Sting: «Con la IA, tenemos que asegurarnos de que existan barreras de seguridad en nuestras leyes y en nuestra ética»

El músico habla para ABC a propósito del estreno 'Message in a Bottle', un espectáculo de danza sobre sus canciones, en la PBS, la televisión pública estadounidense

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Sting, en

María Estévez

Los Ángeles

Sting acumula 17 premios Grammy pero, más importante aún es la colección de himnos que ha fraguado durante las cinco décadas de carrera, en las que no ha dejado de actuar. Uno de sus hits más clásicos, 'Message in a Bottle', se ha ... convertido en un espectáculo de teatro y danza con la puesta en escena y la coreografía de Kate Prince, tres veces nominada al premio Olivier. Una producción del Sadler's Wells de Londres que a principios de noviembre se podrá ver en 'Great Performances', el mítico programa de televisión de la PBS (la televisión pública estadounidense) y que en 2024 llegará a la Royal Opera House de la capital británica. Con arreglos de Alex Lacamoire –director musical y arreglista de 'Hamilton' en Broadway–, y una mezcla de estilos de baile interpretados por ZooNation –la compañía de Kate Prince–, 'Message in a Bottle' cuenta una historia de humanidad y esperanza. ABC pudo hablar sobre el espectáculo con Sting, que ha aparecido en 'Great Performances' más de media docena de veces.

—Sus canciones siempre han reflejado su capacidad para contar historias. ¿Cómo es su proceso de creación musical?

—Escribo canciones para divertirme, para mantener mi cerebro ocupado. Es una disciplina bastante difícil, como escribir cuentos. Tienes que conseguirlo dentro de un cierto lapso de tiempo, con una cierta cantidad de versos, por lo que no puedes extenderte demasiado. Esa forma de escribir exige cierta disciplina. Me encanta contar historias, y una de las mejores cosas de este espectáculo de danza es que han tejido mis canciones en una especie de 'metanarrativa', porque también refleja mis propios sentimientos sobre el mundo y esta crisis en la que todos estamos inmersos.

—Siempre me pregunté qué mensaje habría puesto Sting en esa botella.

—Básicamente es una petición para conectar. Las circunstancias que vivimos nos deberían invitar a darnos cuenta de que todos nosotros podríamos estar en esos barcos de inmigrantes con nuestras familias si estuviéramos en peligro. Y creo que la migración es algo que los seres humanos hemos hecho durante milenios. Cuando hay una sequía, cuando hay una hambruna, cuando hay una guerra, nos mudamos a otro lugar... los Estados son una invención bastante reciente.

—Al comienzo de su carrera recibió la influencia de otros artistas, músicos y escritores ¿Cómo se siente ahora al estar en el otro extremo de ese espectro en el que influyes en los demás?

—Bueno, es un hermoso legado del que ser parte. Los trovadores hemos contado historias a lo largo de la Historia y es un legado del que me siento muy orgulloso. Ahora que soy un compositor veterano, me siento bien porque guardo la esperanza de que el mensaje que estoy tratando de transmitir llegue a todo el mundo.

—¿Cómo compone sus piezas?

—Practico todos los días. Estoy sentado aquí con una guitarra [que muestra a cámara, ya que la entrevista es vía Zoom] porque es mi hora de ensayo. Y empezaré a hacerlo en cuanto termine la entrevista. Siempre estoy buscando algo que no haya descubierto antes; un intervalo, algo que despierte mi interés. Y a partir de ese pequeño detalle construyo una canción. Tiendo a escribir la música primero. Mi teoría es que para construir música de la manera correcta hay que encontrar una narrativa –una narrativa abstracta, si se quiere–, un comienzo, un desarrollo y un final, un estado de ánimo. Luego me corresponde a mí, como letrista, preguntarle a la música qué me dice, escuchar la canción. Es como si un escultor mirara un trozo de roca y dijera: allí hay un brazo, allí una pierna y allí una nariz. Algunas personas escuchan música y ven colores.

«Todavía soy estudiante de música. Todavía estoy estudiando. Nunca se puede llegar al final de la teoría musical o de su práctica. Estoy viviendo un viaje maravilloso e interminable»

—¿Cree que su música ha madurado y perdurado con los años?

