Miguel Costas: «Ahora todo el mundo está paranoico y me riñen por cantar 'Qué tal, homosexual'»
El miembro fundador de Siniestro Total actúa el 24 de noviembre en el Cine Teatro Salesianos de Vigo, donde el grupo dio su primer concierto en 1981
Muere a los 53 años Francesc Picas, ex miembro de Locomía
Siniestro Total se separa después de 40 años

Como a los veteranos de guerra heridos en combate, a Miguel Costas habría que darle una pensión por haber sobrevivido a las primeras giras de Siniestro Total, que a su modo también hizo su servicio a la patria. «Desde el piñazo que nos ... dimos con el coche y que puso nombre al grupo, nuestra integridad física estuvo en riesgo varias veces. En ese accidente me jodí el hombro y ya no pude volver a hacer el cara al sol (risas). En unos conciertos volaban botellas, en otros piedras… En uno que dimos en León me tiraron un cenicero a la cabeza y me mandaron directo al hospital. En otro le rompieron la rodilla a Germán, y otra vez pa'l hospital… Hubo miles de esas», recuerda el guitarrista que fundó la banda junto a Julián Hernández, Alberto Torrado y el mencionado Germán Coppini, vocalista original y primero en saltar en marcha de la locomotora punk más legendaria de Vigo. A Miguel le tocó sustituirle al micrófono «simplemente porque tocaba la guitarra, no vayas tú a creer que fue por otra cosa», lo que le convirtió en la diana de los gapos tristemente importados de la explosión británica del '77. Pero en esa afanosa posición fue donde descubrimos a un frontman magnético que escupía de vuelta versos descacharrantes con una sobriedad que le hacía tan cómico como enigmático.
Cuando dejó la banda en 1994 siguió con sus proyectos paralelos, Aerolíneas Federales y Los Feliz (nombre que guiña el ojo a la macabra historia de la familia Manson), pero antes, durante un concierto con Siniestro en Bilbao, volvió a estar a punto de caer en combate. «Íbamos a tocar al aire libre en lo alto de un monte, y en la prueba de sonido se levantó un vendaval de la hostia que empezó a tirarnos encima todo el equipo. Tuvimos que salir de allí corriendo, y en medio del caos tropecé y me caí desde el escenario, que era bastante alto», cuenta Costas, que desde ese día arrastra una infección en una pierna causada por el golpe, que le trae por la calle de la amargura y ahora le obliga a tocar sentado en los conciertos. «Hace ya treinta años de eso y los médicos no consiguen curarme», lamenta en tono resiliente. «Empezó con un nervio en la planta del pie. Talón calcáreo, es el nombre artístico de la zona afectada (risas). Fue avanzando hasta que se convirtió en fibrosis y una vez se agravó tanto que acabé en la UCI y estuve a punto de irme al otro barrio. Me he quedado medio cojo, pero ahora estoy mejor y tengo el cuidado de mi familia, lo único es el coñazo de tener que ir casi todos los días a un ambulatorio para que me hagan curas. Algunas veces no voy», ríe con ese tierno gamberrismo que conquistó a dos generaciones de españoles.
Con semejante condición médica, y después de una carrera en solitario irregular «en buena parte por cagarla al no ir con el nombre de 'Miguel Costas el de Siniestro' por delante», muchos vieron una llamada de auxilio en el simple hecho de que creara un perfil en Linkedin. «Algunos amigos me preguntaron por qué ponía eso ahí, que parecía desesperado, y hasta me llamaron de La Voz de Galicia», comenta entre carcajadas. «Tuve que explicarles que cuando te haces una cuenta, tienes que rellenar un cuestionario y marcar la casilla de 'buscar trabajo' para publicarla. No es que esté tan mal, aunque bueno, el curro siempre es bienvenido. Por ahora ya tengo conciertos confirmados el año que viene, y a lo mejor publico algo del material que tengo grabado el siguiente, si es que llego vivo».
Esta entrevista se gestó de forma poco habitual. El propio Miguel Costas envió un mensaje de Twitter proponiendo una charla telefónica con motivo del concierto que dará el 24 de noviembre en el Cine Teatro Salesianos, donde Siniestro Total actuaron por primera vez con ese nombre. El encuentro se fijó pero de pronto quedó en suspenso, y después de algunas idas y venidas por sus visitas médicas y por la falta de cobertura en el pueblo de Lugo donde vive, y gracias a la ayuda de un buen amigo suyo que se preocupa por sus 'promos' autogestionadas, conseguimos hablar con el autor de 'Bailaré sobre tu tumba' acerca de un evento que, presumimos, le hace más ilusión que la despedida oficial de Siniestro en el Wizink Center.
En la entrevista antes de ese concierto en Madrid, no me pareció verle del todo entusiasmado.
¿Entusiasmado? Sí, hombre, sí. Estuvo genial y lo grabamos en directo para un disco que me acaba de llegar y que suena cojonudo. Lo que pasa es que cuando me llamaron para organizar una despedida del grupo, me dijeron que la idea era hacer una gira por toda España. Luego ellos cambiaron de idea y se quedó sólo en un concierto, además en Madrid y no en Vigo… Qué se le va a hacer, yo lo respeto porque no es mi grupo. Yo fui como invitado.

En los mentideros siempre se ha comentado que nunca llegó a llevarse bien con Julián Hernández, quien quedaría como inapelable líder de los Siniestro Total post-Costas. Y quién sabe cuánto pudo influir eso en la separación, en principio causada por diferencias profesionales. «Ellos quisieron montar una banda paralela de versiones, cosa que yo no quería hacer. Vi que o estaba para todo, o no estaba. Así que me fui», dice con súbita seriedad. «Y es verdad que Julián y yo no mantuvimos contacto. Porque no teníamos relación, nunca la hemos tenido. Cosas que pasan sin más».
El joven Miguel Costas entró en la leyenda de Siniestro Total después de quedar fascinado por un concierto de Cucharada celebrado en una iglesia de Vigo. «Fíjate qué irreverentes eran los curas antes, era maravilloso. Ahora todo el mundo está paranoico y me riñen por cantar 'Qué tal, homosexual'», exclama el cantante y guitarrista, que después de caer en la cuenta de que él mismo debutó en otro escenario clerical, empieza a poner su memoria en acción. «Habíamos montado el grupo poco tiempo antes. Yo estaba en la misma clase que Javier Soto, que luego también sería guitarrista del grupo. Él tenía un hermano mayor que nos presentó a Julián, y éste a su vez nos presentó a Alberto Torrado. A Germán lo encontramos en un pub y nos acercamos a él porque nos llamó la atención su chupa llena de chapas. Recuerdo que cuando el concierto de Salesianos no teníamos dinero para anunciarlo, y en vez de carteles hicimos unas fotocopias cutres que pegamos por la ciudad nosotros mismos. Luego en el concierto hubo muy poquita gente, todos sentados. ¡Pero la repercusión fue increíble! Ordovás empezó a poner sin parar en la radio una cinta que le habíamos enviado, y grabamos el primer disco en un estudio lamentable de Madrid con unas condiciones malísimas, de ahí el título de '¿Cuándo se come aquí?'. Yo, que trabajaba cavando hoyos para poner postes de telefonía, dejé mi curro y los estudios para dedicarme a la música al cien por cien. Nunca pensé que seguiría así toda la vida, y aunque ahora mi madre me pregunta cuándo voy a ponerme a trabajar, le digo que ya es tarde para cambiar (risas)».
En realidad no hay por qué cambiar cuando se te reconoce lo que has aportado a la cultura popular, desde la calle y también desde las instituciones, pues recientemente Siniestro Total recibió la medalla Castelao de la Xunta de Galicia por su trayectoria, y él en particular, un premio de los vecinos y vecinas de su barrio natal O Calvario. «Cuando lo de la medalla no me llamaron para invitarme, sigo sin saber por qué», dice con sorna. «Fue un honor en lo cultural, pero lo de O Calvario lo fue en lo emocional, que es más importante porque me lo dio la gente que sabe que soy una buena persona. Me dio mucha pena no poder ir por la pierna, pero al menos lo recogió mi madre».
MÁS INFORMACIÓN
Ahora, un año y medio después de la agridulce despedida de Siniestro Total en el Wizink Center, Costas reunirá a los componentes del grupo que a él le ha «apetecido» más otros de Aerolíneas Federales en el lugar donde nació la leyenda. No se trata de una revancha personal, porque como él mismo explica, la idea no ha sido suya sino de un promotor. Pero igual que un premio le emocionó más que otro, seguro que este concierto en Vigo también le hace más ilusión que el de Madrid.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete