Marina Abramovic: «Mi sueño es trabajar con Rosalía o con Arca»
La artista serbia presenta en el Gran Teatro del Liceo su trabajo 'Siete muertes de Maria Callas'
Las mujeres no lloran, las mujeres facturan en ARCO
Barcelona
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMarina Abramovic presenta a partir de este jueves en el Liceo de Barcelona 'Siete muertes de Maria Callas', un espectáculo inspirado en la icónica soprano en la que siete cantantes interpretan siete de las arias más habituales de su repertorio. Pero hay una octava ... muerte: la de la propia Callas, que escenifica Abramovic. Se siente identificada, dice, con la diva: ambas sufrieron la relación tóxica con sus madres, ambas son personas frágiles que aparentan seguridad a través del arte, y a ambas les han roto el corazón. Callas, según Abramovic, murió precisamente por este dolor. La artista, en cambio, lo superó y a sus 76 años sigue irradiando su personalísima energía, un 'algo' que te obliga a mirarla a los ojos, esos ojos de un color verde oscuro que a ratos parecen negros y a ratos marrones.
Me espera en una sala donde hay dispuesta una mesa con una silla a cada lado, y de repente siento que estoy en el MoMA, donde organizó su célebre performance 'The artist is present': setecientas dieciséis horas y media, estuvo sentada así, mirando a los ojos a cuantos visitantes del museo quisieron formar parte de la experiencia. Entre ellos, Ulay, el hombre que le rompió el corazón y al que no había vuelto a ver desde que veinte años atrás se separasen en otra performance, dándose un último abrazo en la Gran Muralla China antes de emprender cada uno su camino.
El Festival Barcelona Obertura planea proyectos con Wainwright, Dudamel y Adams a medio plazo
Pep GorgoriEl certamen llega a su cuarta edición con el objetivo de mejorar la posición de la ciudad como destino de amantes de la música clásica
Abramovic me alarga la mano, y cuando nos estamos tocando, comenta: «No sé por qué todos tenéis frío aquí, para mí este clima es cálido». Sonrío y le cuento que no tengo frío, sino que mis manos están siempre a la misma temperatura aunque me esté fundiendo en el mismísimo Sáhara en pleno agosto. «Manos frías, corazón caliente», sonríe: «Me gustan mucho España, Italia y Brasil, porque son países apasionados».
La vibración del público
Empiezo preguntándole, precisamente, por el tacto, ya que en sus 'performances' el contacto físico con el público, o al menos la cercanía, juega un papel importante. En el Liceo no va a poder estrechar las manos de las más de dos mil personas que estarán a veinte o treinta metros de ella. «Justo esa es una de las sorpresas que me he llevado: cuando sales al escenario la distancia es enorme, el público está realmente muy lejos, y la orquesta está entre ellos y yo», admite. Pero si hay alguien que pueda superar esa separación es Marina Abramovic: «Sientes la vibración del público. La energía está ahí aunque no tengas el contacto físico. Al final, cuando aparezco en la boca del escenario con un vestido dorado, yo veo al público. Es el momento en el que siento que lo tengo en mi mano».
Tal como explica el espectáculo, que ella define como ópera y no como 'performance', es difícil saber dónde termina el personaje de Callas y dónde empieza el de Abramovic. «Es una representación sobre Callas y sobre Marina Abramovic, ambas. Reconstruimos la habitación donde murió Callas con fidelidad, a partir de lo que contó la prensa. La única diferencia es la cómoda que contiene fotografías que son mías, así que interpreto mi propio infarto, a partir del infarto de Callas». De hecho, «cualquiera puede proyectar en su propia vida en esta ópera, ya que todos sentiremos la pérdida de alguien cercano en algún momento. La clave está en ver cómo proyecta cada uno su propia vida en las muertes de estas mujeres».
En un momento de la entrevista, entregan a Abramovic un papelito. Sospecho que la estarán avisando de que la conversación tiene que llegar a su fin, pero no. Lo que hay escrito es un número de teléfono móvil y un nombre: Rosalía.
Me quedo ojiplático, pero ella ni se inmuta: «Trabajé un método para preparar al público para escuchar música clásica, que puse en práctica con el pianista Igor Levitt en una interpretación de las variaciones Goldberg, de Bach, y ahora estoy trabajando en un método para escuchar música pop», me explica. «Aquí en Barcelona tenéis viviendo a Arca, que vendrá a verme al estreno, y mi sueño es trabajar con ella o con Rosalía. Ya he hecho un taller con Lady Gaga».
Ayuno y abstinencia
Me pregunto si recomienda seguir alguno de estos métodos para ver su espectáculo sobre Callas. La experiencia con Levitt consistía en tener al público en absoluto silencio y sin móviles ni relojes durante media hora antes de que empezase a sonar la música, mientras el piano se aproximaba lentamente al centro de la sala. «Para esta ópera no he podido preparar nada similar, pero hay algunas cosas que ayudan siempre. Evite las comidas copiosas antes de venir, porque la digestión fácil ayuda a concentrarse. Llegue con tiempo antes de la función, no en el último minuto. Ocupe su butaca, y esté un rato sin mirar ni el teléfono, ni el ordenador ni nada. Disfrute el momento». Y bromea: «Hay quien propone también pasar los tres días previos sin comer carne, beber alcohol, ni tener sexo; escoja usted el método que prefiera».
Miro el reloj, y veo que el tiempo se agota. Qué rápido que pasa cuando tendría que pasar lento. Hago ademán de despedirme, pero alarga la mano y me pide: «¿Ya? No, no, quédate un poco más, hazme alguna pregunta más». Azorado, vuelvo a sentarme y le formulo una que me había quedado en el tintero. Me gustaría saber cómo elegiría morir si tuviese que escoger una de las muertes de heroínas de ópera de su montaje. La competencia es dura: Norma, en la hoguera; Violetta, tísica; Cio-cio San, haciéndose el harakiri; Carmen, asesinada; Callas, quién sabe si de un infarto… «No me gustaría morir como ninguna de ellas. Yo quiero morir tranquila, serena, en calma, sin violencia y sin dolor, una muerte plácida, como deseo que sea también la suya».
MÁS INFORMACIÓN
Le doy las gracias, le alargo mi mano gélida una vez más y me pregunta si tengo previsto asistir a alguna de las funciones. Por supuesto que sí, y se la contaré a los lectores de ABC, como he hecho con esta conversación.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete