Alan Stivell: el sueño de un celta

El arpista y bardo bretón es uno de los referentes de la música popular europea

Alan Stivell: el sueño de un celta ABC

MANUEL DE LA FUENTE

El «Jukebox de la Historia» se va con la música a otra parte. Hasta la Bretaña francesa, mítico territorio de la cultura céltica , cuna y refugio de los reyes de Britania, paraíso de las hadas, los druidas, los bebedizos y ... las leyendas de pasión. De allí, de aquella tierra neblinosa y bendecida por el Atlántico, es un señor mayor (quinta del 44) llamado Alan Cochevelou o, si lo prefieren, por su nombre artístico, Alan Stivell, lo que en bretón gaélico viene a ser «manantial que brota con fuerza».

Este hombre con mirada de viejo guerrero, de galo invencible, es uno de los artistas más grandes que ha dado la música celta, ese torrente que no para de fluir. En su juventud, su propio padre decidió «reinventar» el arpa céltica, un instrumento cuyo caminar se pierde en los vericuentos y recovecos telúricos de la Edad Media. Stivell lo hizo suyo, pero también fue de los primeros en aunar, fundir, matrimoniar y juntar la tradición pancéltica (Irlanda, Gales, Escocia, la propia Bretaña) con el rock y los sonidos eléctricos.

Tanto en su versión de recuperador del folclore como en la recreación del mismo, Alan Stivell es, sencillamente, un maestro, un mago, el tipo que sabe qué ingredientes hay que echar al caldero para que la pócima funcione . Si lo conocen, poco más puedo añadir. Si no, ya viendo hora de que lo caten. Es un celta de ensueño.

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