Estopa: «Hemos visto pasar muchos cadáveres en estos veinticinco años»

Esa naturalidad, ese duende marcado a fuego en cada una de sus canciones, es lo que ha conquistado a todo hijo de vecino en el cuarto de siglo (que no medio lustro) de carrera que van a cumplir en 2024, un año de reinado en el que lanzarán un discazo bien cañero (también nos ponen audios prohibidos) y darán dos conciertos ciclópeos, en el estadio Metropolitano de Madrid el 22 de junio y el Olímpic de Montjuic el 10 de julio, con entradas a la venta desde este jueves. «Impone mucho tío, va a haber mucha pero que mucha gente. Nos han metido en un 'embolao' que a nosotros nunca se nos hubiera ocurrido. Yo con mis dos Wizink estaba muy a a gustito», exclama David. «¿Impone?», replica Jose. «Yo diría que acojona. Lo más que hemos hecho hasta ahora son cuarenta mil personas en La Rosaleda de Málaga, y esto va a ser más gordo».

Lo del estadio del Atleti no es para tanto porque es habitual ver a grandes estrellas de la música patria tocando allí, pero lo del Olímpic será todo un hito: ningún artista español ha montado un bolo en su interior. «Nosotros vimos allí a Coldplay y fue impresionante. Ya no por la música, que nos daba un poco igual, sino por el show», ríe David. «Ese concierto nos sirvió para darnos cuenta de que el espectáculo está en el público, o mejor dicho en la comunión del público con lo que el artista le da en todos los sentidos, no sólo el musical», añade su hermano. «Por eso -recoge David- estamos dándole muchas vueltas a cómo vamos a hacer estos dos 'conciertacos'. Todavía no lo sabemos, pero estamos en ello aunque todavía falte mucho, porque el reto es mayúsculo».

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A Estopa no se les caen los anillos por casi nada, y menos por reconocer que después de veinticinco años, siguen aprendiendo viendo lo que hacen los demás. «Yo por ejemplo, siempre me quedo flipado de lo bien que saben vender su moto otros cantantes cuando hacen promoción», asegura David. «Todos hablan muy bien, se explican con mucha chispa, y nosotros siempre salimos con tonterías (risas). Lo que nosotros hemos sabido hacer bien es mantener nuestra libertad, no tener que seguir modas, que si el indie, que si el reguetón... hemos visto pasar muchos cadáveres. Pero lo peor que se nos ha dado en todo este tiempo, sin duda es lo de saber vendernos. Menos mal que no ha hecho mucha falta. Tenemos estos dos conciertos gigantescos como ejemplo. Jamás se nos hubiera pasado por la cabeza hacer una cosa así, pero nos han dicho: «Chavales, es el veinticinco aniversario, así que ni os preocupéis porque lo vais a petar»».

Entre los muchos desafíos que supone poner a la venta más de ciento treinta mil entradas para sólo dos veladas, está el de intentar mitigar el daño que puedan hacer los profesionales de la reventa, que ya deben estar preparando sus ordenadores para hincharse a especular hasta que echen humo. «Eso nos preocupa un poquillo», confiesa Jose, que cuenta con cierto enfado que al buscar entradas para sus actuaciones, «lo primero que te aparece en Google es Viagogo... no entiendo cómo lo hacen, ni tampoco cómo se lo permiten». «A mi prima la timaron comprando ahí una entrada para ver a C. Tangana en el Palau Sant Jordi», cuenta David. «¡Menos mal que ese día cantábamos con él! Yo estaba dentro y la pobre me llamó llorando, '¡Daviiiid, Daviiiid, que no me dejan entraaar!'. Tuve que salir a buscarla para que le dejaran pasar porque la entrada era falsa. Por favor fans, tened mucho cuidado».

Los dos aseguran que los precios más bajos rondarán entre los cuarenta y sesenta euros -bastante asequible para lo que se ve hoy en día- y que no habrá zonas VIP porque están «radicalmente» en contra -«cuando las ha habido ha sido porque nos las han 'colao'», apunta David-. Pero juran y perjuran que todavía no saben si los eventos se grabarán para un pertinente disco y DVD en directo, lanzamiento que según la lógica empresarial debería seguir al nuevo álbum de estudio que ya tienen «terminadísimo», grabado, mezclado y masterizado con un sonido tan reconocible como poderoso. «Old school», describe el cantante. «Sí -añade Jose-, pura esencia Estopa, con rumba rock, rumba madrileña, rumba catalana, choni rock, cani rock...». «Ahí, ahí», remata David. «Eso es lo nuestro en realidad, ¡el cani rock, bien de guitarras a tacatá y palmas!».

Este viernes sale 'El día que tú te marches', primer adelanto del disco que verá la luz en marzo con el título 'Estopía' en alusión a la «sociedad de TDH que se está creando con la inteligencia artificial, los vídeos random y los fakes», décimo trabajo de un dúo que, por cierto, se ha librado por los pelos del «marrón» de verse involucrado en el juicio más viral del año: el de Shakira por evasión de impuestos. «¡Menos mal que al final ha pactado!», exclama Jose. «Estábamos citados como testigos porque grabó su disco 'El Dorado' en nuestro estudio en la época que han investigado. Debieron estar contrastando fechas, pero lo único que podíamos decir es que había estado en el estudio de aquí a aquí, nada más», gestualiza David con mirada incrédula, dejando que su hermano culmine a lo grande: «... y no fue todos los días».