Lapido: «Los políticos nos hablan como a niños para contarnos sus cuentos de hadas, y no el relato de terror que estamos viviendo»
El músico granadino y líder de 091 publica nuevo disco en solitario seis años después, 'A primera sangre'
091: «No queremos ser una leyenda que vuelve, sino una banda de aquí y ahora»
Nacho Serrano
Pertenece Lapido a una realeza musical, la de los grandes escribas indies, que asiste con incomprensión al declive de una forma de componer música y letras, de grabarlas, y más aún de promocionarlas. Cantautores como él quizá tengan una vetusta moral de trabajo, una ... decadente concepción del arte, pero mientras les queden ánimos y público seguirán entregando discos (¡discos!) tan portentosos como 'A primera sangre', otra joya más de poesía musicada que el granadino suma a su laureado repertorio.
¿La pandemia y la gira de su banda 091 han influido mucho en que hayan pasado siete años sin disco nuevo? ¿o ha sido por otras razones?
Claro, todo ha influido. En 2017 saqué mi anterior álbum, El alma dormida, hice la gira posterior y me puse a trabajar en el disco de regreso de los Cero, que se editó en 2019. Cuando acabábamos de empezar la gira estalló la pandemia y nos encerraron. Tuvimos que cortar todo en marzo de 2020. A partir de ahí empecé a componer los nuevos temas pero no me decidí a entrar en el estudio hasta tener la certeza de que lo iba a poder presentar en directo. De ahí el retraso. Pero también lo podemos ver desde otro punto de vista, son tres discos en siete años, que no está mal, sobre todo porque las treinta y tantas canciones que van en esos álbumes las he compuesto yo.
¿La reunión de 091 ha tenido algún efecto en los procesos creativos de este nuevo disco?
Realmente no. Cada disco contiene la cosecha compositiva de un periodo concreto de tiempo. Y las canciones que hay en A primera sangre se han compuesto desde 2020 hasta que entré en el estudio a mediados del veintidós.
Sr. Chinarro: «La gente se ha subnormalizado, da asco ver cómo vota a favor de su propio exterminio»
Nacho SerranoEl proyecto de Antonio Luque se sumerge en nuestras miserias pixeladas con su nuevo disco, 'Reality Show'
La idea de la muerte sobrevuela el disco en diferentes formas… ¿Ha sido consciente o de pronto vio que la cosa iba tomando esa forma?
Es algo de lo que no se suele escribir en el mundo del pop. En el del rock, un poco más. Y en el del blues, mucho. Supongo que cuando eres joven ves la muerte como algo muy lejano como para escribir de ello. A mí, tal vez por edad o tal vez porque me parece un tema fascinante, no me parece extravagante escribir letras sobre la muerte, todo lo contrario, lo hago conscientemente, a veces quitándole hierro con dosis de humor negro. En alguna canción, como Curados de espanto, se toca el tema desdramatizándolo. Es como que sabes que te va a llegar la hora y brindas por todo lo que has vivido y lo bueno que ha tenido la vida. En el infierno ya nos acordaremos de lo malo. La muerte es algo natural pero no lo llegamos a percibir como tal sino como una tragedia. Qué duda cabe que muchas veces lo es, por inesperada o porque un ser querido fallece, pero no hablar de ello no nos va a salvar de acabar bajo tierra.
'A primera sangre' era una expresión propia de los duelos a espada, ¿verdad? ¿Cómo surgió la idea de tomarlo como título?
Es complicado poner título a una obra que no tiene un tema único. Si escribes una novela, estás contando una historia y es relativamente fácil titular esa historia. Si haces un disco conceptual, también, porque se supone que has hecho todas esas canciones bajo un concepto más o menos claro. Pero si lo que haces es reunir en un disco diez u once canciones cada una de su padre y de su madre, unificar eso bajo un título es complicado. 'A primera sangre' es una expresión que me gustaba desde que la conocí. Sacándola de contexto da pie a varias interpretaciones. Y, efectivamente, pertenece al mundo de los duelos. Podían ser 'a muerte', que no acababan hasta que uno de los dos contendientes palmaba, o 'a primera sangre', que terminaban cuando uno de los dos era herido, aunque fuera levemente. Al buscar el título me di cuenta de que para terminar estas canciones no había tenido que desangrarme emocionalmente como en otras ocasiones. Había sido todo más fácil, un proceso más espontáneo. Porque el proceso creativo siempre tiene algo de lucha, entre lo que no existe y lo que está por nacer: la obra que el creador tiene que parir, por decirlo de alguna forma. En la grabación ha pasado lo mismo, todo muy natural, bastante más rápido que en otras anteriores. Gracias en buena parte al trabajo del productor, Raúl Bernal, y de los músicos, Jacinto Ríos y Popi González, que con su talento han hecho que todo discurriera de la mejor forma posible.
Musicalmente es un disco bastante 'americano', si se me permite la descripción… ¿cómo fue el trabajo de local previo a la grabación?
Sí, hay canciones como 'Arrasando' o 'Antes de que acabe el día' que pueden entrar dentro de lo que se llama ahora americana, que es el folk rock de toda la vida con toques de country. Luego hay otras canciones como 'Malos pensamientos' que está en la tradición del blues eléctrico de Chicago. Mi escuela es esa, me siento un eslabón más de esa tradición musical. Yo crecí oyendo a los Buddy Holly, a Bo Didley, a Creedence, a Jimi Hendrix, a Dylan y a los grupos de Garaje del Medio Oeste. Todos americanos. También, cómo no, a las bandas inglesas de los 60. Pero aquello fue como los cantes de ida y vuelta. Los grupos ingleses estaban influenciados por el blues, el r´n´r y el soul, y ellos, a su vez, al triunfar en EE.UU., influyeron decisivamente en los nuevos grupos de jóvenes blancos americanos, que replicaron su forma de interpretar el rock. El trabajo en el ensayo fue muy breve, apenas siete u ocho ensayos juntos. Lo suficiente para saber qué canción estábamos tocando. También es cierto que Raúl y yo habíamos trabajado solos previamente para tener las estructuras bastante adelantadas.
'Nadie en su sano juicio' es de las canciones con letra más directa, menos metafórica. «Dime a quién no se le ha ido la cabeza. Dime quién domina aún la situación»… hay un runrún bastante fuerte con que estamos viviendo la peor crisis de salud mental de la historia, todos vemos cada vez más casos a nuestro alrededor… ¿qué reflexión le merece esto?
No soy especialista en la materia. Supongo que uno de los muchos efectos que aún colean de la pandemia es este que comentas. Creo que los problemas de salud mental muchas veces se producen al distorsionarse la percepción de la realidad. Los motivos de esa distorsión no vienen al caso, pueden ser físicos, psicológicos o inducidos por sustancias, no sé. Esta canción es una visión un poco irónica del fino límite que hay entre la cordura y la locura. Aunque parezca una paradoja, las grandes ciudades están repletas de gente solitaria. Personas que van y vienen entre la multitud pero que apenas se relacionan con nadie, sólo su rutina laboral les permite tener contacto cercano con otros. Si les quitas esa pequeña posibilidad de socialización, como pasó en la pandemia, puede acarrear problemas. La rutina les salvaba de sufrir algún trastorno, pero realmente yo creo que muchos están enfermos de soledad.
La misma canción se refiere a los políticos y dice «hablarnos como a niños es parte de la solución». Es ofensivo, muy irritante que nos traten así… pero usted, que fuiste columnista político un tiempo, ¿cree que quizá es que hay una enorme parte de la población que tiene una mentalidad infantil? ¿o decir eso es muy condescendiente en el peor sentido?
Bueno, lo que te comentaba antes de la percepción de la realidad distorsionada en la política es algo habitual. El político que está en el poder verá unicornios un día sí y el otro también; en cambio, el que está en la oposición verá al mismísimo perro del infierno. Un mismo hecho o dato se pueden retorcer de tal manera que cada uno de los interesados lo presentará en blanco y negro o a todo color. En eso consiste el «hablarnos como a niños»: en contarnos un cuento de hadas en vez de contarnos el relato de terror que estamos viviendo. También es cierto que la sociedad sufre un proceso de infantilización, pero eso le viene bien al poder, la vida en Disneylandia es más asumible que la vida en el mundo real.
¿Tienes la sensación de que el público más joven no es muy amante, o mejor dicho odia la poesía en la música? Las letras de las canciones que más pegan son ultra-literales, y si se atreven con alguna metáfora suelen ser bastante sonrojantes…
Me sorprende lo que dices. Eres de los pocos de tu gremio que opina así. Por cosas que leo en la prensa me parece que hay una corriente de reivindicación de esa nueva lírica, que se mueve entre el balbuceo ininteligible y la ostentación de la ignorancia. Pero algunos ven en eso la nueva edad de oro del culteranismo y el conceptismo. En fin…. No me gusta generalizar, pero es objetivamente cierto que muchas de las letras de las canciones que triunfan hoy en día son poco menos que una sucesión de lugares comunes y de ripios. ¿Qué se puede deducir de esto? Pues que a la mayoría de la gente que consume ese tipo de música las letras les traen sin cuidado. Y me atrevería a decir que la música también. Qué le vamos a hacer. A mí, particularmente, me da igual, vivo y trabajo de espaldas a todo eso.
¿Le parece correcto, o útil, hablar de 'rock de autor' igual que se habla de 'cine de autor'?
Creo que lo de 'cine de autor' es un invento francés de la época de la Nouvelle Vague, ¿no? Me parece un poco pretencioso. Como si Howard Hawks o John Ford no fueran autores descomunales. En la música hay tantas etiquetas que no se corresponden con la realidad que ya he perdido la cuenta. Es cierto que hago rock y que soy el autor de mis propias canciones, pero a partir de ahí, creo que artistas que no compusieron su propio material no desmerecen a otros que sí lo hicieron. Sinatra, Elvis o Aretha Franklin… Sabemos que Chuck Berry, Dylan o los Beatles cambiaron el paradigma, ya que hasta entonces eran muy pocos los que escribían su propio material pero al final lo que quedan son las canciones y las interpretaciones.
Directos a muerte
¿Cómo vas a plantear la gira en cuanto a repertorio (teniendo en cuenta que han pasado seis años y la gente está ansiosa por oír cosas nuevas), y puesta en escena (teniendo en cuenta que ahora lo visual es muy importante)?
Hay una cosa segura, no voy a llevar coreografía. Ahora, ir sin cuerpo de baile es una extravagancia. Lo lleva todo el mundo, es la edad dorada de los bailarines. Cuando yo empezaba en esto, a finales de los 70, por un lado estaban los artistas de entretenimiento, que llevaban un ballet detrás, como en los espectáculos de revista de toda la vida. Y por otro, estaban los grupos de rock, que no necesitaban nada de eso para dotar a su espectáculo de autenticidad y expresividad. Y yo soy de la vieja escuela. El repertorio será una mezcla de canciones del último álbum y de discos anteriores. Los primeros ensayos que he hecho con la banda ya suenan tremendos, así que espero que la gente se acerque por las salas para comprobarlo.
¿Cómo prevé que será la gira del disco en cuanto a despachar entradas, teniendo en cuenta que la cosa está muy jodida para casi todos? ¿Le sorprende que luego haya tanta gente a la que parezca darle igual que las entradas de estadio hayan subido a lo bestia y sean cosa casi de élites?
Pues… cruzo los dedos con este tema. Todo el mundo me dice que la venta de entradas para conciertos en salas ha bajado, que la gente no está dispuesta a pagar por ver a un solo artista ya que luego se encuentran con los abonos de los grandes festivales en donde por precios de risa pueden ver a doscientos. Los festivales, que están casi todos muy subvencionados, pueden hacer eso. Los que vamos por nuestra cuenta por las salas de conciertos, debemos asumir riesgos.
¿Cómo ves la salida de las grandes discográficas (nótese que no he dicho 'de la industria') de la crisis brutal en la que se sumieron hace quince años? Han sabido vampirizar muy bien la industria del 'streaming', ¿no cree?
Las grandes discográficas combatieron la bajada brutal de ventas de discos con soluciones muy 'imaginativas', como cobrar a los artistas bajo su tutela un porcentaje de las ganancias de sus conciertos y aliarse con las plataformas de streaming para quedarse con el grueso de los beneficios. A los músicos, las migajas. Así cualquiera sale de una crisis.
¿Ha compuesto para otros artistas últimamente? ¿Para quién le gustaría componer en plan desafío súper loco?
No, últimamente no he compuesto nada para otros. Eso es algo que tiene que surgir que te llamen. En cuanto a quién me gustaría componerle una canción… pues a alguna cantante de gran voz que me hiciera llorar de emoción al interpretar mi canción.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete