Patti Smith pone música a la indignación

Enmarcada dentro del ciclo «Poesía en concierto» de los Veranos de la Villa, la actuación de Patti Smith pretendía ser un retorno a los orígenes de la de Chicago, poeta antes de cantante cuyo primer ídolo «punk» fue Rimbaud. Con la única compañía de Tony Shanahan al piano y a la guitarra, Smith elaboró una propuesta íntima y desnuda que sin embargo fue aumentando revoluciones a medida que avanzó la noche hasta caldear el ambiente por completo.

El dúo comenzó con una versión de «Wing» tras la cual tuvo unas palabras para la «fuerte energía colectiva de Madrid» a la vez que rechazaba toda revolución que supusiera «matar a alguien», repudiando los sucesos de Noruega. No fueron las únicas palabras dedicadas al país nórdico: a lo largo de la noche, Smith dedicó «Peaceable Kingdom» a «las madres y los padres que han perdido a su hijo en Noruega».

Sin embargo, el primer gran número de la noche fue una intensa «Birdland», de su mítico álbum debut «Horses», donde Smith llegó al éxtasis con versos que se engarzaban con el aire, en una interpretación libre a la improvisación que pasó del susurro inicial al zarpazo verbal final. La comunión con el público fue total.

La noche estuvo llena de dedicatorias en forma de poesía. Patti Smith recitó «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» de Federico García Lorca y «Footnote To Howl», del poeta beatnik Allen Ginsberg, apelando a sus inicios neoyorquinos. En memoria de Amy Winehouse dedicó «Rota barquilla mía», de Lope de Vega destacando que se recordará a la londinense por su trabajo como artista, y no por los excesos que la rodearon en vida.

«Pissing In A River» comenzó la escalada final con un auditorio en pleno júbilo. En «People Have The Power», Patti Smith cogió una pancarta en apoyo del 15-M mientras todo el respetable, en pie y cabalgando junto a Smith, aplaudía la conexión intergeneracional. «¡Vosotros sois el futuro!» arengó la de Chicago mientras atacaba una «Because The Night» que casi echa abajo el recinto. La letra incendiaria y crítica de «Rock 'n' Roll Nigger» fue el broche perfecto para una noche de reinvincaciones y espíritu «punk» en forma de esputos al suelo con guitarras acústicas y poesías de Lope de Vega. Patti Smith ha madurado pero sigue siendo fiel a sus orígenes.