Imelda May: «En estos tiempos tan duros viene bien un poco de energía»

«Mayhem» contiene una nueva ración de vitalista rock & roll al estilo clásico

ABC

PABLO MARTÍNEZ PITA

Verla en el escenario es la mejor manera de hacerse una idea de lo que era una salvaje actuación de Wanda Jackson. Esta irlandesa se ha zambullido en la estética y el sonido de los 50, y nos recuerda que la rebeldía desatada por los ... jóvenes de aquella época nada tiene que envidiar a las siguientes generaciones. Sus tres discos de excelente rockabilly –el más reciente, «Mayhem»– la han situado a la cabeza de ese movimiento que ha despertado el interés de la afición más inquieta, aparte de conquistar a los irreductibles nostálgicos. Por teléfono, responde contenta y con sus músicos divirtiéndose al fondo.

–Enhorabuena por el nuevo disco. Una vez publicado y escuchado con calma, ¿cual es su impresión?

–¡Gracias! Esa es nuestra intención, que a la gente que lo escuche le guste. Me resulta muy difícil relajarme y simplemente escuchar y disfrutar de la música. Siempre se tiende a buscar fallitos, a pensar y si hubiera hecho esto en lugar de aquello... Pero cuando por fin consigo quitarme el sombrero de productora, he de reconocer que es un buen trabajo. Hemos trabajado duro y estoy muy contenta y orgullosa, por qué no decirlo.

–Las canciones le ponen a uno un torpedo en el cuerpo. ¿Era la intención? ¿Animar el día de quién lo escucha?

–Sí, de eso se trata. Bueno, en el disco hay un poco de todo, como en la vida. Pero en general, en estos tiempos de recesión tan duros que vivimos viene bien un poco de energía y vitalidad. Las canciones son un reflejo de mi vida. En general soy feliz, y eso se nota en las canciones. Pero también hay momentos tristes y más románticos. La vida es una montaña rusa.

Lento pero seguro

–Tardó años en tener éxito. ¿Eso ayuda a valorar mejor este momento?

–Sí, definitivamente. Mi banda y yo llevamos en esto veinte años y me alegro mucho de haber tardado en alcanzar el éxito, porque así lo aprecio más. Hay bandas que suben muy rápido y eso es difícil de asumir. Además, luego tienes a todo el mundo pendiente de tu siguiente paso. He podido jugar mis cartas sin que nadie mirara.

–¿Cuál crees que es la razón de que el rockabilly sea hoy popular?

–Porque es una música increíble. Siempre digo que es el punk-rock de aquella época. En mi música hay muchas influencias, pero tenía claro que quería que el rockabilly quedara en primer plano. Así que en un momento dado me deshice del piano y le dije a mi marido, Darrel Higham, que es un guitarrista de rockabilly fantástico, que entrara en la banda.

–¿Como hace para mantener el nivel de intensidad en sus conciertos?

–Bueno, soy una persona muy energética. No suelo estar quieta mucho rato y, además, soy feliz. Supongo que eso se nota.

–¿Tiene algún ritual antes de subir al escenario?

–En realidad, no. Suelo estar pendiente del vestuario, el maquillaje, el peinado... Intento arreglarme lo más rápido posible. Y bueno, siempre me pinto las uñas antes de salir; a veces todavía están húmedas cuando empieza el show.

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