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ABC Cultural

Oh! Jazz, mucho más que un Spotify para jazzistas

Una plataforma de streaming permite escuchar jazz con alta calidad de sonido y asistir en directo a los mejores conciertos del género por todo el mundo

Las plataformas de streaming más baratas en 2023: Netflix, Amazon, HBO Max, Disney+...

Nacho Serrano

Todos conocemos entusiastas del jazz que sólo escuchan su género favorito en formato físico -vinilo, a poder ser-, y que desconfían de las plataformas de streaming porque además de maltratar económicamente a los artistas, tienen un sonido pésimo y una información aún peor sobre los discos y sus autores. Y ahí, por pequeño que parezca, hay un nicho de mercado. Así nació Oh! Jazz, un portal de música online que permite disfrutar de contenido audiovisual exclusivo bajo demanda que abarca conciertos en directo, entrevistas a artistas, playlists creadas por expertos y masterclass de los mayores exponentes del género.

No se trata de un mero negocio, ya que la idea es crear una comunidad jazzística online que ayude a toda la escena a crecer aprovechando las posibilidades que brinda la tecnología, empezando por un formato de suscripciones que es prácticamente un modelo del mecenazgo, ya que el 35 por ciento de cada una de ellas va destinado a los artistas y los clubs asociados a Oh! Jazz. «Todos los días hay conciertos increíbles de jazz por todo el mundo, y nosotros queremos llevar al menos ocho o diez al mes a las casas de los amantes del género con la máxima calidad» explica uno de sus fundadores, Jesús Perezaguas, ex presidente de Fox Networks Europe África, con más de 20 años de experiencia internacional en el sector de los medios de comunicación y el entretenimiento.

El método de retransmisión de los conciertos es realmente impresionante, ya el portal usa la tecnología de producción remota de la empresa española Cinfo, que permite recoger todo el material en formato Full HD sin la necesidad de presencia física en el club. «Ponemos un máximo de tres cámaras, ya que los locales de jazz suelen ser espacios reducidos y es primordial no afear el espectáculo a los espectadores presenciales», explica Perezaguas, que sigue ampliando una lista de salas asociadas que ya incluye nombres míticos de cuatro de los cinco continentes como La Fábrica de Arte Cubano (La Habana), JazzB (São Paulo), Foundry 616 (Sidney), JazzLab (Melbourne), Body & Soul (Tokio), 606 Club (Londres), Jazz Club Ferrara (Ferrara) y el madrileño Café Berlín.

El portal lleva funcionando aproximadamente un año, y aunque la suscripción de veinte euros al mes puede parecer cara en comparación con otros servicios similares, hay que recordar que se trata de una iniciativa que combina una calidad insólita con un apoyo real a la escena. «Los artistas participantes amplían su público de forma exponencial con esta herramienta, reciben monetización directa gracias a las suscripciones, y establecen redes de contactos que les permiten viajar a otros países para darse a conocer», asegura Perezaguas, que de hecho ya está dando el paso para que Oh! Jazz también sea una promotora de conciertos, e incluso un sello.

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