Tony Zenet: «En la negociación de la ley Sinde eché en falta a las operadoras de telefonía»
El artista malagueño nos habla de su último disco, «Todo en las calles», ganador del Premio de la Música a Mejor Disco de Fusión
JAVIER TAHIRI/MADRID Tony Zenet (Malaga, 1967) está en racha. Con tan sólo dos discos en el mercado, este malagueño ha conseguido compaginar con éxito su vocación cinematográfica con su afición musical. Durante años ha aparecido en películas como «Morirás en Chafarinas» o en series ... como «El Comisario». No obstante ha sido su mezcla de bolero, jazz, tango o flamenco la que le ha reportado varios premios con tan sólo dos discos en el mercado. Con su primer trabajo, «Los mares de China», Zenet consiguió el Premio de la Música como Mejor Artista Revelación. Su segundo álbum «Todo en las calles» no se ha quedado atrás, y hace dos semanas fue galardonado como Mejor Disco de Fusión frente a «pesos pesados» como Howe Gelb o Diego el Cigala. Un día antes de su concierto en el Teatro Español en Madrid, nos concede una entrevista.
—¿Cómo se sintió cuando ganó el Premio de la Música a Mejor Disco de Fusión?
—Muy orgulloso, ya que al ser un segundo disco siempre te preocupas de superar las expectativas creadas con el primero. Me complace verlo como un reconocimiento para toda la banda que hemos trabajado en el álbum y compartirlo con todos ellos.
—¿Ha empezado a ver la influencia del galardón en su carrera?
—No, aún no. Hay que tener en cuenta que los premios fueron hace unos días y estas cosas no son tan instantáneas. Lo que sí supone es una tarjeta de presentación muy buena si queremos dar el salto a Europa para que escuchen nuestro trabajo en París, o a América...Tener el premio de artista revelación por mi primer disco y ahora como mejor álbum fusión quiere decir algo: que están atentos de nuestro trabajo.
—Con estilos como el tango o el bolero entre sus influencias, ¿tiene planes para dar el salto al charco que menciona?
—Es difícil porque estamos en una compañía pequeña como El Volcán pero estamos rastreando contactos. Todavía no quiero decir nada concreto porque no está cerrado, pero algo sí que hay en el aire para poder dar el salto...
—¿Cuales son las reacciones del público de su segundo disco y de la gira?
—En los conciertos la gente se lo está pasando muy bien. Nosotros hacemos una fiesta en cada concierto, nos divertimos mucho arriba del escenario y eso lo nota el público abajo. Además en concierto hacemos cosas que se desmarcan del disco. Metemos solos más propios del jazz, alargamos las canciones...y la gente se lo pasa bomba. En cuanto a la venta de discos, hay algunos datos que me parecen curiosos. Al parecer muchas veces la gente compra el disco de dos en dos, porque uno lo regalan y el otro se lo quedan, lo que quiere decir que a la gente le gusta. Además hemos intentado que el precio no sea muy alto y que esté al alcance de cualquiera. También hemos sacado una edición doble con un documental que recoge el proceso de creación del disco, para intentar acercarlo a la gente.
—¿Por estilo con que ciudad se queda: Buenos Aires, La Habana o Sevilla? No vale decir Málaga...
—(Risas) Sevilla fue el lugar donde me crié. La Habana la conozco y me encanta, me recuerda a ciudades del Mediterráneo como Cádiz. No conozco Buenos Aires así que por curiosidad me quedo con ella, a ver si se me pega algo de los grandes maestros bonaerenses. Me gusta mucho la música instrumental: la música clásica, barroca... En casa suelo poner mucho a Jordi Savall. Con amigos, en reuniones en mi casa acostumbro a escuchar de fondo a Chet Baker y su trompeta, música que incita a la conversación, de sobremesa...
—¿Qué tres discos recomendaría?
—Love Song de Chet Baker...cualquier disco de Piazzolla y...hace poco acabo de recuperar la banda sonora de «Tous les matings du monde» de Jordi Savall. Hacía tiempo que no lo escuchaba, lo tenía escondido entre una maraña de álbumes y es impresionante.
—En su último disco los textos hablan de corazones rotos y amores de madrugada. ¿Han sido biográficos o son «gajes del estilo»?
—Javier Laguna, que es el poeta, a veces elige el amor como pretexto para hablar de la condición humana y hacer que la gente se identifique con las letras. La gente canta las letras en los conciertos como si los textos fueran suyos y eso es muy bonito también. Es cierto que el amor es el tema principal pero también se alternan otros temas como la esperanza, la culpa...
—¿Qué tiene «Todas las calles» que no tengan otros discos del género?
—Yo creo que cada uno tiene una cierta originalidad. Supongo que, como nos un piropo que alguna vez nos han dicho, «hemos llenado un lugar de la música que estaba vacío». Esa frase me la guardo porque me gusta pensar que podemos seguir haciendo cosas que son nuevas aunque nos fijemos en artistas del pasado.
—¿Se ha tomado un paréntesis en su carrera como actor?
—Hay cosas que ya no puedo hacer y que antes hacía. Hace años trabajé durante ocho meses seguidos en la serie «El súper». Eso ya no podría hacerlo, pero pequeños papeles que no requieren mucho tiempo como el que hago en «La mula» de Michael Redfor, o un corto en el que hago de invidente llamado «Las tacitas» de Rafael Ruiz, si puedo compaginarlos.
—Cada vez más artistas se atreven a autoeditarse. ¿Le atrae la idea?
—Ahora mismo estoy en El Volcán, una compañía independiente con la que tengo firmados tres discos en cinco años. De momento llevo dos y está funcionando muy bien el «matrimonio» con ellos, ya que me respetan y me dejan hacer todo lo que me de la gana. Por el momento vamos a hacer un disco más y después ya veremos.
—En plena resaca de elecciones, ¿qué le ha parecido el movimiento de protestas que se ha producido en muchas ciudades españolas durante esta última semana?
—Está claro que hay un descontento generalizado en el país y ese sentimiento se refleja luego en las urnas. Hay una gran diversificación de ideas en nuestro país y lo que si me parece bien es discutir la formula d'Hondt que se aplica en la actualidad, ya que hay muchos partidos minoritarios que se quedan fuera y podrían aportar sus ideas. Aumentar la representación de la sociedad y alterar un poco el contubernio de los dos grandes partidos podría ser interesante. En este sentido, yo me sumo a la corriente que pretende cambiar la ley electoral.
—¿Cuál es su postura en el debate sobre la ley Sinde?
—Me parece muy fácil tener una postura a favor o en contra de la ley Sinde cuando es un debate muy complejo. Yo creo que en la mesa de negociación se han el partido de Gobierno y la oposición, pero he echado en falta a otros dos actores: las operadoras de internet y las compañías telefónicas. Empresas que ganan mucho dinero con las descargas legales e ilegales. Entonces se podrá dar forma a una ley que regule el tema con acierto.
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