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ABC Cultural

Hendrix, aquella guitarra en llamas

Hoy se cumplen cuarenta años de la muerte del guitarrista más rompedor del rock and roll. Janis Joplin le acompañó dos semanas después

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MANUEL DE LA FUENTE

Ardían bajo el napalm americano las junglas vietnamitas y ardía (31 de marzo de 1967, en el Finsbury Astoria londinense) la Fender Stratocaster de un tipo llamado Jimi Hendrix, medio indio cherokee, medio negro, zocato de nacimiento, incendiario guitarrista casi desde la cuna. Aquella guitarra ... no sería la última en ser pasto de las llamas, porque Jimi le cogió el gustillo a meterle fuego a sus cacharros. Nada extraño en quien durante su corta pero intensísima vida, 27 años, vivió amancebado con su instrumento. Una relación tormentosa y turbulenta que además de tirar de mechero, incluía tocamientos con los dientes y batacazos contra los amplis. Una pasión desbordada entre hombre y máquina, un delirio de dedos y cuerdas, púas, riffs, decibelios, distorsiones... que dio a luz al guitarrista más descomunal de la historia del rock and roll.

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