Texxcoco, la última banda española censurada por YouTube: «Denunciamos el puritanismo y la hipocresía imperantes en las redes sociales»

El vídeo reivindica la libertad de las mujeres «para mostrar su cuerpo y denuncia el puritanismo y la hipocresía imperantes en las redes sociales más habituales», dicen sus autores, y va en contra de la «doble moral que censura el pezón femenino pero no una foto con armas, imágenes violentas o en las que los hombres lucen sus pezones sin que sus perfiles serán eliminados». Lo que se pretende, dice su cantante y letrista Adriana Moscoso, es invitar a la reflexión y a «normalizar esta situación ridícula y paternalista hacia el cuerpo de la mujer en un video que invita a celebrar la libertad».

La retirada del vídeo pilló por sorpresa ayer a Adriana, mientras revisaba el número de reproduciones del perfil de su banda. «Refresqué la página y de repente ya no estaba», cuenta vía telefónica. «Estoy decepcionada y ayer me cogí un cabreo horrible. Que lo censuraran era una posibilidad, pero no esperaba que ocurriera en YouTube. En Facebook e Instagram la censura es más estricta. Ahora tendremos que pensar bien y ser muy inteligentes para ver cómo reaccionamos y dar una buena respuesta».

La cantante del grupo, que sabe que habrá gente que vea una gran jugada de marketing en todo esto, asegura que «jamás mezclaría ideales y dinero, porque la música es la forma de vida más honesta que puedo encontrar en la sociedad. Quien quiera criticarme que venga a hablar antes conmigo».

Luis Sansó y Toni Díaz, realizadores de este y otros vídeos musicales de la escena madrileña con su productora California Videos (y miembros de los también canarios Solo Astra ), confiesan que nunca les ha «pasado nada parecido», y pensaban que «pasadas dos semanas de su publicación, ya no lo retirarían. Al final, YouTube crea más polémica censurando que no censurando».

Adriana asegura que ha sufrido esta censura durante los dos años de vida del grupo. «Instagram empezó a retirarme fotos artísticas que hacía con mis amigas, en las que sólo se veía un pecho. Yo volví a subirlas pero ellos las retiraban en cuestión de medio minuto. Así que seguí subiendo, subiendo y subiendo fotos, y ellos eliminándolas una detrás de otra. Cuando vi que era una lucha imposible, decidí que mi mejor herramienta para combatir esta estupidez era mi grupo».