevo caso vuelve a poner sobre la palestra mediática este grave problema en la sociedad surcoreana.