David Lynch, el músico del blues, la electrónica y el subidón
El cineasta grabó tres álbumes de estudio, seis bandas sonoras, dos discos de spoken-word y una veintena de singles
Nacho Serrano
Música, camina conmigo. David Lynch la amaba tanto como el cine, y más allá de la presencia de grandes composiciones en sus películas, grabó una gran cantidad de canciones que publicó en tres álbumes de estudio, dos colaborativos y seis de bandas sonoras, más dos ... discos de spoken-word, un EP y veinte singles.
Su debut discográfico fue la banda sonora de su primer largometraje, 'Eraserhead' (1977), y después produjo varios álbumes con el compositor Angelo Badalamenti, autor de la banda sonora de 'Twin Peaks' y del largometraje 'Twin Peaks: Fuego camina conmigo', así como la de 'Mulholland Drive' (2001), 'The Air Is on Fire' (2007) y 'David Lynch's Inland Empire' (2007).
En 1998 Lynch publicó su primer álbum colaborativo, 'Lux Vivens', con Jocelyn Montgomery, a los que siguieron 'Polish Night Music' (2007) con Marek Zebrowski y 'Thought Gang' (2018), de nuevo con Badalamenti. Junto a él también aceptó un encargo de la Academia de Música de Brooklyn, que les pidió que crearan una pieza teatral que se representaría en el New Music America Festival. El resultado fue 'Industrial Symphony No. 1: The Dream of the Broken Hearted', protagonizada por colaboradores frecuentes de Lynch como Laura Dern, Nicolas Cage y Michael J. Anderson, y que contenía cinco canciones cantadas por Julee Cruise.
En 2001 lanzó su primer disco al uso, 'BlueBOB', grabado en su estudio casero junto a John Neff y descrito como 'industrial blues' mezclado con elementos de rock'n'roll, surf y heavy metal. Tanto Lynch como Neff programaban y secuenciaban patrones en cajas de ritmos, alrededor de las cuales improvisaban y escribían la base instrumental de las canciones, aunque a veces usaban baterías reales tocadas por el cineasta pero con las manos, sin baquetas. Lynch también tocó la guitarra eléctrica y a menudo utilizaba la técnica de la guitarra slide con cuello de botella. «Siempre quise tener un estudio para poder experimentar con el sonido y la música, así que siempre estoy trabajando, siempre estoy experimentando», dijo acerca del proceso de trabajo. «Me encanta el blues, me encanta su sofisticada sencillez; pero con la tecnología moderna realmente siento que podemos conseguir crear algo que vive en el pasado y se adentra en el futuro al mismo tiempo. Y para mí sería absurdo no aprovechar lo que hay ahora».
'Crazy Clown Time', su segundo álbum de estudio, se publicó diez años después, en 2011, y contó con la colaboración de Karen O, vocalista de Yeah Yeah Yeahs. El tercero 'The Big Dream', llegó en 2013 con otra colaboración estelar: Lykke Li. «Me encanta todo lo que hace Karen, y todo lo que hace Lykke», aseguró cuando le preguntaron por sus artistas favoritos. «También me apasionan Au Revoir Simone, me gusta mucho Gary Clarke Jr., Dirty Beaches, Kitty, Daisy and Lewis, The Kills, James Blake.... Muchos de los que he mencionado son modernos y tienen su propio sonido, pero no importa lo moderno o lo que sea el sonido, simplemente es algo que me llega, y que me encanta».
Especialmente interesantes son sus discos de spoken-word, como el autobiográfico 'Catching the Big Fish: Meditation, Consciousness, and Creativity' (2006), en el que Lynch comenta una amplia gama de temas «desde la metafísica hasta la importancia de proyectar tu película ante un público de prueba», inspirado en las experiencias con la Meditación Trascendental que empezó a practicar en 1973. En 2012 lanzaría otro elepé en este formato, 'The Marriage of Picture and Sound'.
Como músico invitado, participó en discos de Julee Cruise, Trent Reznor, Danger Mouse y Sparklehorse, Dubblestandart, Chrystabell y Flying Lotus. También ejerció como productor de álbumes de Fox Bat Strategy, Donovan, Chrystabell o Ariana Delawari, y dirigió varios vídeos musicales para artistas como Chris Isaak, X Japan, Moby, Interpol, Nine Inch Nails y Donovan.
MÁS INFORMACIÓN
«En realidad no soy cantante, pero mi voz se trata como cualquier otro instrumento; hoy en día se puede retocar y manipular de muchas maneras», decía sobre su vertiente musical en una entrevista con The Guardian en 2010. «Me siento cómodo en el estudio, pero no actuaría en directo. No soy músico, pero me encanta hacer música. Es una pasada. Los músicos son un poco más divertidos que los actores. Hay algunas similitudes entre ellos, pero cuando los músicos tocan juntos, experimentan un subidón único. Es algo completamente alegre y puede surgir la magia. Yo mismo lo he sentido. Un rodaje es mucho más lento, hay muchos más detalles, pero sigues teniendo subidones locos».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete