Melendi: «Nunca he sido el delincuente común que le ha gustado dibujar a la prensa»

¿Por qué un directo, por qué ahora y por qué una apuesta tan contundente? 

Yo tengo 7 discos, es muy raro que un artista no haya grabado un directo con tanta carrera detrás. Además hace 10 años que no saco un DVD. Me parecía importante el mensaje de esta gira, que habla de vencer esas barreras que todos tenemos, que vamos incorporando a nuestro ADN según vamos creciendo. Creemos que eso nos protege del mundo y lo que en realidad hace es separarnos por completo. Tenemos que identificar esas barreras y poco a poco ir quitándolas porque cuando lo haces hay luz al final del túnel. Hay un prólogo que sale en la pantalla [antes de los conciertos] en el que explico un poquito lo que yo he hecho para acabar con esas barreras y lo que pretende esta gira es ayudar a la gente a que dé ese paso o a identificarlas. La canción que da título al disco habla bastante de este asunto. Era importante que quedase grabado.

Parece una suerte de amuleto...

Es como un libro. La cabeza es muy puta, y todos tenemos momentos de oscuridad y de luz. Cuando estamos en un momento de oscuridad mola tener algo que puedas leer o escuchar, y te lleve rápidamente hasta otro momento. Por eso creo que está bien que esté grabado. No solo para ellos, sino para mí.

¿Era usted de los que iba directo a septiembre?

Lo era

¿Y tuvo algún profesor que, como a Lennon, le pronosticó un futuro muy negro?

El que siempre me pronosticaba a mí un negro futuro era yo. Esa es la clave de todo lo que había el disco. Fui mi peor profesor, el que más me criticaba y el que más me hacía la vida imposible. En el momento que identifico que soy tan estricto, decido levantar un poco y apretar un poco menos el acelerador a partir de ahí fluyen las cosas y van un poco mejor.

No hay artistas invitados ¿Le ha pasado como en las bodas, que no sabía a quien dejar fuera si abría la veda?

No se te ocurre, o no le das esa importancia. No es por no querer compartir ese momento, pensé más bien en dar un mensaje y comunicar algo que en que vinieran a compartirlo conmigo. Ahora que lo mencionas, sí. Podía haber tenido colaboraciones, pero no se me ocurrió.

Vive usted un dulce momento profesional ¿siguen siendo negativos la mayoría de esos 60.000 pensamientos diarios de los que habla?

Los vamos redirigiendo. Si no los vas educando y trabajando diariamente, vuelves a donde estabas. Luego se van afianzando.

Es usted el artista más escuchado en Spotify, 150.000 personas han seguido esta gira, pero la crítica no acaba de escribir algo que comience por: «Melendi, el mejor artista de...»

Es que no creo que lo sea. Yo soy yo. No me gusta «el más grande, el menos grande». Hay artistas de todo tipo, yo hago cosas que no hacen los demás y yo no hago cosas que hacen otros. Es importante lo de Spotify porque significa que lo que yo escribo, lo que yo pienso, identifica a mucha gente, que no estoy loco (ríe). Lo que quiere decir que hay mucha gente que siente como yo y ve las cosas desde mi mismo punto de vista, eso me emociona. Otros artistas no opinan así, pero para mi las plataformas que acercan copyright a la gente me gustan. Es el punto de encuentro perfecto, en el que la música no es gratis, pero tampoco nos cuesta lo que nos cuesta. Además esto (coge el CD) ¿nuestros hijos y nuestros nietos qué van a saber de esto? Me hace sentir dentro del futuro, dentro del hoy.

Sin embargo, te has quejado en alguna ocasión del trato de la prensa

Me quejo pero no por la crítica, o no, que hagan de mi música. Si no por hacerles ver que los que tienen un problema son ellos. Yo hace años que no tengo esos problemas que quieren pintar que tengo, y con esos matices de novela negra: Melendi, oscuridad, mala vida... Pero yo me río. En realidad los que tienen problemas son ellos. Yo ya me quité esas barreras.

¿Acaso no existía ese Melendi?

Sí, pero no ese. Melendi tenía sus barreras, sus taras y sus complejos, pero Melendi no era el delincuente común que les ha gustado dibujar. Tuve épocas desafortunadas.

O sea, que ha pasado de ser de los que llegaba a ensayar todavía con una copa en la mano a los que llegan recién duchados desde el gimnasio...

Ni uno ni otro, no me identifico con ninguno de esos perfiles. Soy muy de andar por casa. El gimnasio tampoco, me llevaba a la obsesión. Yo no puedo coger una cosa sin obsesionarme con ella, no cojo nada con normalidad.

Ahora que está muy de moda este asunto. ¿Y usted cómo te enfrenta a la gente que le pide fotos y autógrafos por la calle?

Lo llevo bien. Muy bien. Eso está aquí, en el cerebro. Es una manera de ver la vida. Cuando tú vas agobiado y pensando: «hoy me va a pasar y no me apetece y...» Eso es lo que hay que cambiar, de eso habla «Directo a septiembre», o es lo que yo he tratado de transmitir, y mucha gente ha captado. Esto es porque se identifican contigo. Me quieren. Aceptarlo, darse cuenta de que es positivo, es parte de este trabajo.

O sea que antes lo llevaba peor

Sí. Porque uno no entiende. Los cambios en la vida hay que interiorizarlos y aceptarlos. No de repente uno acepta la fama. Hay que ir poco a poco, hasta que te das cuenta de que es positivo. Dale a la gente lo que la gente te da. Pero eso, cuando estás más preocupado de entender lo que te pasa que de entender a los demás, es complicado. Porque tú estás ahí metido, y ¿cómo vas a ver lo de fuera? Hasta que entiendes lo tuyo y ya entiendes lo de fuera.

¿Y eso cuándo ha ocurrido? ¿En qué momento le da vértigo y reacciona?

Hasta hace poco ni me daba cuenta, porque nosotros somos para nosotros mismos el mundo entero. Yo estaba metido en lo otro y en qué era lo que me imposibilitaba esto y... Para mí entrar en una habitación como esta y no tener que pararme a pensar en qué digo o qué no digo, para mí es un mundo nuevo de color. Cuando llega a esa consciencia individual llega la consciencia social, que es más peligrosa. Te empieza a llegar información y te empieza a afectar, y según lo comprometido que seas, tienes un problema. Porque te afecta en todo, porque yo tengo hijos, y no quiero cometer los errores que se cometieron conmigo inconscientemente. Todo eso trato de llevarlo al papel en el siguiente disco.

¿Le gustan las redes sociales?

Me gustan, pero soy vago

Le preguntaba no tanto como titular, sino por cuanto le llega por esa vía

Sí. Me gusta y lo leo. Porque yo hago las cosas para que me entiendan. Hay canciones que se pueden interpretar de mil maneras, y ahí compruebo si la gente la interpreta como yo, o de otra manera, aunque les haya valido. Me hace sentir muy bien.

Hay también un libro de fotografías ¿igual de personal?

Eso todavía no lo tengo dominado. Me siento incómodo haciéndome el lindo. Cuando siento presencia de cámaras, hay algo en mí que me impide olvidarme... Estamos en ello.

¿Hay alguna foto que dijo: «esta no se puede poner»?

Sí, alguna sí.

¿Pero por ocultar algo?

No, (ríe) de eso ya no. No hay nada que ocultar.

¿Qué canción toca en directo que si por usted fuera no tocaría jamás?

En esta gira, ninguna. Precisamente porque he preparado el repertorio teniendo en cuenta cuáles son las canciones que quiero y cuáles no puedo tocar en un escenario porque me empieza a chirriar. Me desconcentro, esas canciones me hacen daño en el escenario y entonces las quito y así todo fluye mucho mejor... No reniego de ellas, pero es que hay canciones que he hecho con 17 años ¡cómo voy a estar de acuerdo con una canción que hice a los 17 años! ¡Qué estaba pensando yo con 17 años!, bueno, yo te lo digo... Pero no puedo estar de acuerdo, así que las quito, y listo.

Esa política le ha costado críticas de quienes querían seguir escuchando a ese Melendi...

Sí. Pero es que tengo que hacerlo así. Si no, me volvería loco. Primero tengo que estar bien yo. Ser coherente porque... No puedo cantar «Mi rumbita pa' tus pies», que ha sido mi single toda la vida, o «Con la luna llena», no puedo. Sencillamente, estoy cantando y estoy incómodo. Cuando estoy incómodo genero ahí una movida, y el siguiente tema me tropiezo. Es un mal necesario.

¿Hay un Ramón Melendi con opinión política?

Sabía que me iba a tocar

Es que estamos en elecciones...

Yo he sido siempre muy de izquierdas. A mí el que más confianza me da es Pedro Sánchez. Los demás, no sé si es por desconocimiento o por miedo, pero...

Y sobre Cataluña, ¿qué piensa un asturiano?

No tengo opinión Es un tema tan difícil de afrontar para mí. Porque los sentimientos que uno tiene pueden jugarte malas pasadas, porque creo que hay que entender el problema desde la raíz para juzgarlo. Me da mucho miedo juzgar cosas sin todo el conocimiento.

Al menos opinará sobre qué hacemos con su compañero de clase, con Fernando Alonso...

El año que viene con McLaren... Solo hay que darle un puto coche bueno.