Seis años después de su última actuación en la ciudad y después de un par de aplazamientos pandémicos, Iron Maiden se reencontró anoche por fin con sus fans en su debut en el Estadio Olímpico de Barcelona. Única parada en España, aparatoso diseño escénico generoso en llamaradas, pagodas orientales y elementos góticos y, no podía faltar, la mascota, un Eddie de tres metros vestido de samurai.
La banda británica, leyenda del metal y clásico intergeneracional que anda apurando su tercera o cuarta juventud, venía a presentar ‘Senjutsu’, su último trabajo, pero tras el arranque con ‘Senjutsu’, ‘Stratego’ y ‘The Writing on the Wall’, el protagonismo recayó en los viejos himnos de la band. ‘Revelations’, ‘Fear Of The Dark’, ‘The Number of The Beast’, ‘The Trooper’, ‘Run To The Hills’ y, claro, Iron Maiden. La Dama de Hierro, en su salsa. Aquelarre eléctrico y catarsis metálica en Montjuïc.
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La banda británica, que hasta ahora siempre había actuado en recintos cerrados en la ciudad, se estrenó a lo grande en el Estadi OlímpicAdrián Quiroga
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El arranque del concierto, dedicado a su último trabajo 'Senjutsu', estuvo marcado por una escenografía de corte oriental Adrián Quiroga
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Una de las estrellas del show es un Eddie samurái de 3 metros de altura Adrián Quiroga
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Iron Maiden no actuaba en Barcelona desde 2016Adrián Quiroga
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