El mayor misterio de la historia del rock'n'roll: se busca el primer bajo Höfner de Paul McCartney
Se ha iniciado un proyecto para encontrar el instrumento, al que se perdió la pista a finales de los sesenta
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Nacho Serrano
Si en el mundo abundan los bajistas que tocan con un Höfner, no es (sólo) porque sean fiables y pintones: sobre todo es porque fue el primer bajo que Paul McCartney usó en los Beatles. Aquel instrumento que le dio pasaporte a la ... gloria es como un santo grial y nunca mejor dicho, porque nadie sabe dónde está ya que Macca le perdió la pista a finales de los sesenta. Pero la marca ha iniciado un proyecto para intentar localizarlo a través de una página web (https://thelostbass.com/) donde los internautas podrán compartir pistas e información que desvele su paradero.
McCartney lo compró por treinta libras en la primavera de 1961 en la tienda Steinway de Hamburgo, durante los dos meses que los Beatles estuvieron tocando en el Top Ten Club de la ciudad alemana. Cuando la banda volvió a Inglaterra tocó con él en todos sus conciertos en el Cavern Club y de ahí su apodo, Cavern Bass. También es el que suena en algunas de las primeras y más icónicas grabaciones de los Beatles, incluyendo su primer sencillo 'Love Me Do' en 1962 y sus dos primeros álbumes, 'Please Please Me' y 'With The Beatles' en 1963. Fue en octubre de ese año cuando McCartney empezó a alternarlo con un nuevo Höfner que recibió de manos de Selmer, el importador del Reino Unido, aunque siguió usándolo durante toda la década incluyendo el álbum 'Abbey Road'. Poco después, entre 1969 y 1970, le perdió la pista, presumiblemente después de que los Beatles terminaron de filmar 'Get Back'... y hasta hoy.
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En 1966, McCartney declaró en una entrevista a 'Beat Instrumental' que, de los tres Höfner que tenía, era su favorito. Y explicó por qué se decidió con él en aquella tienda de Hamburgo: «Como yo era zurdo, parecía menos raro porque se trataba de un bajo muy simétrico. Eso me gustó y una vez que lo compré me enamoré de él».
Pequeñas pistas
Nick Wass, un antiguo empleado de Höfner que hace años publicó un libro sobre el instrumento en cuestión, es quien ha creado la página web para organizar la búsqueda. «Sé que a Paul le haría mucha ilusión que lo encontráramos. Aunque nadie sabe realmente qué pasó con el bajo, es muy probable que haya sido robado. Hasta el día de hoy sigue siendo un misterio. El mayor misterio del rock'n'roll. Pero alguien en algún lugar sabe qué pasó y dónde está ahora. No está claro dónde estaba almacenado ni quién podría haber estado allí en el momento de guardarlo. Pero la mayoría de la gente lo recordará sólo con verlo... es el bajo que hizo a los Beatles», asegura el tipo, que describe así el objeto: «Tiene tapa de abeto, fondo y aros de arce, fondo de una pieza, mástil de tres partes (arce, haya, arce) dos pastillas con el logo de Diamond y afinadores de 'pelotas de rugby' de Van Gent». Otra pista a seguir es que el logo de Höfner está escrito verticalmente en el clavijero del modelo original, y no horizontal como en modelos posteriores.
La mayoría de los músicos y coleccionistas consideran que el bajo Höfner 500/1 de 1961 es el bajo con forma de violín con mejor sonido, y el más difícil de encontrar de todos, ya que estuvo en producción menos de cuatro meses.
En la búsqueda están colaborando los periodistas de la BBC (y marido y mujer) Scott y Naomi Jones, que han declarado: «Ahora estamos trabajando juntos en esto. Nick tiene más conocimientos técnicos sobre este bajo que nadie en el planeta, y mi Naomi y yo vamos a aportar algunas habilidades de investigación. La intuición de Höfner es que alguien se presentará simplemente por buena voluntad, y quien lo tenga probablemente ni siquiera se dé cuenta de lo que tiene. Sería bueno si algún día pudiera exhibirse públicamente, y si la única manera de que alguien se presente es ganar algo de dinero con ello, que así sea, porque al menos lo encontrarían. Pero en última instancia, sólo estamos haciendo esto para recuperarle a Paul su guitarra. Sabemos a través de Nick y Höfner que es lo que siempre quiso».
Cuando aparezca, si es que aparece, el instrumento podría alcanzar un valor económico desorbitado ya que tenemos el ejemplo de una guitarra de John Lennon que desapareció en los sesenta y, al aparecer más de cincuenta años después, se vendió por dos millones y medio de euros en una subasta. Lo que está claro es que habrá que documentar el momento en que alguien toque sus cuerdas por primera vez en más de medio siglo. Porque si la persona en cuestión no es un músico puro de corazón, quizá su cuerpo se consuma en llamas como el de los nazis de Indiana Jones.
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