Norah Jones descorcha su country-jazz en el Palau de la Música

BARCELONA. Que Norah Jones sea la hija de Ravi Shankar es algo anecdótico. Casi tanto como que el productor de su primer trabajo sea toda una leyenda del soul como Arif Mardin (habitual de Aretha Franklin). Lo verdaderamente importante es que esta joven neoyorquina de delicada voz ha encontrado un camino que conecta la tradición del jazz sedoso con las desviaciones que conducen al country y al folk.

Con un registro similar al de Rickie Lee Jones pero sin tanta turbulencia vocal, la cantante y pianista se ha convertido en una de las grandes sorpresas de la temporada. Tanto es así que su recital de esta noche, previsto en un principio para la sala Luz de Gas, tendrá lugar finalmente en el Palau de la Música (21.30 h). Algo que no hace más que confirmar que tanto el jazz en general como el Festival de Jazz de Barcelona en particular abarcan terrenos cada vez más amplios. De hecho, «Come away with me», el debut discográfico de Norah Jones, está amparado por un histórico sello de jazz como Blue Note, pero su contenido remite tanto a Billie Holliday como a Hank Williams -vía versión de «Cold cold heart»- o Hoagy Charmichael. Un perfecto mosaico estilístico hilvanado por una voz contenida y suave capaz de convertirse en el negativo de la hierática Diana Krall.

Jones comenzó a acumular premios y piropos nada más aterrizar en una escuela de arte de Washington, pero tuvo que mudarse a Nueva York para que su talento saliera a la superficie. Poco después, su nombre ya aparecía en discos de tributo a Willie Nelson, en las grabaciones más recientes de The Dirty Dozen Brass Band y Charlie Haunter o junto a grandes del jazz como Bill Frisell y Brian Blade.

En su actuación de esta noche, Norah Jones estará acompañada por Lee Alexander (bajo), Andy Borger (batería) y Amdam Levy (guitarra).