—Mi trabajo todas las noches es ver evolucionar cada canción que he escrito. Cuando estoy en el escenario no sólo estoy reproduciendo algo que se grabó hace décadas. Estoy allí para descubrir algo nuevo y siempre estoy en ese proceso de descubrimiento. Todavía soy estudiante de música. Todavía estoy estudiando. Nunca se puede llegar al final de la teoría musical o de su práctica. Estoy viviendo un viaje maravilloso e interminable. Y sabes, quiero mejorar como compositor, como autor. Incluso a mi edad, sigue siendo mi viaje, sigue siendo mi pasión, y espero que esté evolucionando.

—Inició su vida laboral como docente. ¿Aún está enseñando algo con su música?

—Enseñé durante dos o tres años y rápidamente me di cuenta de que enseñar no es lo que ocurre en un aula. En realidad estás ahí para mostrar entusiasmo por algo, un poema, una pintura o una ecuación. Sólo tienes que demostrar tu amor y entusiasmo por el conocimiento, y luego la gente aprende. La enseñanza es algo que hacen los pedagogos y yo nunca lo fui. Supongo que eso es lo que hago en el escenario: muestro e infundo en el trabajo mi propia energía, mi propia curiosidad, mi propia pasión, y parece estar funcionando.

—¿Es más importante la música o las palabras?

—No creo que puedas separar las dos cosas. Van de la mano. La música escribe la letra y la apoya, por eso no quiero separarla. No es poesía. Es escribir canciones. Es un medio completamente diferente, aunque un poco poético.

«La música y la palabra van de la mano en una canción. La música escribe la letra y la apoya, por eso no quiero separarla. No es poesía. Es escribir canciones. Es un medio completamente diferente, aunque un poco poético»

—¿Le influyeron en sus inicios aquellos muchachos de Liverpool?

—Vengo de un pueblo llamado Newcastle en el norte de Inglaterra. Es un puerto marítimo como Liverpool, también de clase trabajadora. Y esos cuatro muchachos de Liverpool que me llevan una década de ventaja conquistaron el mundo con sus canciones. Dieron permiso a toda una generación para al menos intentar ser como ellos. Si ellos pudieron hacerlo, entonces podríamos intentarlo nosotros. Les debo mucho y siempre los cito como una gran influencia en mi carrera. Siempre estaré agradecido a los Beatles.

—¿Se le hace difícil interpretar 'Roxanne' 43 años después?

—Tengo que cantarla todas las noches, y la tengo que cantar en Do alto, por lo que es un poco como un salto de altura. Tengo que prepararme para ello. Generalmente es al final de la noche cuando mi voz se calienta. Pero de nuevo vuelvo a lo mismo, siempre estoy buscando una manera distinta de interpretar la canción. Un poco de rearmonización y normalmente lo encuentro. Hace unos días, en un concierto en San Diego, encontré algo que no había encontrado antes y la banda se dio cuenta. El público no se dio cuenta, pero yo sí.

«Todavía busco el silencio dentro de una canción. Creo que lo único que hacemos como músicos es el silencio, que es la música perfecta si lo piensas bien. Hay una perfección en el silencio y simplemente dibujamos un marco a su alrededor. Ese es nuestro trabajo»

—¿Es una decisión consciente intentar superarse a sí mismo cada noche?

—Nosotros logramos el éxito en los años 70 como una banda de tres integrantes y teníamos muchas limitaciones, pero el arte prospera en las limitaciones. El lema de nuestra banda era: «menos es más». No tenemos que completar todas las frecuencias. Dejar espacio es algo que para nosotros era muy importante. Y luego, a medida que mi carrera avanzaba, decidí tener una paleta más amplia de sonidos e instrumentos musicales, por eso mi música puede haberse vuelto más densa. Pero en el escenario todavía busco el silencio dentro de una canción. Creo que lo único que hacemos como músicos es el silencio, que es la música perfecta si lo piensas bien. Hay una perfección en el silencio y simplemente dibujamos un marco a su alrededor. Ese es nuestro trabajo.

—Como compositor, ¿qué piensa sobre la IA?

—Es un tema importante. No hay manera de que volvamos a meter la pasta de dientes en el tubo. Sólo tenemos que asegurarnos de que existan barreras de seguridad en nuestras leyes y en nuestra ética. No sé adónde va. Sé que estamos tratando con una inteligencia temible, que se volverá cada vez más inteligente. Así que realmente debemos tener cuidado. Creo que debemos ser optimistas al mismo tiempo. Creo que puede hacer muchas cosas por nosotros que deben suceder, pero también debemos tener mucho cuidado con su potencial peligroso. Que vayamos a acabar con ella está descartado.

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