El Círculo de Cámara arranca a lo grande

Crítica de Música Clásica

Se ha escrito que los cuartetos de Béla Bartók explican al mundo que la primera mitad del siglo XX no fue tan bárbara como se cree

Cuarteto Diótima Círculo de Bellas Artes

Crítica de Música Clásica

Cuartetos de Béla Bartók

  • Intérpretes Cuarteto Diotima
  • Lugar Teatro Fernando de Rojas, Círculo de Bellas Artes, Madrid
  • Fecha 15 y 16 de octubre

Se ha escrito que los cuartetos de Béla Bartók explican al mundo que la primera mitad del siglo XX no fue tan bárbara como se cree. Al menos hasta 1939 cuando se firma el sexto y último, justo antes del exilio americano. Sobre ellos ... ha vuelto el Cuarteto Diotima en dos conciertos igualados por la facilidad de quien lleva años frecuentándolos, se esfuerza por explicarlos con meticulosa exactitud y los entrega con respetuosa elegancia como eco de una nocturnidad que se recrea en sonoridades inauditas. El Diotima crece desde la exigente corrección de su primer violín, Yun-Peng Zhao, pero no es menor la claridad y transparencia del conjunto, y la consecuencia que se deriva al construir versiones que persuaden y arrastran hasta hacer olvidar otras opciones más carnales y densas, más próximas a una incierta desolación personal.

La actuación del Diotima ha llegado a pocos meses de cumplirse las siete décadas de la primera interpretación de la integral de los cuartetos en Madrid, el 16 y 17 de junio de 1953 en el conservatorio madrileño, por el Cuarteto Végh, considerada una referencia inexcusable en la historia musical española del siglo XX. La música de Bartók, diluida entonces en observaciones muy diversas y en intensos epítetos, representaba la independencia, la posibilidad de establecer un modelo contemporáneo autónomo y enraizado en la tradición, al margen de definir una sensibilidad que sirvió de modelo para la joven generación de compositores, mal reconocida como del 51.

El acto fue muy amplificado por los medios de la época, aunque en su estricta materialidad fuera un asunto del cenáculo musical. Hoy, Bartók es un hecho histórico innegable, de intensa penetración estética, pero de una asiduidad todavía renqueante. La integral de los cuartetos se ha repetido en Madrid varias veces (el Diotima la ofreció en 2014) pero su difusión sigue siendo algo selecto. Las localidades sin ocupar del teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes apuntan en esa dirección, más allá de las rarezas de una actualidad inestable y aun sabiendo lo fácil que era pronosticar la extraordinaria calidad de unos conciertos definitivamente profundos y no aparentes.

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