el jukebox de la historia
The Monkees, pop fuera de serie
Comenzaron como un producto prefabricado para un programa de la tele, y acabaron entre los grupos más grandes de los 60
manuel de la fuente
The Monkees , sin duda uno de los casos más curiosos de la música pop de los 60. Quince años antes de que la MTV quisiera convencernos, apoyada en la fantástica canción de los Buggles , de que el vídeo había matado a la estrella ... de la radio, la televisión ya había mostrado y demostrado a los cuatro vientos que su matrimonio con el pop era una unión que podía ser muy, pero que muy fructífera. Ahí estaban por ejemplo los espectáculos de Ed Sullivan donde triunfaron tantos nombres, de Elvis a los Beatles .
La idea era hacer algo similar a «¡Qué noche la de aquel día!»
Pero en el caso de estos californianos, la historia fue todavía más divertida . Pues su origen está en una serie de TV basada en la vida y milagros de una banda de rock and roll imaginaria que se le ocurrió a un par de productores avispados y que se emitió en la NBC entre 1966 y 1968 . Esos dos tipos eran Bob Rafelson y Bert Schneider , y lo que querían hacer es algo parecido a «¡Qué noche la de aquel día!» , de Richard Lester con los Beatles. Algo disparatado, divertido, rabiosamente juvenil, salpicado con unas cuantas tonadillas poperas de primera línea. Para ello se puso en marcha un rigurorosísimo casting, un exhaustivo proceso de selección al que se apuntaron más de 500 chavales . Finalmente, los cuatro escogidos fueron Michael Nesmith y Peter Tork, dos músicos ya muy formados y de garantías, además de dotados de una fantástica vis cómica, y Micky Dolenz y Davy Jones, que en principio eran dos jóvenes actores, pero que tenían sus conocimientos de pop y fantásticas voces.
Acusaciones
A los Monkees se les acusó de ser un producto prefabricado, que no escribían su música y que los discos que pronto empezarían a grabar estaban tocados por otros. No es cierto. El grupo solo se sirvió de otros autores muy al principio de su carrera y estos apoyos eran de primera, como Neil Diamond , (impresionante la versión que los chicos hicieron de «I’m a believer» ) y Carole King , entre otros. Así que tras un año de pruebas, en el otoño del 66 la serie llegaba a la pequeña pantalla y se convertía en un gigantesco éxito de audiencia . Es más, el primer single del grupo, la beatlemaníaca «Last Train to Clarksville» fue número 1 durante varias semanas.
La serie era realmente divertida , disparatada y optimista como en tantas cuestiones lo fueron aquellos años. Además se puso en marcha una gigantesca maquinaria de merchandising que no se había visto hasta entonces: guitarras de juguete, fiambreras, juegos de mesa y hasta modelos personalizados del Pontiac que el grupo conducía en la tele . Por si fuera poco, el cuarteto se desinhibió por completo y tomó las riendas de la composición y la interpretación de sus canciones con lo cual la cosa cada vez iba mejor, aunque no por ello dejaron de hacerles alguna jugarreta, como lanzar su segundo álbum con material grabado para la tele sobre el que ellos no pudieron decir ni pío. Esto se le había ocurrido a un tal Don Kirshner , director musical de la serie. Los productores se pusieron de parte de la banda y Kirshner fue despedido.
Capaces ya de fabricar sus propios éxitos, estos no tardaron en llegar con su álbum , «Headquarters» , producido por el bajista Chip Douglas, de los Turtles . En noviembre de 1967 llegaba el cuarto disco, , considerada su mejor obra. El ritmo de trabajo era imparable y la primavera siguiente editaron «The Birds, the Bees & the Monkees» (abril de 1968). Sin embargo, la serie de televisión que les había dado vida no fue renovada y desapareció de la parrilla. Los Monkees lo intentaron en el cine pero no cuajó. Peter Tork dejó el grupo, que aún grabaría como trío en 1969 «Instant Replay and The Monkees Present». Nemsith también se puso a lo suyo (el country rock)y en 1970 el grupo había desparecido . Desde entonces, la serie ha vivido numerosas reposiciones y el cariño hacia el grupo nunca ha decaído. Incluso, volvieron a juntarse en el 96 para grabar «Justus».
Verlos ahora 35 años después gracias a youtube es una experiencia placentera, un viaje a ese pasado glorioso del pop, pero también nos muestra que en este caso las comparaciones son más odiosas que nunca. El rock de aquella década era, sencillamente, prodigioso .
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