Una pasión de alto riesgo

Interpretar música clásica en Irak es una actividad de alto riesgo, llevar el instrumento por la calle ya es motivo de represalia. Así lo explica Tuqa Sad Al-Waeli . Tocada con el pañuelo musulmán, confiesa lo difícil que resulta para una mujer en Irak ser músico: «Muchas familias no están dispuestas a permitir que sus hijas tengan alguna relación con la música. La gente dice cosas horribles de mí solo por el hecho de tocar el cello, pero quiero llegar a ser la mejor mujer cellista de Irak», afirma con convicción.

También muchos de los integrantes de esta orquesta están cansados de ser interrogados sobre los mismo temas: los coches bomba o el terrorismo. Es el caso de oboista Murat para quien esta iniciativa le ha brindado una sorpresa inesperada pues en el encuentro del año anterior conoció a la que hoy es su prometida, otra oboista de Turquía. «Ella es el regalo más maravilloso de toda esta experiencia», comenta en el blog de Bettina Kolb , periodista que ha compartido los intensos ensayos —ocho horas diarias— de la orquesta antes de viajar a Bonn. Lo más importante para Murat en este momento es encontrar un lugar seguro donde contraer matrimonio y vivir. Ha descartado llevar a su mujer a vivir a Bagdad.