Diana Navarro: «La copla está ya en el sitio en el que debe estar: como cultura de este país»

Diana Navarro lo dice sin perder la sonrisa y pensando en el lunes, en ese concierto, organizado por Sing Us, y en el que estará acompañada por Julio Awad, David Pérez y el grupo vocal V Harmony. «Quiero agradecerle a la vida lo que me ocurre y a la gente que me sigue su fidelidad y su cariño con este repaso de mi carrera. Me siento muy emocionada, porque desde varios días antes estaban ya agotadas prácticamente las entradas».

Lleva la artista poco más de un año metida en la piel de Concha Piquer en la obra de teatro 'En tierra extraña', con la que sigue de gira. Este concierto le sirve a Diana Navarro para frenar un poco y mirarse al espejo: «Siempre es buen momento para balance, porque así tienes toma de contacto con el suelo; los artistas siempre estamos un poquito en la nube, y a mí me gusta mucho tener un pie en esa nube y otro en el suelo. Además, yo necesito cantar; lo hago en 'En tierra extraña', pero ahí soy actriz. Canto, pero no es lo mismo; necesito a mi público y me gusta cantarle. Y me piden escucharme como Diana Navarro, y hasta que no salga de la Piquer, que será en septiembre, conciertos como éste son la fórmula ideal para encontrarme con mi gente».

'Sola' -«la canción que me dio a conocer»-, 'El perdón', 'Ojos verdes', 'Mare mía', el 'Padrenuestro', la 'Saeta'... Son algunas de las canciones que sus seguidores le reclaman y que sonarán en este concierto. «Es un repertorio tan potente que tengo que ir intercalando para poder llegar al final. Y como nota especial, vienen de artistas invitados V Harmony, que es un coro de voces gospel que me van a acompañar en temas que siempre han llevado coro, pero que nunca los había cantado así. Y '24 Rosas', concretamente, es un momento muy especial».

A ellos se suma Julio Awad al piano y David Pérez a los teclados, las programaciones y el acordeón. «Porque como yo soy 'foltrónica' -ríe-, folclórica-electrónica, me adapto a las nuevas tecnologías... Y me gusta incluirlas».

No le pesa a Diana Navarro el término folclórica, tan denostado en tiempos no muy lejanos. ¿Se les toma en serio ya? «Yo creo que sí -responde-. De hecho, siempre me he sentido muy respetada. Es verdad que se asoció la copla con el régimen franquista, y que muchas de las artistas no tenían los conocimientos que tenemos ahora a nuestro alcance; yo cuando empecé no tenía tampoco ese conocimiento, pero me pude formar como actriz, como productora radiofónica, como dobladora... Pero ellas, pobres, estaban llenas de clichés, pero eso no quería decir que no fuesen serias ni que no desarrollasen de manera muy digna su trabajo. Pero esos tópicos se utilizaron mucho para caricaturizarlas. Pero escuchabas a Rocío o a Marifé y no daban puntada sin hilo; tenían un poso de inteligencia muy, muy interesante».

Martirio y Carlos Cano, dice Diana Navarro, son quienes dignificaron la copla. «Ya por fin dejamos de querer ser suecos y dejamos de renegar de ese orgullo andaluz y español que es tan bonito... Y que no tiene nada que ver con la política. Tiene que ver con el sentido patrio humano de ser hermanos y vecinos de todas las comunidades autónomas que son ricas y maravillosas. La copla, que empezó siendo tonadilla o canción andaluza, tiene a una valenciana como una de sus máximas exponentes, mi querida Concha Piquer...»

«Yo siempre me he sentido muy respetada -sigue-. La gente ya se está quitando prejuicios, que venían del desconocimiento, y creo que la copla está en el sitio maravilloso que tiene que estar: como cultura de nuestro país... Es como ese queso de romero que nos gusta mucho, que se macera en la cueva y que necesitamos por lo menos una vez al mes para tomarlo con un vinito rico».

Y después del paréntesis navideño, Diana Navarro volverá a calzarse los zapatos de Concha Piquer. ¿Qué le ha enseñado esta experiencia? «He vuelto a recuperar a la Diana segura de sí misma; la había recuperado ya como persona, y ahora lo he hecho como Diana Navarro. La artista salvó a la persona. La persona se salvó, pero empezaba a dudar la artista. Y ahora sí que puedo decir que me siento bastante fuerte en todos los sentidos; segura y muy, muy disfrutona. Concha Piquer me ha dado a mí seguridad por su arrojo, por permitirme empatizar con la vida que llevó, que fue tremenda y muy difícil en sus comienzos. Y eso me ha dado a mí una seguridad vocal como cantante brutal».