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ABC Cultural

SIN NOSTALGIA

Y Madonna montó el cabaré en el Calderón

Al llegar a España ya era el demonio con corsé, la bailona de la lencería de gobernanta. Se fue haciendo rubia conforme se iba haciendo famosa. Ahora es una noticia de señora excéntrica, haga lo que haga

Madonna muestra los resultados de su lenta recuperación

El 'show' estuvo apuntalado todo por una sastrería futurista, invención de Jean Paul Gaultier Efe
Ángel Antonio Herrera

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Madonna ya era Madonna cuando dio el primer concierto en España. Fue en el Vicente Calderón. Aquella gira era la gira, y venía bautizada como «rubia ambición», que es una acuñación aupada, briosa y pujante, o sea, casi priápica, que es adjetivo que seguro ... no iba a desagradar demasiado a Madonna. Ni entonces, ni ahora. Madonna estaba en la cumbre mejor de Madonna. Aquí casi nos llegó tarde, yo diría, porque ya había aupado en el panorama temas de gloria como 'Like a virgin', que son repertorio de karaoke, o sea, cancionero de la eternidad. De modo que aquella visita resultó un acontecimiento, porque Madonna era la copa planetaria del gran cabaré del sexypop, jugando siempre al escándalo de escaparate. Estoy hablando de la noche del 27 de julio del 1990. Para aquel concierto, vistió liguero por encima del pantalón negro, ciñó un corpiño en punta y sacó al escenario a unos bailarines altos, negros, en puro tanga de nada, siervos de sus coreografías exactas, que eran un kamasutra sin kamasutra. Yo creo que ahí está la estampa que mejor encierra a Madonna, a la que no es fácil ponerle encierro alguno.

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