Niña Pastori: «La crisis servirá para que en la música se queden los que merecen la pena»

-¿Es tu disco más pop?

-Puede ser, pero bueno, tampoco es tan distinto a los demás. Lo considero muy mío, me identifico mucho con las canciones. Están grabadas con guitarras acústicas y eléctricas, y antes era casi siempre con guitarras flamencas, y eso también le da un punto distinto a otros trabajos, más fuerte.

-La imagen de Nueva York, tanto en la portada como en el vídeo, ¿va por ese lado?

-Si había que poner una ciudad en este disco, creo que esa era Nueva York. Es un álbum urbano, rítmicamente con mucha caña. La batería y los tiempos están rapiditos en muchos temas, y bueno, fue una idea de Sony, y me pareció bien. Así me fui también unos diítas allí y me di una vuelta por la ciudad.

-¿Es un disco influido por Alejandro Sanz?

-Puede ser. Yo a Alejandro le quiero muchísimo como persona, y como artista también le admiro. Si notas algún aire, pues encantada, porque lme gusta muchísimo lo que hace.

-Chaboli, tu marido, vuelve a ser productor y coautor de las canciones. ¿Cómo es el trabajo con él?

-De una forma muy natural. Estamos todo el día prácticamente juntos, y en casa siempre hay una guitarra, y la llevamos a todos lados, igual que una grabadora. En cualquier momento puede surgir algo. Ha habido canciones que han nacido en el AVE, o en los hoteles, en medio de un descanso, o en casita... cuando menos te lo esperas.

-Llegará un momento en que sabréis perfectamente qué piensa el otro.

-Más o menos. Llevamos ocho años casados, más tres o cuatro de novios. Chaboli es un hombre maravilloso, trabajar con él es muy fácil para mí, aparte deque me conoce bien, por lo que te ahorras muchas cosas. Tiene un trato agradable, siempre está de buen humor, y eso es importante, estar con alguien siempre dispuesto y con energía positiva.

-Dentro de tu evolución, ¿en qué momento estás?

-Estoy disfrutando mucho de mi profesión. Quizás me estoy haciendo vieja y los años, no sé, te hacen valorar lo que tienes, y lo miras todo con otros ojos, con más calmita, no es ese estrés del principio, que parece que pasa todo muy deprisa. Intento saborear los conciertos, el estar con mi público, o hacer esta entrevista contigo y charlar un poquito de esto. No sé, lo vivo todo con otro ritmo, más tranquilo. Y la verdad es que estoy disfrutando y he disfrutado mucho del disco, de la composición, de la grabación, y ahora, a esperar a ver si al público le gusta y todo va bien.

-En estos momentos tan inciertos, ¿cómo ves el futuro?

-Ahora mismo están las cosas mal, pero para todo el mundo. Esto es como el pez que se muerde la cola. En la música, habrá momentos para todo, mejores, peores, pero creo que la música tiene su espacio, y hay gente que no puede vivir sin ella. Además, este tipo de cosas sirven también para espabilar un poco, y valorar al que realmente tiene talento y da la cara, y ya no solo toca bien, sino que se comporta bien. Ha habido un momento que había demasiado en todo. Por ejemplo, cualquiera era periodista, cualquiera podía hacer una entrevista, y salir en televisión, bueno, aunque eso sigue estando ahí. Ha llegado un momento en que había empacho en todo. Cualquiera era músico, cualquiera era cantante, cualquiera podía tener un tema de éxito. Eras fontanero y podías tener un éxito, y de repente estabas ahí. Con todos mis respetos, pero zapatero a tus zapatos, y cada uno a lo suyo y no pasa nada. Yo soy positiva, y creo que servirá para que se queden los que realmente tienen que estar y los que merecen la pena y son profesionales.

-¿Y cómo ves lo que pasa ahí en la Puerta del Sol?

-Entiendo que la juventud se rebele, porque hay mucha gente con talento y con carreras que se están esforzando durante años para tener un puesto de trabajo, y están las cosas realmente mal y complicadas.

-Para terminar, ¿qué te gustaría transmitir con “La orilla de mi pelo”?

-Quiero que el que lo escuche se lo pase bien, que lo disfrute, que se divierta, porque es un disco que yo me he divertido mucho haciéndolo, que está lleno de energía positiva. Todos los músicos que han intervenido han disfrutado, y eso se nota.