Estrella Morente: «Billie Holiday es tan importante para mí como La niña de los peines»
La artista presenta su nuevo proyecto, en el que rinde homenaje a mujeres como Billie Holiday o Ella Fitzgerald
Estrella Morente: «No soy feminista porque se lleve, sino porque me educaron en esos valores»
Madrid
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Iniciar sesiónAunque quisiera -que no quiere-, Estrella Morente no podría escaparse de la alargada sombra de su padre, Enrique. «Yo soy un producto de mi padre -asegura-; soy parte de la creación de Morente... Con toda mi honestidad y humildad, pero no dejo de ser ... algo que él fraguó, que él pensó». Y en aquella casa granadina en la que Estrella se crió a la sombra de ese frondoso árbol que fue Enrique Morente se escuchaba, recuerda la artista, «muchísimo jazz; mucho y muy bueno. El jazz me apasiona y me acompañó en momentos buenos y momentos muy malos; para mí, Billie Holiday es tan importante como la Niña de los Peines». No es extraño por tanto que su nuevo trabajo -que se descorchará en el Teatro Real el 9 de octubre-, titulado 'Estrella a estrellas', rinda homenaje a grandes damas del jazz -y otros géneros- y rompa, una vez más, las fronteras del flamenco para sumergirse en otros estilos. «Es un sueño que yo tenía desde niña. Recuerdo que mi padre trabajó con Mark Roach, uno de los mejores baterías que han existido en el mundo del jazz. Estrenó el espectáculo en la Bienal, pero lo preparó en Las Navezuelas, un cortijo precioso a la salida de Sevilla, y nos llevó a todos; recuerdo a mi hermano Kiki, que entonces tendría dos años. sentado y con chupete en las piernas de Max mientras éste tocaba la batería».
Dolores Durán, Ella Fitzgerald, Edith Piaf, Chavela Vargas... son algunos de los nombres que Estrella Morente evoca. «Tienen todas un hilo conductor, una profundidad digna del género jazzístico, de todo eso que se cuenta en el jazz, con el sentido de la improvisación a flor de piel... Estoy ya nerviosa y con esa cosilla de querer ver las caras de la gente cuando oiga este trabajo y de ver cómo lo toman. Si lo disfrutan al menos la cuarta parte de lo que lo disfruto yo,ya me doy por satisfecha, porque es un género que me ha aportado mucho».
«El flamenco y el jazz son hermanos; son hijos de la misma madre: de la pureza, de la autenticidad del alma; son músicas que salen de la raíz del alma. Se pueden encerrar en una partitura, pero donde se viven de verdad es en la cercanía de un tablao o de un club...»
Cuando se le pregunta a Estrella si el jazz y el flamenco son primos hermanos, responde tajante. «Son hermanos; son hijos de la misma madre: de la pureza, de la autenticidad del alma; son músicas que salen de la raíz del alma. Se pueden encerrar en una partitura, pero donde se viven de verdad es en la cercanía de un tablao o de un club... Son géneros que se han escapado hasta de sí mismos; los encasillamos en la noche, en lo maltratado, en lo canalla... Ahora, afortunadamente, tenemos músicos de jazz o de flamenco con los que puedes ensayar a las diez o las once de la mañana. Y algunos toman solo agua -celebra con una carcajada su propio chiste-. Fuera de bromas, que son géneros que se han sobrevivido a sí mismos. Son tan salvajes y tan de la raíz de la tierra, tan puros». Y surge la gran pregunta. Pero ¿dónde está la pureza? «Mi padre decía siempre que el mejor saetero que había existido era Miles Davis. Por eso le decía que son hijos de la misma madre, de la madre tierra».
Enrique Morente ha vuelto a aparecer en la conversación. Lógico, porque rompió muchos muros y muchas barreras. «Enrique Morente era necesario para el mundo entero, y no solamente para el flamenco. Era universal; hay gente que seguramente no sabe lo que le ha podido llegar a influir Enrique Morente. Con mi padre pasaron muchas cosas... Mi padre apoyó mucho a la mujer en el flamenco. No solo lo hizo a través de mí; tuvo devoción por Mercedes La Serneta, por la Perla de Cádiz, por la Niña de los Peines... Les tenía un gran respeto y admiración, y luego lo proyectó en su comadre Carmen Linares y en compañeras a las que él apoyaba, potenciaba y contaba con ellas, les pedía opinión... No era ese flamenco machista encerrado en la idea de que el flamenco es del hombre, Además era una persona al que le encantaba leer, que se hizo a sí mismo leyendo, construyendo su propio discurso... Todo eso le llevó a ser fundamental. Y no lo digo solamente por el amor de hija. Era alguien necesario para el mundo. Imagínese lo que a mí me llegó a influir y a enriquecer su presencia, el hecho de vivir en su casa bajo sus alas».
«Enrique Morente era necesario para el mundo entero, y no solamente para el flamenco. Era universal»
No era difícil que, en ese ambiente, Estrella Morente encaminara sus pasos hacia el cante. «No recuerdo haber jugado a las casitas o a ser enfermera... Pero nunca he sentido tampoco la necesidad de ser cantaora, de serlo a la fuerza. Soy en cada momento lo que necesito ser. Se sabe que soy cantaora, pero no se sabe que soy pintora, que soy ceramista, decoradora, poeta... Me gusta hacer muchas cosas. Y soy madre por encima de todo. Siento la necesidad de ser muchas cosas, de ser lo que la vida me requiera en cada momento, no lo que yo quiera o lo que pretenda hacer. No voy a sufrir ni autoflagelarme por no llegar a la meta prevista. Yo prefiero ser libre como los pájaros y me siento en ese momento de libertad y de compromiso a la vez».
Ha citado Estrella Morente el machismo, un estigma que ha perseguido tradicionalmente al flamenco. «Existe, sí. Pero afortunadamente yo no lo he vivido de cerca. Al contrario, siempre he tenido alrededor gente muy agradable, muy buena: Arcángel, Poveda, los Habichuela, Vicente Amigo... Y yo misma, quizás con mi actitud, no he permitido que en ningún momento se me flagelara o se me apartara... Pero conozco ese mundo y soy consciente de que quedan muchas cosas por hacer en este terreno, Cuando una mujer sufre el machismo más transversal y más radical estamos hablando de palabras mayores; pero yo he tenido mucha suerte y no lo he sufrido».
«Cuando una mujer sufre el machismo más transversal y más radical estamos hablando de palabras mayores; pero yo he tenido mucha suerte y no lo he sufrido»
Las mujeres a las que rinde homenaje en este proyecto también son palabras mayores. Son mujeres a las que Estrella Morente admira artística y humanamente, y éste, dice, es «un proyecto de vida». «Quiero ir a Nueva Orleans para alimentarme, para sumergirme en ese mundo. Tim Ries -saxofonista de, entre otros, los Rolling Stones, y colaborador de la cantaora en este trabajo- me ha prometido llevarme a varios sitios para que conozca los grandes clásicos y también a la gente emergente que está haciendo cosas nuevas en el jazz. Pero no es la primera vez que rindo homenaje a grandes mujeres, lo he hecho siempre. En este caso son las grandes mujeres sobre todo del jazz, como Ella Fitzgerald o a Billie Holiday, pero también hay gente como Chavela Vargas, Rocío Jurado -todos sabemos que era una enamorada de los grandes clásicos del jazz-, Edith Piaf...»
«Todas ellas -explica la cantaora- tienen una historia personal muy potente, al margen de su música. Además de monstruos como artistas, tuvieron algo que ha trascendido, y están marcadas por la supervivencia. Hay vidas durísimas; la de Billie Holiday es espeluznante. Y yo, que de estrella no tengo más que el nombre, quiero cantarles a las estrellas de verdad de la música a las que yo siempre he admirado y he venerado».
¿Pero el sufrimiento no es necesario para la música? ¿Es necesario haber sufrido para ser una buena artista? «Fíjese, cuando yo escuchaba a los flamencos antiguos decir: '¡Para cantar por seguiriyas hay que sufrir!', no llegaba a entenderlo. Hasta que sufrí. Y me di cuenta de que no es mejor ni peor; es otra etapa diferente del artista, en la que ofrece algo que antes de sufrir no tenía. Sumas a la artista que eras una experiencia distinta, porque has experimentado momentos de un hundimiento personal, físico y psicológico muy duro».
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«Estrella a estrellas» tiene, además de la propia cantaora y de Tim Ries -«un hombre con gran naturalidad y sencillez como ser humano y una una calidad suprema como músico; solamente tengo palabras de agradecimiento a la vida por haberle puesto en mi camino»- otro nombre propio: Pino Sagliocco. productor italiano afincado en España desde hace muchos años y responsable, entre otros innumerables proyectos, del histórico encuentro entre Montserrat Caballé y Freddie Mercury. «Yo lo llamo siempre maestro, porque es una persona que me provoca respeto en la profesión y en la vida. Lo conozco desde hace muchos años; me consta que es una persona constante, trabajadora, luchadora, y a pesar de haber trabajado con artistas gigantes, se emociona con algo simple y eso a mí me enamora. Él tenía el sueño de unir rock y flamenco, y hemos unido nuestros dos sueños en este proyecto».
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SuscribeteMadrileño. Ingresó en la Redacción de ABC en 1985. Ha pasado por distintas secciones, pero siempre se ha dedicado a la información de música y artes escénicas. Es crítico teatral y de Danza
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