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Strauss y su 'murciélago' oxigenan el Real

Crítica de Música

El Teatro Real presentó en versión de concierto la opereta vienesa bajo la dirección de Marc Minkowski

'Manon' en en Liceo: ¡Amemos, riamos, cantemos sin parar!

Marc Minkowski, durante el concierto Javier del Real

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Crítica de música

'El murciélago' (versión de concierto)

  • Música Johann Strauss
  • Libreto Carl Haffner y Richard Genée
  • Intérpretes Huw Montague Rendall (Gabriel von Eisenstein), Jacquelyn Stucker (Rosalinde), Marina Viotti (Príncipe Orlofsky), Magnus Dietrich (Alfred), Leon Košavic (Dr. Falke), Krešimir Špicer (Dr. Blind), Alina Wunderlin (Adele), Megan Moore (Ida), Sunnyi Melles (Frosch), Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, Les Musiciens du Louvre
  • Dirección musical Marc Minkowski
  • Lugar Teatro Real, Madrid

Durante décadas y antes de que la posmodernidad fin de siglo viniera a dejar sin efecto algunos principios de clase, la opereta sobrevivía en el ámbito del pasatiempo. Lo hacía con la dignidad de quien solo aspira a manifestar buena fe y un plus de ... simpatía, que no es poco si se hace con honradez y verdadero oficio, a veces deslumbrante. Por eso, hasta los autores más exigentes señalaban lo difícil que podía llegar a ser trazar un línea entre el espectáculo y la experiencia artística, a pesar de que el ámbito sentimental fuera algo propio de la opereta frente a la proyección simbólica de la vida encarnada por la ópera. ¿Dónde colocar la trinchera entre un género dominado por la pasión y la voluntad artística, y aquel otro plagado de 'personajes superfluos' según dijo un crítico tras el estreno de 'El murciélago' en 1874? El comentarista, que era no demasiado amigo del género, anticipaba la pequeñez humana de la obra repleta de pasiones fabricadas, clichés y gestos tópicos (lo que es verdad) pero erró el cálculo a la hora de pronosticar un futuro que veía de corto alcance. A punto está de cumplir el siglo y medio y 'El murciélago' sigue vigente gracias a la sabia mezcla entre la caricatura y la 'alegre y distinguida' música de Johann Strauss, un autor de formidable talento que prefirió dejar de lado el arte supremo para consagrarse, con una calidad fuera de toda discusión a algo tan inmediato como el estricto placer sensual. En el camino, grandes directores y sobresalientes intérpretes le fueron dando la razón.

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Sobre el autor Alberto González Lapuente

Crítico y colaborador de ABC Cultural

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