Andrés Calamaro, defensor de la tauromaquia en Suramérica pese a las críticas en sus conciertos

Según varios medios, el artista argentino ha sido abucheado en algunas actuaciones de su actual gira por reivindicar los toros

Andrés Calamaro: «Es paradójico que la generación de españoles que menos penurias ha sufrido sea la que ha dinamitado España»

Calamaro, saludando al Rey Felipe VI durante una corrida en Las Ventas abc

Nacho Serrano

Coincidiendo con el lanzamiento de la antológica reedición 'Honestidad Brutal Extra Brut', Andrés Calamaro está estos días de gira por varios países de Suramérica donde siempre ha tenido un recibimiento fabuloso. Pero esta vez, algunos de sus fans han aprovechado el salvoconducto ... del ticket de concierto para abuchear al músico argentino por su defensa de la tauromaquia.

Tal como informa el diario peruano El Comercio, Calamaro fue criticado por un sector del público durante su actuación en Lima por este motivo. Después de interpretar el tema 'Los aviones', el artista se dirigió a la audiencia para decir que «más al sur del Perú no hay nadie que entienda a los toros y a la salsa», y a pesar de que la mayoría de los asistentes rompió en aplausos, se escucharon nítidamente los gritos de '¡tauromaquia no!' acompañados de algunos abucheos. Al terminar el show, nada más retirarse Calamaro del escenario, la megafonía reprodujo la melodía de una pieza de música taurina que volvió a encender los ánimos de los ofendidos por el comentario anterior, que salieron del recinto al grito de «¿por qué, Andrés?».

Este domingo, la escena volvió a repetirse a su paso por Colombia. Según ha declarado al diario El Colombiano un asistente a su concierto en La Macarena de Medellín, el músico «empezó a decir que volvieran las corridas de toros a La Macarena en Medellín, a Cañaveralejo en Cali y a La Santamaría en Bogotá, que son ciudades donde él se va a presentar. Calamaro viene de presentarse en Manizales, ciudad amante de los toros, entonces pensó que seguramente en Medellín no lo iban a rechazar. Pero mientras daba su discurso todo el mundo lo empezó a abuchear».

El pasado mes de abril, Calamaro ya hizo algo parecido pero con más énfasis aún, a su paso por México. En mitad de su concierto en la capital del país, cogió el micrófono y dijo estas palabras sin que nadie se lo reprochase desde la grada: «Toros en México siempre tiene que haber, no permitamos que cierren la Monumental, si hace falta vamos todos a la puerta principal de la plaza. No podemos permitir la prohibición de los toros aquí, ni por política, ni por ideología y ni por oportunismo, ¡Vivan los toros en México!».

La defensa de la tauromaquia por parte de Andrés Calamaro viene de largo. En 2010, sorprendió a los espectadores del programa de Buenafuente leyendo este alegato a cuenta de la prohibición de los toros en Cataluña: «Con solemnidad y no sin cierto pesar renuncio, con el estado televidente español de testigo, a mi status de progre, sospechado de rojo y librepensador. Renuncio a la progresía porque quiero corridas en Cataluña, quiero correrme en una Fiesta de arte y muerte, verte correrte de buena suerte, y es más, quiero que vuelva José Tomás en Barcelona de nuevo y no me muevo de mi respeto a las tradiciones y que los papelones los haga mi compatriota que juntó cuarenta firmas por la derrota de esta fiesta que pintaron Goya y Picasso y por si acaso no quedó claro, le aclaró mi buen Andreu, que hago culto por la libertad de culto y si prohibir es progesía y el progre es rabioso anti rojo, mi antojo es renunciar al progresismo ahora mismo. ¡Toros sí! ¡Toros sí!».

Video.

«El nacimiento y la muerte no definen nuestro paso por la vida, tampoco la del toro bravo», argumentaba el artista argentino en un post de Facebook en 2018. «Morir en la plaza lo diferencia de las otras especies animales. Las que mueren en el frío tormento de un matadero, aquellas desgarradas por la dentellada de otro animal mas grande y con mas hambre, los insectos pulverizados por venenos, el propio hombre abrazado a una fe que se diluye en la proximidad de la muerte, el ateo que pide a dios por mas vida... Morir en un minuto, en apenas segundos, no es una mala forma de terminar; incluso los humanos acordaríamos con agrado un final como el de los toros; una vida sin apremios y morir peleando... dos minutos de agonía».

Respecto a los antitaurinos, decía esto en una entrevista con Mundo Toro: «Soy una persona del siglo XX. Los enemigos acérrimos del torero son delirantes esclavos de los slóganes, un fenómeno anti cultural, una aberración en un mundo que es como es… Impávidos si se ahogan treinta africanos en el mar, pero furiosos porque seis toros que subliman la vida y la muerte. Más es el ganado que se sacrifica en los restaurantes después de una tarde de toros, como pescado, pero dan a entender que la gastronomía está alimentando al mundo, que es una necesidad. Mejor no les demos más ideas. El delirio con los animales es nuevo oscurantismo, delirante y peligroso».

Pero la mejor defensa que Calamaro ha hecho de su pasión por los toros, probablemente sea la que plasmó en una Tribuna de ABC en 2019. «Los buenos defensores de los animales deberían luchar por los animales, y es lo que hacen, pero sin apuntar a la tauromaquia, porque es el sublime ensamble entre la voluntad humana y la especie morfológica. Abolir la practica de la tauromaquia es sacrificar a toda una especie. Para empezar, habría que sacrificar decenas de miles de animales, o regalarlos al matadero de carne, entonces las ganaderías sustentables no serían ganaderías indispensables, y todo ese terreno natural sería obsoleto sin la crianza de novillos y becerras. Los toros quieren nacer y vivir cuatro años, es el derecho de esta ganadería específica. Respetemos la identidad del toro bravo, que es la del pueblo y la del campo. Que sigan naciendo en el campo vivo y muriendo como elegidos en la plaza».

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