Subastan la guitarra destrozada que simboliza la guerra entre los Gallagher y el fin de Oasis

La bronca final ocurrió en el festival Rock en Seine de París en agosto de 2009 , en la recta final de la gira 'Dig Out Your Soul'. Poco antes de actuar, los hermanos se enzarzaron en una fortísima discusión en el camerino a grito pelado y, en un momento dado, Liam cogió una ciruela del cáterin y la estampó contra la pared. Como la cosa no fue suficientemente impactante, salió al pasillo, cogió una guitarra de Noel y le amenazó cogiéndola como si fuera un hacha. Afortunadamente no le atizó en la cabeza, pero la destrozó contra el suelo violentamente y en ese momento, Noel, decidió que ya había tenido suficiente. Oasis terminó ahí , a cinco minutos de salir al escenario. El mánager de la banda se vio obligado a decirle a la multitud que el espectáculo no iba a celebrarse y emitió un comunicado anunciando que la banda ya no existía.

«Liam salió del camerino del grupo, por alguna razón fue a su propio camerino y regresó con una guitarra y comenzó a empuñarla como un hacha , y no estoy bromeando», afirmó Noel sobre el incidente en una entrevista con Esquire en 2015. «Ahora hablo de ello a la ligera porque prefiero no darle más importancia, pero fue un acto violento realmente innecesario. Él vino zarandeando la guitarra y casi me arranca la cara con ella . Y terminó en el suelo. Luego le dije a mi hermano, 'pues mira', o sea, había gente que estaba en la banda mirando para otro lado, porque ni siquiera era un camerino grande. Y yo estaba como, '¿sabes qué? Me voy de aquí'. Y en ese momento, alguien entró y dijo ¡cinco minutos!... Me subí al coche y me senté allí durante cinco minutos y solo dije ¡A la mierda, no puedo más! ».

Un testigo de la pelea declaró a New Musical Express: «Sin pensárselo dos veces, Liam se puso de pie y le arrojó la guitarra a Noel. Naturalmente, falló y aterrizó al lado de sus pies. Al darse cuenta de que Liam había tirado su guitarra, Noel miró hacia abajo, se encogió de hombros y empezó a tirar cosas hasta que el camerino pareció la jaula de un hámster». Al día siguiente, el 29 de agosto, Noel emitió un comunicado confirmando que había dejado Oasis de forma permanente.

«Nos quedaban dos conciertos y creo que si hubiera llegado al final de esa gira y hubiera tenido seis meses de descanso, simplemente me habría olvidado, habría seguido adelante. Pero la gota que colmó el vaso fue esa noche en París, porque tuvimos una gran pelea. No hay otras razones ocultas», resumió Noel. Al cabo de un par de años, restauró el instrumento para seguir tocándolo con su nuevo proyecto, High Flying Birds .

Trece años después de aquel absurdo -pero también histórico- encontronazo que acabó con la trayectoria de una de las bandas más populares de la historia de Gran Bretaña, la guitarra, una Gibson ES-355 de color rojo, ha sido vendida por 385.000 euros en una subasta organizada por la galería Artpège, en la que también se han comprado otros lotes de parafernalia pop, como un traje 'bondage' de cuero y cadenas que lució Martin Gore del grupo británico Depeche Mode, que se vendió por 15.528 euros, o una rara grabación de Jimi Hendrix y el cantante francés Johnny Hallyday editada en vinilo, vendida por más de 10.000 euros.

Jonathan Berg, experto en guitarras y cofundador de la mencionada casa de arte, aseguró tras la venta que la Gibson de Noel Gallagher marcó «un momento de culto» en la historia de la música. El comprador, suponemos que un fan de Oasis con mucha pasta, se ha hecho así con un objeto icónico del pop británico que no sólo sonó en aquella última gira, sino que además fue protagonista del videoclip de una de las canciones más emblemáticas del cuarteto, 'Don't Look Back in Anger' . El instrumento fue vendido junto a su estuche original y una nota de su antiguo propietario firmada con la frase 'Peace, love and bananas'.

A pesar del alto precio que ha alcanzado el instrumento, éste no ha entrado en la lista de las guitarras más caras de la historia , que está liderada por la Martin D-18E acústica de 1959 que empleó Kurt Cobain en el 'Unplugged' de Nirvana, que fue vendida por casi cinco millones de euros.