Ruta66, la revista favorita del rock cumple 35 años

No venimos aquí a decir que la Ruta66 (los veteranos le dicen «el Ruta», aunque servidor siempre la ha visto como la madre de todas las revistas) va a salvar el rock'n'roll. Pero mientras ella sobreviva, habrá esperanza. Este mes, en el que cumple 35 tacos, ruteros y ruteras de toda España y parte del extranjero, famosos y menos famosos, están enviando felicitaciones a esta publicación que guarda las esencias del género en sus páginas, y que si alguna vez se puso algo talibán, fue porque hacía falta.

El equipo de redactores de la revista ha preparado algo realmente único para este cumpleaños: un número especial en el que se repasan algunos de los eventos rockeros más trascendentales de las últimas tres décadas y media. Conciertos míticos, algunos espectaculares y otros desastrosos, discos que nunca lograron quitarse la etiqueta de malditos, análisis de los orígenes de la prensa rockera, repasos de las parejas artísticas más legendarias y de las anécdotas más curiosas de la escena, amplios reportajes sobre Lou Reed, AC/DC o Fleetwood Mac y otros contenidos colmados de enjundia periodística llenan las 108 páginas de este número para la historia.

Ruta66 ha acudido fiel a su cita con los kioskos durante estos 35 años, desde el lanzamiento de su número cero en octubre de 1985. Comandada durante sus primeros veinte años por la mítica dupla de rock critics Ignacio Juliá y Jaime Gonzalo, desde 2007 está dirigida por otros dos periodistas tan respetados como sus fundadores, Jorge Ortega y Alfred Crespo, y cuenta con una plantilla de alrededor de cuarenta colaboradores entregados a la causa, siempre dispuestos a descubrir nuevos y excitantes artistas, a explorar en la obra y la vida de las leyendas, y sin dejar de tener sus oídos abiertos a otros géneros. «Cumplimos treinta y cinco años de literatura rock con un toque canalla, porque así lo pedía el cuerpo en los inicios y así lo sigue pidiendo», asegura Ortega. «A la gente que entendemos el rock como una prolongación de nuestro cuerpo, o un sexto sentido, necesitamos leer, devorar, sumergirnos en la letra escrita (preferible en papel) para complementar la base sonora. Necesitamos saber, necesitamos comparar y sobretodo, necesitamos identificarnos». Lo mejor de una revista de rock como Ruta 66, dice su actual director, «es el punto de fidelidad, integración o de comunidad que se logra a base de mantener una coherencia y un estilo marca de la casa a la hora de plantear sumarios durante muchos años. Y es que casi todas las bandas que tratábamos en 1985 siguen apareciendo en los números de la última década, sin ignorar el presente. Portadas de este mismo año dedicadas a Idles, Biznaga o a los Peaky Blinders constatan que miramos hacia el futuro sin amedrentarnos ante las nuevas tecnologías, que son un complemento idóneo para darnos espacio y llegar más lejos».

En la familia rutera, concluye Ortega, «estamos muy felices de haber llegado hasta aquí y poder ofrecer un número con el especial 35 aniversario, actualmente en kioscos, donde combinamos a Fleetwood Mac con AC/DC con toda la normalidad porque al final y al cabo, el que entiende un poco de rock'n'roll, ya sabe lo que significa este vocablo que tantas veces utilizamos a lo largo de nuestras vidas. No busquen trap, reguetón, electrónica y similares por muy de moda que estén porque no son y nunca serán nuestro rollo».