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... y otras tantas para no verlos

1. El precio de las entradas. Demasiado dinero para un trocito de la historia del rock, aislado en una instalación industrial en la que intervienen centenares de operarios, más o menos cualificados. Mucho marco para tan poco lienzo. Ningún museo del mundo resulta tan caro.

2. Multitudes. Sólo la fe en el mito es capaz de neutralizar las incomodidades ganaderas que acarrean los conciertos de estadio. El capítulo de colas, calor, apreturas, mugre y desmayos incrementa notablemente la factura de la romería.

3. Como en casa. La gira «Licks World Tour» está siendo grabada para ser editada y comercializada en DVD. Teniendo en cuenta que la mayor parte de los espectadores que esta noche acudan al Vicente Calderón no van a tener otra opción que seguir el concierto de los autores de «Aftermath» a través de las enormes pantallas de vídeo situadas en el escenario, el esfuerzo roza la categoría de lo sádico.

4. Radiofórmula. Los Rolling Stones interpretan el mismo repertorio cada cuatro años. El milimétrico trazado de sus giras, vuelta y vuelta, no tiene lado salvaje. El grupo inglés es prisionero de su propia leyenda, una entidad virtual -que levanten la mano quienes compraron su último álbum de estudio, «Bridges to Babylon»- sin capacidad para mostrar síntomas de vida medianamente creíbles.

5. Mentira. Esta noche no tocan en Madrid los Rolling Stones, sino lo que a estas alturas queda de ellos. El rock actual no se fabrica en el Vicente Calderón. Para los que lleven el reloj atrasado, no estamos en 1976.

6. Decepción. A los no iniciados en la liturgia de Sus Satánicas y apoltronadas Majestades les resulta cada vez más dramático ver la representación en directo de canciones y álbumes sagrados, piezas intocables incluso para sus autores. Más vale nunca que tarde.

7. Consejo de Administración. Mick Jagger y Keith Richards no lideran una banda, sino el órgano gestor de una empresa multinacional. En 2003, el mejor espectáculo que los Rolling Stones pueden darle a su público es la retransmisión de una reunión de sus respectivos abogados.

8. Lastre. La veneración al grupo británico y su lista de éxitos de Kiss FM es una seria amenaza para el desarrollo del pop de última generación y su penetración social. Para el gran público, el bosque arqueológico de los autores de «Start Me Up» tapa los brotes nuevos del árbol del rock.

9. «Don´t Stop». Los Stones volverán a tocar en Madrid dentro de cuatro años y verlos entonces tendrá más gracia todavía.

10. Los Beatles eran mejores.

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