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ABC Cultural

Críticas de discos de la semana: Betacam, Sr. Chinarro, Maria Rodés, Parade y Luke Haines & Peter Buck

Nuestros especialistas musicales hacen un repaso de las novedades discográficas más interesantes de las últimas semanas

Portada del último disco de Sr. Chinarro 'Reality Show' ABC

Por Fernando Pérez

Betacam - 'La noche interior'

Betacam desactiva el modo pausa. Miembro de Rusos Blancos y Templeton y colaborador en proyectos y giras de artistas como Tulsa, Cosmen Adelaida, La Bien Querida y Kokoscha, el torrelaveguense Javier Carrasco se ha convertido en una especie de 'hombre orquesta y para todo' del pop independiente español. Pero tras años de lento y guadianesco recorrido, su proyecto personal va dejando poco a poco de ser una fascinante imagen semicongelada y difuminada para alcanzar al fin algo parecido a la velocidad de crucero. Tras 'Saca Pecho', el recopilatorio que reunía sus demos grabadas entre 2007 y 2015, hace cuatro años firmó al fin su debut, 'Mítico', una de las más mayores sorpresas del curso 2018, al que se sumaron después un reguero de singles y un estupendo EP ('Multitarea'), donde se acercaba al pop de guitarras. Ahora llega la esperada reválida del segundo disco... Y el resultado colma todas las expectativas.

Pop

Betacam - 'La noche interior'

Imagen - Betacam - 'La noche interior'
  • Discografíca Intromúsica

'La noche interior' vuelve a ser un viaje enciclopédico hacia casi todas las orillas del pop electrónico de ayer y hoy en las que puede atracar la memoria, con especial querencia por las aguas technicolor de los ochenta. Pero como sucedía en 'Mítico', el pelotón de referencias acumuladas se funden en un discurso personal y totalmente contemporáneo. Esto no es un pastiche retro concebido para epatar. Es una magnífica colección de canciones planteadas y resueltas con mimo e imaginación, soberbiamente producidas atendiendo a los medios disponibles, blindadas con melodías adictivas y propulsadas en algunos casos con estribillos más directos que un croché de Tyson. Están listas para gustar, para ser disfrutadas. Y que un himno luminoso, excesivo, loco y desatado como 'Yo nací para quererte', donde Carlos Berlanga y los nuevos románticos se cruzan con M83, no sea un hit instantáneo confirma que son malos tiempos para la lírica y para los creadores musicales. Nunca como ahora se escucharon tantas canciones, jamás las buenas pasaron tan desapercibidas.

Pero si algo parece tener claro Carrasco es que no merece la pena lamentarse. O sí, pero sin venirse abajo. Eso parece reflejar 'Tan sólo algo de ayuda', con ese punto de partida un poco 'sad trap', en la que de repente aparece Miren Iza para decirle que se deje de tontadas, que el problema no es tambalearse, sino dejarse caer. Y es que uno de los elementos que vertebra el disco es la sensación de melancolía y nostalgia controlada que transmiten sus estupendas textos costumbristas. Las expectativas se derrumban, el amor se agota sin que la culpa sea de nadie (bueno, un poco tuya sí), el tiempo nos arrasa como un temporal... pero incluso tras la noche interior más cerrada acaba llegando un amanecer.

Por eso 'Mejor no hablar de amor' parece la mejor canción de Astrud que Astrud quizás nunca hubieran podido hacer. Porque hay en la ironía de Betacam algo cercano y reconocible, que va más allá del juego intelectual. Lo confesemos o no, todos nos hemos abandonado alguna vez buscando buenos recuerdos en móviles antiguos. Y después nos hemos recompuesto, qué remedio, y hemos encontrado autoengaños distintos con los que abarrotar la memoria de un nuevo teléfono. Es imposible no identificarse con letras tan directas y memorables como los que adornan 'XX', una preciosa mirada sin ira al pasado sentimental, a los naufragios que nos dieron forma. O no sentir un pellizco ('me coges la mano y me rompes con la mirada') con el crescendo desbordante que subraya y eleva el momento exacto del advenimiento de un nuevo amor en «Nada volverá a ser igual», otra cima del disco, en la que La Mode se dan la mano con Ian Broudie y Franco Battiato, del tirón. 

Por si cabía alguna duda, esta es la prueba del algodón superada de un talento especial y sin complejos, capaz de salir indemne tras encerrar a Jarvis Cocker, Sergio Algora y Miguel Bosé en un solo tema, 'El capitalismo ha hecho llorar a Merche', una canción protesta-sentimental con coros a prueba de estadios (imaginarios). Un disco perfecto para sollozar en la discoteca o bailar en tu habitación. Betacam se merece por fin y de todas todas un puñetero primer plano.

Por Fernando Rojo

Sr. Chinarro - 'Reality Show'

Los tres adelantos de 'Reality Show' ya nos avanzaban la buena nueva: que Antonio Luque sigue en forma treinta y dos años después de comenzar a cincelar ese personaje llamado Sr. Chinarro, a ratos cáustico, a ratos combativo y siempre descreído de sí mismo y de lo que le rodea. Como el alcalde de 'Amanece que no es poco', todos los demás artistas de su generación son contingentes, pero Luque es necesario. Muy necesario.

Pop Rock

Sr. Chinarro - 'Reality Show'

Imagen - Sr. Chinarro - 'Reality Show'
  • Discográfica Mushroom Pillow

Más necesario que nunca en estos tiempos de tribulación, pues su crisis vital se remonta a diecisiete discos atrás, cuando dibujaba la vida en tonos grises tirando a negro. Y desde 'El mundo según' (2006), con melodías mucho más luminosas que producen un brutal choque de trenes entre el fondo y la forma, ya muy evidente en 'Sexo, mar y sol', el tema que inaugura el disco y que bien podría haber albergado una letra ñoña e intrascendente, incluso un hit veraniego, pero en su lugar nos propina una descarnada denuncia de la deshumanización en el trabajo. «Y se lo advertí/ esos cabronazos/ se desharán de ti/ hecha pedazos».

Luque se arrima cada vez más a los dramas mundanos, aunque sin implicarse del todo en ellos, como el que asiste de espectador en primera fila a una obra de teatro pero no termina de dar el paso de subirse al escenario. El ejemplo más paradigmático es 'Luis', la canción en la que plasma su temporal inmersión en Tinder, una aplicación que asegura que se descargó con el único propósito de escribir este tema. Y después de divertirse un rato con el juguete «de los ligues», concluye que es una «tontería» y que prefiere seguir con sus «cosas de casa y que venga lo que tenga que venir».

Y es que la pospandemia nos presenta al bardo en eterno conflicto con las redes y las pantallas: «Con esos de la tele no tenemos nada que ver, nos dará un telele. Apágala y te abrazaré», clama en 'La audiencia decide', quizás la canción más redonda del disco junto a 'El detector', una preciosa melodía que había estado metida en un cajón durante mucho tiempo esperando una letra a su altura, ahora tierna, con un punto de melancolía. El pop a fuego lento que rescata al mejor Sr. Chinarro, el que saca grandes canciones de las pequeñas cosas.

Por Jesús Lillo

Luke Haines & Peter Buck - 'All The Kids Are Super Bummed Out'

Debutaron hace dos años con un mostrenco ensayo de pruebas y errores y ahora vuelven a las andadas con una obra aún más ambiciosa: diecisiete canciones en un álbum doble en el que Peter Buck se libera de la ortodoxia instrumental y Luke Haines se consagra como cronista oficial del acabose. No hay más que detenerse en los títulos -bastante explícitos, sin rodeos- de las canciones que componen esta colección de salidas de tono para hacerse una idea de la altura a la que ha llegado Haines en su frívola liturgia -'work in progress' al que ha dedicado los últimos años de su vida artística- del apocalipsis. 'The British Army On LSD', 'The Skies Are Full Of Insane Machines', 'The First Time I Met God', 'Minimalist House Burns', 'Iranian Embassy Siege' o 'Waiting For The UFOs son los episodios de un cuento infantil o infantilizado -los niños están superdesanimados, advierte el fundador de los Auteurs desde el título- en el que cualquier cosa es sonoramente posible y líricamente verosímil. Imposible no hay nada en la vida.

Pop Rock

Luke Haines & Peter Buck - 'All The Kids Are Super Bummed Out'

Imagen - Luke Haines & Peter Buck - 'All The Kids Are Super Bummed Out'
  • Discográfica Cherry Red

El guitarrista de REM anda por ahí, pero es Haines el que disparata. Ambos comparten un pretérito perfecto, por lo melódico y arregladito, y los dos se sueltan el pelo que les queda en una producción sin argumento musical -hay de todo, como en botica: violencia intrumental, estribillos colegiales, descansillos sintéticos, psicodelia de extrarradio- y cuyo mayor mérito es remitir a la tardoadolescencia que definió la transición del punk a la nueva ola, una prueba de sonido de largo metraje y un desafío narrativo estructurado en capítulos inconexos, pero coherentes en el marco de la crítica de costumbres que desde hace décadas practica el compositor británico.

«No es más que el fin del mundo/ No una muerte en la familia», cantaba en 1998 Sarah Nixey, entonces al frente de los Black Box Recorder de Haines. Lo hacía con dulzura y conformismo, al dictado. Un cuarto de siglo después de aquello tan conformista y elegante, el autor de '9 1/2 Psychedelic Meditations on British Wrestling of the 1970s & Early '80s' mantiene el fondo, pero ha perdido las formas. Le acompaña de nuevo Peter Buck, a quien debió de gustarle aquello tan extraño como fue 'Beat Poetry for Survivalists', primera colisión entre uno de los padres del Nuevo Rock Americano y el hijo bastardo del viejo pop británico.

Por Javier Villuendas

Parade - 'Mares poco profundos'

Antonio Galvañ, como artista Parade, vuelve con este 'Mares poco profundos', otra cara de la moneda de su anterior 'Chispa o calambre', más animado, fantasioso y sintético, compuesto a la vez que el que nos ocupa. En este su undécimo álbum, el anfitrión al piano bar, el pianista de Parade, ejerce en agradable mezcla de bossa nova y pop de alta estofa, Beach Boys y St. Etienne asienten, nueva muestra de calidad marca de la casa plena de erudición (con versión incluso de Everything But the Girl), 'savoir faire' y anti-feísmo.

Bossa nova - Pop

Parade - 'Mares poco profundos'

Imagen - Parade - 'Mares poco profundos'
  • Discográfica Jabalina

El de Yecla, profesor de música, brilla en la musicalidad acústica con instrumentos jazz acompañado por Quique Villafañe a la batería, Juan San Martín al contrabajo y con las supervisión del experto productor 'jazzy' Ramón Leal al que llegó por consejo de Antonio Casado y Charlie Mysterio, además de Eduardo Piqueras en las guitarras. Ambiente acogedor de un respetable café-bar, o sea canciones bonitas, con regusto melancólico pero también sabio y depurado, bajo control, convenientemente arreglado (y peinado), en ese punto también de menor juego de tentativas o de lanzamiento al vacío, Galvañ controla y lo inesperado no existe, ni para bien ni para mal, pues siempre cumple y con nota.

Ejercicios de estilo de aroma clásico (dubiduba como recurso al cante y al canteo), unas tonadas preciosistas y sentimentalismo, hay dos canciones 'Pasado, Presente y Futuro', lanzada como segundo single a principios de octubre, de costabravista comienzo y estribillo de aplauso en lo melódico y lírico, en donde reflexiona sobre el paso del tiempo y toma postura contra una nostalgia empecinada, en un tema-tesis en formato pop de cum laude. 'Volver a encontrar un amor' es la otra joya intimista con coda un pelín Arcade Fire, con esos coros, y que no puede no ser un momento especial en sus conciertos cuando la toque, en silenciosa y bella expectación satisfecha.

Por David Morán

Maria Rodés - 'Fuimos los dos'

Tanto tiempo dándole vueltas a los grandes conceptos, desenterrando la copla y haciendo memoria entre bombardeos y brujería, entre 'Eclíptica' y 'Lilith', y al final todo lo que necesitaba Maria Rodés era un poco de amor. O de desamor. Las más elevadas y recurrentes materias primas de la canción pop y con las que más fácil resulta perder pie y arrearse un buen costalazo.

Canción pop

Maria Rodés - 'Fuimos los dos'

Imagen - Maria Rodés - 'Fuimos los dos'
  • Discográfica Elefant

«All You Need Is Love», sí, pero también un manual de instrucciones para no perderse en una temática abonada al tópico y salpicada de lugares comunes. Esta última, reconoce la de Cabrera de Mar, es la razón por la que nunca antes se había atrevido a cantarle abiertamente al amor, la pasión ciega, la ruptura y la soledad. Lo miraba de reojo y se acercaba dando un rodeo, pero tuvo que venir 'Contigo',disco de country grabado a medias con David Rodríguez (La Estrella de David), para que Rodés se atreviera a dar el salto. La pandemia, asegura, se encargó del resto, y del reto de escribir una canción al día durante el confinamiento surgió 'Fuimos los dos', retablo de relaciones nacientes y menguantes, de amores inflamados y decepciones oceánicas. El ciclo de la vida, la narrativa del querer (y del dejar de hacerlo), comprimido en una docena de canciones que, de la ingenuidad al desencanto y de la luminosa y pizpireta 'Recordarte' a la turbia y temblorosa 'Madame Bovary', trazan una ruta panorámica por los altibajos que moldean los asuntillos del corazón.

Por encima, la voz hipnótica y envolvente de una Rodés cada vez más cerca de convertirse en la mezcla perfecta entre La Bien Querida y Lorena Alvárez. Y por debajo, guitarras (casi) desnudas, atmósferas flotantes, percusiones artesanales y minimalistas, pianos cinematográficos (maravillosa 'Soltar las armas'), coros que dan alas a canciones como 'Salgamos juntos al jardín'... Folk con vistas al pop y con vistas al más allá que, con amor o sin él, arropa a la catalana en su disco más introspectivo y completo. También el más luminoso y valiente.

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