Hazte premium Hazte premium

Sabina Puértolas: «No me gustaría ser una moda; las modas son pasajeras, y ésta es una carrera de fondo»

La soprano navarra habla con ABC de su singular experiencia en el Covent Garden londinense

Sabina Puértolas Lorena Chirino
Julio Bravo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

De la noche a la mañana, el nombre de Sabina Puértolas ha trascendido el mundo de la ópera y ha llegado, incluso, a la portada de « The Wall Street Journal ». La razón, las veinticuatro horas más ajetreadas de su carrera, que comenzaron a las cinco de la mañana para viajar a Londres, trasladarse en metro (para ganar tiempo) al Covent Garden , hacer allí las pruebas de vestuario y peluquería, ensayar durante tres horas la producción de « Rigoletto » en la que había de sustituir de urgencia a la soprano titular del papel de Gilda, irse al hotel para cerrar los ojos -«que no dormir»- media hora, y zambullirse de lleno en la representación de la ópera.

La soprano navarra se siente abrumada y, en cierto modo, preocupada. « No sé si es bueno estar tan en primer plano . No me gustaría ser una moda; las modas son pasajeras, y ésta es una carrera de fondo». Lleva muchos años en el escenario, y se toma su carrera con tranquilidad: «si llegan las cosas, es porque tienen que llegar». Cuenta con la ayuda de su familia -su marido y su hijo adolescente»-; «ellos son mi ancla, quienes me mantienen con los pies en el suelo ».

Al recordar el pasado 4 de enero, Sabina Puértolas lo define como un día «emocional». « Crecí muchísimo durante esas horas . Mi mentalidad era: “voy a disfrutar como si fuera la última vez que voy a cantar en el Covent Garden y voy a disfrutar un personaje que me encanta. Lo pasé muy bien, hubo momentos muy bonitos».

Conoció la escena solo cinco minutos antes de empezar la función: «el ensayo se hizo en una sala del teatro, con sillas que simulaban los elementos de la escenografía», relata. Nunca pensó dónde se había metido. «A posteriori sí -reconoce-, viendo todo el revuelo que se había formado, y viéndome en la portada del Wall Street Journal. Yo soy, de todos modos, una mujer muy resolutiva , y ya me habían tocado cosas parecidas. Debuté en la Arena de Verona y no había hecho ninguna escena ni ningún ensayo con orquesta -yo era segundo reparto-. Había conocido al director de orquesta el día anterior y ni siquiera había pisado la Arena. Y mi personaje, la Musetta de “ La bohème ”, tenía que bailar en una barra de bar... Recuerdo que bajé por las escaleras del anfiteatro superexcitada, con la adrenalina a tope... Soy muy echada p'alante».

«No tuvo dudas. Pensé que si tenía alguna dificultad ya la resolvería, que preocuparme me quitaría energía para lo verdaderamente importante, que era el canto y la interpretación. Estaba muy concentrada y muy tranquila. No me latía el corazón como en otras ocasiones sí lo ha hecho. Lo disfruté muchísimo , insisto; me quité de la mente lo que me podía lastrar, que era que estaba en el Covent Garden haciendo Gilda sin conocer la producción. Fue al final, en los aplausos, cuando ví a todo el teatro gritando y aplaudiendo tanto, cuando vino a mi mente todo lo que había bloqueado durante la función y me vine abajo».

Ahora, toca seguir con su vida. «Tengo mucho que estudiar y que cantar», sonríe. Su próxima cita, « La tabernera del puerto », de Sorozábal, en el teatro de La Zarzuela, con dirección escénica de Mario Gas . Luego « La clemenza di Tito » en Toulouse, y terminará el año con producciones en Pamplona, Oviedo y Lyon. En «La tabernera», dice, «tengo mucho texto que aprender». A la Zarzuela, reconoce, le tiene un especial cariño: «he hecho muchas cosas allí y conozco a todo el mundo. Siempre me han tratado muy bien, y recuerdo las producciones de “ El juramento ” y “ La generala ”, por ejemplo, con mucho cariño. ¡En la primera me vistió Jesús del Pozo

Hoy el cantante de ópera tiene exigencias que no tenía hace veinte o treinta años. « Todo es más visual ; a ello contribuyen Internet y las redes sociales. Antes impactaban simplemente las grandes voces que había, y daba igual si el cantante no sabía moverse. Ahora hay que cantar bien y saber actuar, compaginar la técnica vocal con unos movimientos complicadísimos. Pero cuanto más me exigen, mejor . En mi última producción en el Covent Garden, yo tenía que bailar en mi primer aria casi como una vedette; fue muy divertido. Y “La fille du régiment” que canté en el Liceo era una carrera de fondo en la que no parabas y había que hilar muy fino».

De las redes sociales, dice Sabina Puértolas que « te permiten estar en contacto con la gente que te sigue , con tus fans, con los amigos que tienes lejos... Te preguntan y te dan ánimos y si se usan así son muy interesantes. Yo no llevo mis redes sociales, de todos modos. Tengo una familia, tengo mucho que estudiar, viajo mucho... Como para seguir las redes... »

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación