Sílvia Pérez Cruz obra milagros y multiplica canciones en su gran noche en el Grec
La cantante catalana inauguró el festival de verano de Barcelona con una catártica actuación junto a un coro de 40 voces e invitados como Damien Rice, Natalia Lafourcade, Rita Payés y Salvador Sobral, entre muchos otros
Residente y Silvia Pérez Cruz graban en el Museo del Prado una versión íntima de '313'
Barcelona
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Iniciar sesiónVenía Sílvia Pérez Cruz a ofrecer su corazón, como dijo hace unos días en la presentación del espectáculo, y se acabó llevado a casa, uno encima del otro y bien apretaditos entre pecho y espalda, los de las cerca de 2.000 personas que ... llenaron el anfiteatro griego de Montjuïc en la inauguración del Grec. Empezó la de Palafrugell a capela, seda y terciopelo para envolver 'Vestida de nit', y desplegó velas arropada por un trío de cuerdas mientras acunaba con la guitarra 'Ell no vol que el món s'acabi'. Canción a flor de piel, emociones de una noche de verano versión 'kingszine': casi tres horas de metraje, más de 60 músicos y cantantes entrando y saliendo del escenario, y una nutrida nómina de invitados para multiplicar hasta el infinito las canciones de la catalana. «Esto es un milagro», dijo la cantante. Y un poco milagroso sí que fue.
Una nueva muesca musical en las aperturas del festival de verano de Barcelona (la última, en 2019, cuando el Kronos Quartet retorció música americana entre barras y estrellas desfiguradas) y noche de deslumbrante estreno para una artista que sumó ayer su novena actuación en el festival barcelonés. Sí, el Primavera Sound tenía (ay) a Shellac y el Grec tiene a Sílvia Pérez Cruz, fuerza de la naturaleza que se exhibe por triplicado (repite hoy y mañana con el mismo espectáculo pero invitados variables) y deslumbra con su cataclísmica relectura de las músicas de raíz y las tradiciones transoceánicas. El flamenco y la habanera como tomas de tierra, el jazz como punto de fuga y los surcos de la vida girando a sus pies.
La excusa, explicó, era 'Toda la vida, un día',disco publicado el año pasado en el que reflexiona sobre la vida y la muerte desde la curva de la cuarentena, donde lo primero parece igual de cerca (o de lejos) que lo segundo. Cinco movimientos, otros tantos colores y el camino que va del confort del hogar al renacimiento, del viaje a la muerte y del amarillo al negro, en un concierto de ida y vuelta titulado, cómo no 'Circular'. El bucle eterno de la vida, el loop emocional que mueve el mundo.
Sumar y acumular
La idea, o una de ellas, era la de ir sumando, acumulando. Primero instrumentos, luego músicos. Pero también emociones. Y experiencias. El trío de cuerdas daba paso a una sinfonía de saxos y trombones, 'Mechita' ponía rumbo a Perú, y 'Aterrados', con texto de William Carlos William, bordeaba la nana electrónica de aliento espectral. Sobre el escenario, aportando músculo vocal, las más de cuarenta voces el Cor del Solstici. Cor de coro, sí, pero también de corazón. En la travesía, momentos estelares como la intensidad épica de 'El poeta es un fingidor', el desgarro por bulerías de 'Salir distinto', la aparición del argentino Juan Quintero en 'Ayuda', y el trémulo dueto junto a Salvador Sobral en 'Em moro'. «Las canciones son inmortales», cantaban vestidos de funeral mientras el imponente latigazo de 'Gallo negro, gallo rojo' esperaba a la vuelta de la esquina. Elegancia y poderío; memoria y compromiso.
«No sabéis lo feliz que me hace que esto sea algo que trasciende la comercialidad de un disco», dijo para resumir un espectáculo que, además de recuperar a buena parte de los invitados y colaboradores de 'Toda la vida, un día', abre plano para sumar a los bailarines Andrés Corchero y Karen Luengo y al músico irlandés Damien Rice (con él cantó la exquisita y cubista 'Man In The Threes'); a la poeta palestina Farah Chamma, quien recitó un poema en árabe de Hiba Abu Nada, autora fallecida en un bombardeó isrelí, y a su hija Lola, junto a quien compartió '21 primaveras'. «¡Cuántas cosas! Parece mi aniversario de cien años!», ironizó mientras por el escenario del Grec desfilaban Natalia Lafourcade y Rita Payés (memorable 'Estrelas e raíz', habaneras y versos de Pessoa.
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Así que toda la vida no en un día, sino en una noche a la que le sobró magia y le faltó una pizca de ritmo y agilidad: demasiada explicación redundante (malo cuando la música necesita tanta introducción), demasiado parloteo con frases altisonantes («un aplauso para la buena poesía», llegó a pedir en un momento de la noche) que acabaron alargando en exceso la (primera) gran noche de Sílvia Pérez Cruz en el Grec. El retrato al natural de una artista en su máximo momento de esplendor creativo y expresivo. El jueves y el viernes repite con idéntica intensidad y nuevos invitados como Pepe Habichuela, Carmen Linares y Josemi Carmona.
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